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Un Amor Cómo El Mío No Se Puede Ahogar, Cómo Una Piedra En Un Rio.

- Diego, déjame pasar quiero ver a mi esposo.

- Lo siento Noelia, Emilio está... Él está... Arreglando unos asuntos... - Diego está nervioso, cubriendo con su cuerpo la puerta de la oficina de Emilio impidiendo que Noelia entre y vea la escena que ahí se cocinaba.

Pero de repente un sonido los sacó de órbita, un alarido de placer lo suficientemente fuerte cómo para que traspase la puerta de madera y llegue a los oídos de las dos personas externas a ellos.

- ¡Muévete! - Noelia movió a Diego de la puerta y sin dudar la abrió, sin estar lista para lo que sus ojos presenciarían.

Un cuerpo delgado encima del cuerpo ancho de su esposo, piernas largas y esbeltas, una cintura estrecha. Los dos pares de ojos se posaron en ella, miedo, pánico llenando aquel cuerpo delgado.

- Yo... Yo solo venía a... Mi padre organizó un cena y... - Sus ojos verdes pasaron al montón de prendas a lado del pequeño sofá, incrédula a lo que sus ojos veían, negando en sus interiores, esto no era real, sólo un mal momento, seguro después de esto ahora si seremos un matrimonio uniforme. Girando sobre sus talones se fue, resonando sus tacones en la loseta, cerrado la puerta.

- Maldita sea - Emilio murmuró y levantó a Joaquín, quién su cuerpo de deshacía en temblores - Hey, debes estar tranquilo, hablaré con ella y no pasará nada, ¿De acuerdo?.

- No... No... Soy los cuernos de... Una modelo... Sus ojos... Ese perfume... Toda ella grita dinero... ¿Y yo que tengo?... No... ¡No! - Joaquín empezó a hiperventilar, tomando bocanadas de aire, tratando de respirar pero sus pulmones se habían bloqueado por el miedo, las lágrimas saliendo por el rabillo de sus ojos.

- Hombre, traté de detenerla pero... ¿Qué le sucede?.

- Está sufriendo un ataque de pánico... ¿Ahora que voy hacer?.

Joaquín empezaba a tranquilizarse, los recuerdos de hace 10 minutos lo llenaron, él disfrutando de Emilio y el sonido de la puerta abriéndose de golpe dejando a la vista a una de las mejores modelos en el mundo de la moda, esos ojos verdes suplicando piedad y que todo fuera una maldita broma, posándose en sus ojos café y culpandolo, diciéndole con la mirada que es una puta...

- Debo irme...

Diego y Emilio lo voltearon a ver, Emilio ya se encontraba en forma, vestido con ese traje de Dolce & Gabbana color vino, esos zapatos Ralph Lauren.

- Diego, déjanos solos, yo te aviso cuándo vayamos hablar - Diego asintió y salió, Emilio trató de tocar a Joaquín pero éste le dió un golpe ligero para que no lo hiciera.

- Quiero renunciar... Esto es... Demasiado... No puedo más, déjeme ir, voy a desaparecer de su vida... No... Sólo es cuestión de cerrar los ojos para ver su mirada verde posada en mí, juzgandome... Pensando que soy una puta que se acuesta con su jefe...

- ¿Qué dices?, Tú no vas a renunciar, hemos estado bien por estos 5 meses, yo arreglaré todo, tranquilo.

- ¡No Emilio, no!, ¡No voy aguantar verla llegar y que su juicio sea con su mirada!, ¡Me siento repugnante!, ¡Soy un asco y doy asco! - Joaquín empezó a lastimarse, clavando sus uñas cortas en su piel, el pánico regresó, arañandose.

- Debes dejar que se vaya... Está muy jodido - Una vez más, Diego hacía acto de presencia al escuchar los gritos de Joaquín.

Emilio asintió, le dolía ver a ese pequeño ser sufrir, Diego salió de nuevo, el rizado se levantó y fue detrás de su escritorio, dándole espacio a Joaquín, este empezó a reaccionar y con manos temblorosas se colocó todas sus prendas, dispuesto a marcharse pero una voz lo detuvo.

¿Quieres Ser Mi Amante? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora