8 Capítulo

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Ajjj esperaba que me dieran de alta hoy pero no, resulta que me tengo que quedar más tiempo acá; ya sé que solo llevo un día aquí pero detesto estar en hospitales. Yolanda salió a llamar a mis papás para avisarles lo que dijo el doctor.

Yolanda entra a la habitación y se sienta en el sillón -Tus papás ya vienen para acá, mi niña. Voy a dormir un rato ¿Te parece?

-Si, Yolanda, no te preocupes. Te aviso cuando mis papás lleguen.

..

Minutos más tardes llegaron mis papás. Mi mamá siempre ha sido una persona que no demuestra mucho su afecto mientras que mi papá siempre ha sido cariñoso, las raras veces que están conmigo, obviamente.

-Juliana ¿Como estás? -dice mi mamá sentándose en un silla - No entiendo por qué te dejaron en esta habitación tan sencilla si pagamos tanto - dice mirando por todos lados con cara de asco.

-Geraldinne - mi papá la mira - eso no es lo que importa. ¿Como estás, mi princesa? - mi papá se acerca y me da un beso en la frente. -Llegamos un poco tarde por un problema de negocios, gracias por cuidarla, Yolanda.

-No era necesario que vinieran, sus negocios no pueden esperar, en cambio su hija en el hospital si - digo con sarcasmo y entorno los ojos.

-Juliana - mi mamá me mira con una expresión seria.

Finjo una sonrisa con la boca cerrada y volteo mi cabeza hacía la puerta, en ese momento veo llegar a Danna.

-Buenas tardes señor y señora Santo Domingo - dice Danna dándole un abrazo a mis papás, se dirije hacía Yolanda y también la abraza. Por último se acerca a mí y me mira a los ojos -Hola, Juliana - me da un beso en la mejilla -Te traje unas donas - dice mientras descarga su maleta en el sillón.

-Gracias por las donas y por venir, por eso eres mi mejor amiga - digo dándole una sonrisa de oreja a oreja mientras saco una dona. -¿Donde está mi amor? -río al escuchar esa expresión.

-Oh, se me olvidó, antes de venir paso a su casa y a la mía para traer algo de ropa. No demora en llegar, no te preocupes -me da una mirada comprensiva.

Danna comienza a mirar su celular mientas mi papás hablan de algo con Yolanda. De un momento a otro empiezo a sentir los ojos pesados y lo siguiente que recuerdo la voz de Sebastien anunciando su llegada; iba a saludarlo pero el sueño ganó.

..

Me desperté y ya el cielo estaba oscuro, debían ser por lo menos las 8 PM. Me senté en la cama y mis ojos se encontraron con los de Sebastien, se paró de la silla y vino hacia mi -Juli, estás despierta -dijo mientas me abrazaba y enterraba su cabeza en mi cuello.

-Lo estoy - dije cuando se separó y tomé su mano.

Mi papá levantó su cabeza para mirarme y luego miró a mi mamá, ella asintió y los dos se acercaron a mi cama. Mi papá puso una mano en el hombro de Sebastien y luego miró en la dirección de Danna y Yolanda -Que pena incomodarlos, pero necesitamos hablar con nuestra hija a solas, por favor.

Los tres asintieron y salieron de la habitación dejándome muy confundida. -Sueltenlo ya -les digo para alivianar el ambiente.

-Hija -dijo mi papá mirándome a los ojos.

-Sin rodeos, Samuel -dice mi mamá con su típica expresión seria, son contadas las veces que la he visto sonreír -Yolanda nos contó que vino a verte la hija mayor de los Jaramillo, Karla creo que se llama.

Fruncí el ceño con confusión -Si, no le veo problema, es mi amiga...

-No, no lo es -dijo mi mamá callandome bruscamente - de eso es lo que tenemos que hablar.

Respiré profundo mientras sentía el mal genio venir a mi, en serio, hablar con ellos siempre me pone de mal genio -Ya sé a qué viene todo esto, van a decirme algo que tenga que ver con sus negocios, probablemente sea que mi amistad con ella interfiere en sus tratos o alguna bobada así ¿No es cierto?

-Juliana, es algo importante, te voy a pedir que le metas seriedad -dice mi papá un poco exaltado.

-No quiero oir nada referente a sus tontos negocios, N A D A -digo separando las letras de la última palabra -creo que ya hemos tenido esta conversación bastantes veces y hoy no tengo ganas de eso. Ahh y les aviso que ya es tarde, ya se tienen que ir, la hora de visitas ya pasó -digo acostándome para darles la espalda.

-Si así quieres las cosas así van a ser -dice mi mamá con aparente mal genio en su tono de voz -Conste que tratamos de advertírtelo muchas veces y tu con tu arrogancia no quisiste oir. Y tienes razón, ya nos vamos, descansa - mi mamá sale de la habitación haciendo sonar sus tacones por todo el piso.

-Juliana, deberías oír lo que te tenemos que decir, es por tu propio bien - mi papá dice poniéndome una mano en la espalda.

Me giro para verlo a los ojos -Papá, no quiero ser grosera contigo, al fin y al cabo tu me tratas mejor que mi mamá, pero no, no me interesan sus negocios ni nada que tenga que ver con ellos; así que es mejor que te vayas a descansar ya.

Mi papá asiente y sale de la habitación sin mirar atrás. Me alegro al ver entrando otra vez a la habitación a mi verdadera familia, a los que realmente les importa como estoy o como me siento; se me escapa una lágrima al pensar como nuestra empleada de servicio se ha convertido en la que considero mi mamá.

Sebastien lo nota y vuelve a abrazarme, al sentir sus brazos sobre mi empiezo a llorar desconsoladamente. Estando con ellos me siento tan segura, tan bien.

Cuando Sebastien se separa de mi Yolanda me mira y se acerca a mi cama -Creo que ya es hora de que me vaya, cielo. Mañana por la mañana vengo temprano ¿Está bien? Descansa. - dice y sale despidiéndose con la mano.

Pasamos las siguientes 3 horas hablando y riéndonos con Danna y Sebastien, ya era muy tarde y mañana tenían que levantarse temprano para ir al colegio; se despidieron y se acostaron el el sillón.

Esa noche hize algo que no estaba acostumbrada a hacer, orar, le agradecí a Dios por permitirme tenerlos a ellos en mi vida; sabía que apesar de que mis padres no estuvieran pendientes de mi siempre iba a tener personas que si lo hicieran, y entre ellas estaba Dios.

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