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Sueños Que Son Amor, Son Sueños Que Son Dolor.

- Solo hace falta la firma de la señora Noelia y la primera audiencia se llevaría a cabo dentro de un mes.

- Muchas gracias - Los dos hombres vestidos de traje de levantaron de sus asientos y estrecharon sus manos.

Justo cuándo el abogado salía, Diego entraba.

- Abogado Mills, ¿A qué debo su visita?.

- Licenciado Valdés, solo he venido a tratar unos asuntos con el licenciado Marcos - Con esto, el hombre de 45 años salió de la oficina, Diego miraba con una ceja alzada a Emilio, quién volvía a sentarse, una sonrisa sincera se dibujaba en su rostro - ¿Qué sucede?.

- Solo buenas noticias Diego, todo el trámite de divorcio está listo y solo Noelia debe firmar la cita y empezará todo.

- Vaya, que buenas noticias entonces .

- No puedo esperar para decírselo a Joaquín, lo hará tan feliz...

- Sí... Oye no quiero arruinar el momento pero, ¿Haz pensado siquiera si Noelia aceptará? - Diego miraba con seriedad cómo la sonrisa en el rostro de Emilio se desvanecía.

- Hombre... Aún no lo sé, la primera cita se entregará este viernes, no sé cómo vaya a tomarlo, me da miedo el solo pensar que puede ir con Gibson y contarle todo, que ese sujeto sea capaz de hacerle daño a Joaquín con tal de tenerme amarrado a su hija.

- ¿Crees que sería capaz de... No sé, asesinarlo? - Diego sabía la respuesta y le aterraba que Emilio le confirmara ello.

- Sí... Es capaz de hacerlo frente a mis ojos...

~°~°~°~°

La puerta de su oficina se abrió, Azul vestía un conjunto blanco con bordados de flores, los tacones rojos adornaban sus pies a la perfección.

- Alguien quiere verte Joaquín.

- ¿Quién? - Preguntó sin siquiera levantar la vista de su portátil, concentrado en los gráficos.

- No dijo su nombre, es una mujer.

- Dile que pase - Al decir eso, los tacones resonaban a través del suelo, tan pronto fue reemplazado por otros tacones y un aroma elegante, fresco - Vaya Renata, no sabía que utilizabas perfumes de mujer refinada - Soltó una pequeña risa.

- No soy Renata.

Esa voz lo hizo paralizarse, obligándose a no quitar los ojos de la pantalla, congelando sus dedos sobre las teclas, haciéndolo abrir los ojos como platos, los nervios empezaban a consumir sus extremidades.

- ¿Qué pasa?, ¿Tanto gemir en los oídos de mi esposo te ha quitado la voz?.

- Señora Noelia, ¿En qué puedo ayudarle?.

Joaquín miró a aquella mujer de cabellos rojizos, esa mirada verde y pesada sobre su rostro, su expresión seria e inescrutable.

- Seré clara, ¿Qué esperas de Emilio Marcos?.

- No... No sé a qué se refiere...

- Vamos, no estoy para niñerias, dime qué quieres de mi esposo, ¿Su dinero?.

- Señora, yo no quiero eso... No tengo interés en el señor Marcos, él era mi jefe, eso es todo.

- Claro, lo dices cómo sí no te hubiera encontrado follando con él en su oficina, cómo sí su ropa no oliera a tu perfume, ¿Carolina Herrera?, Curioso porque yo tengo ese mismo perfume.

¿Quieres Ser Mi Amante? | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora