El hermano desaparecido.

Capítulo 9.

P.O.V. Álvaro.

En cuanto me despierto me doy cuenta de donde estoy. Gore está justo a mi lado durmiendo. Tiene puesto una de esas camisetas anchas que suelen utilizar las chicas para dormir. Me doy cuenta de lo que realmente siento por ella. Nunca me había pasado. Soy un completo idiota por no hacer las cosas bien desde el principio.

Gore: Buenas -sonríe-

Álvaro: Hola -le besé-

Gore: ¿Y esto?

Álvaro: Me apetecía darle un beso a la chica que me esta volviendo loco.

Gore: Eso no es verdad -se levantó-

Álvaro: Si lo es y lo sabes.

Isa: ¿¡Gore estas despierta!?

Gore: Mierda -susurro-

Álvaro: Tranquila, me voy al baño.

Gore: Gracias, no quiero tener más problemas con ella.

Isa: ¿Gore?

Me metí corriendo en el baño. Isa no sabía que yo me había quedado a dormir y si me veía Gore tendría problemas. Cosa que realmente no quiero que pase. Estaba claro que no saldría hasta que Gore no me avisara. Unos diez minutos después la puerta se abrió y vi a Gore asomarse por la puerta.

Gore: Ya se ha ido. Solo me quería decir que se iba a trabajar.

Álvaro: Creo que debería irme ya. Supongo que querrás librarte un poco de mi.

Gore: Pues no, no quiero librarme de ti.

Álvaro: Entonces creo que me vuelvo a la cama. ¿Vienes?

Gore: Claro.

Nos volvimos a tumbar en la cama. Era temprano para mi. Al menos para cuando no tengo que hacer nada por la mañana. Estábamos los dos tumbados en completo silencio. Simplemente no hacíamos nada. Tampoco es que hiciera falta hacer mucho. Al fin y al cabo tampoco era tan mala idea. De repente el teléfono de Gore sonó. Se levanto a cogerlo y se quedo de pie. Era imposible no escuchar parte de la conversación.

Gore: ¿Si?... Si, soy yo... Es mi padre, bueno era. Murió hace como un mes... Si... ¿Su abogado?... Claro, pero tendría que hablar antes con mi hermano... Si... No, solo por parte de él... De acuerdo... Claro -colgó-

Álvaro: ¿Qué pasa?

Gore: Era el abogado de mi padre. Quiere hablar conmigo y con Blas.

Álvaro: ¿Tienes que ir a Murcia?

Gore: No, tiene el despacho aquí.

Álvaro: ¿Cuando tienes que ir?

Gore: Ha dicho que cuando hable con Blas que lo llame y ya me dice el día que podemos ir. Supongo que tampoco es tan importante cuando me ha llamado casi un mes después del accidente.

Álvaro: Vamos, que no piensas correr mucho para hablar con el abogado.

Gore: Pues no, pero antes de que acabe la semana que viene lo habré arreglado. De todas formas recuérdamelo, se me suelen olvidar las cosas -reímos-

Álvaro: ¿Ya tienes Alzheimer abuela?

Gore: ¿Qué? No te escucho -volvimos a reír- Dios, estamos fatal eh.

Álvaro: Pues si. Deberías ponerte unos pantalones ¿no crees?

Gore: ¿Por qué? ¿No te gusta mi culo? -empezó a moverlo-

Álvaro: Si me gusta, pero te vas a resfriar niña.

Gore: Por dormir con el culo al aire ¿no? -rió- Con la calor que hace chiquillo -se sentó encima mía-