29 Capítulo

11 5 0
                                    


Geraldinne

-Samuel, se suponía que ayer tenía que llegar Juliana. Por eso no me gusta darle tanta libertad. Tiene que concentrarse en su carrera.

Samuel levantó la mirada con esa expresión que tanto detesto -Déjala, Geraldinne, de pronto quisieron quedarse un rato más. Por un día no va a perder el semestre.

-Por eso es que ella es así, por qué tú siempre la dejas hacer lo que se le da la gana.

-Geraldinne, no vamos a pelear.

Oí unos golpecitos en la puerta. Era Yolanda.

-¿Que quieres?

-Señora, la señora Alma la está buscando.

-Ya oíste, Samuel.- pasó abriéndome espacio entre Yolanda y la puerta. Bajamos y Alma está sentada en nuestro sillón con los ojos rojos y las manos temblorosas.

-Alma ¿Como estás?- se adelanta mi esposo sentándose frente a ella.

-Sebastien y Juliana están desaparecidos. -dice con la mirada perdida.

-No, Alma, no están desaparecidos- estos muchachos me colman la paciencia -Solo están dándoselas de muy independientes. Como si se mandaran solos.

-No, Geraldinne, están en problemas. Sebastien me dijo que llegaban ayer, si se quisieran quedar mas tiempo me hubiera avisado. Él siempre estaba escribiéndome o llamándome.

-Están haciendo lo que quieren, es todo ¿Se te ofrece algo más, Alma?

-Por favor, necesito su ayuda. Necesitamos saber dónde están nuestros hijos.

-Espremos hasta mañana por la mañana, si no han llegado vamos con el oficial Park, es amigo mío.- una de las muchas cosas que detesto de mi esposo es que siempre esté poniendo a Juliana cómo la víctima, cuando los dos sabemos que hace todo como si se mandara sola.

-Está bien. Gracias Samuel. Hasta luego.

-Yolanda, acompaña a Alma a la puerta.- subo a mí habitación sin decir nada más.

...

Juliana

-NOOOOO- pegué un grito que estoy segura que se escuchó hasta Europa. -NOOOOO- la presión en el pecho era insoportable.

-No es nada personal, querida- Karla sale de la bodega agitando la mano.

Las lágrimas no dejaban de salir, sentía como si el mundo se me viniera abajo, como si hubiera algo pesado aplastandome.

-NO ES POSIBLE- seguía gritando y llorando.

Sebastien yacía en mis brazos. Pálido, sin vida. Sentía como si me hubieran arrancado el corazón, la vida.

-Esto es un mal sueño, esto es producto de mi imaginación, producto de los sedantes.- me repetía una y otra y otra vez.

Escuché las sirenas más y más cerca, los ladridos de los perros de búsqueda cada vez estaban más cerca. Escuché un fuerte golpe y la puerta frente a mí se derrumbó.

-Juliana Santo Domingo- reconocí la voz del papá de Marie. Alcé mi cabeza encontrándome con un montón de policías. El oficila Park me tomó de un brazo -Ven conmigo.

Me ayudó a levantarme. Tenía la ropa cubierta de sangre, la cara llena de lágrimas y tierra. -NO, NO PODEMOS DEJAR A SEBASTIEN AQUÍ- la garganta me dolía horrible.

-No lo vamos a dejar aquí, Juliana- el oficial me pasó una cobija por los hombros -Ya estás a salvo.

-NO LO VOY A ABANDONAR- seguía llorando y gritando.

Me subieron a una ambulancia. -Suministrenle 0,15 de midazolam.

Saber que me iban a sedar me sumió en la angustia otra vez, pero me sentía tan débil que no luché. Todo se volvió negro otra vez.

-Estoy bien, princesa- me decía la voz de la persona que tanto amé.

-Sebastien- traté de hablar pero todo me pesaba.

-Descansa, siempre te amaré, Juliana Santo Domingo.

-Juli, despierta.- abrí los ojos poco a poco, estaba en el hospital. Eso quería decir que todo fue real. Quiere decir que Sebastien murió.

Empecé a llorar, ya no estaba, no lo volvería a ver.

-Oye, oye, cálmate.- Danna puso su mano sobre mi frente -Estás bien, Juli.

-Sebastien murió- ví que los ojos de Danna también se nublaron.

-Ya sé, Juli- empezó a llorar a mi lado.

...

Karla

Un policía se sienta frente a mí. Si no fuera por el inútil de Adam hubiera alcanzado a escapar.

-Karla Jaramillo Romero- dice el policía abriendo una carpeta frente a mí. -Estás aquí por extorsión, narcotráfico, secuestro y asesinato.

-No sé de qué está hablando, oficial.

-Si sabes, Karla, estás siendo candidata para pena de muerte, pero si colaboras solo se te condenará a 80 años en prisión. ¿Vas a colaborar?

-Oficial, no sé por qué me están imputando estos cargos.

-Karla, tenemos todas las pruebas necesarias para que la inyección letal entre en tu sistema. Nos vemos allá.- se levanta, no estoy dispuesta a que me maten, no sin antes arrastrar a mis papás y a Adam.

-Oficial- digo antes de que salga -Tuve cómplices, hay más personas implicadas en estos delitos.

El policia se sienta cruzando las manos sobre la mesa.

Si caigo yo, caen conmigo Adam y mi papá.

Sólo un JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora