1 Capítulo

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-¡¡¡APAGUEN ESA MALDITA ALARMA!!! - grité. Este dolor de cabeza me va a matar. Cogí el celular para apagar la "alarma" pero me di cuenta de que era una llamada de Danna.

-¿QUE PASÓ? - dije muy molesta, no me gustaba que me despertaran temprano, y menos después de haber bebido toda la noche.

-¿Es que no piensas venir al colegio? Ya es tarde y más para tu primer día - dijo Danna un poco preocupada.

-¡Dios mio!¡Lo olvidé por completo! - salté de la cama e inmediatamente me di una ducha rápida. Cogí lo primero que apareció en mi armario y me terminé de arreglar justo a tiempo para que Yolanda me llamara a desayunar.

Yolanda es nuestra empleada doméstica, ella prácticamente me había criado desde que llegué a EE.UU, ya que mis papás nunca tenían tiempo para mí, solo les importaban sus negocios y adquirir propiedades.

-¡Buenos días, cielo! - dijo Yolanda con una sonrisa en su rostro.

-Buenos días - contesté y deposité un beso en su mejilla - Huele delicioso, Yolanda, pero no voy a desayunar voy muy tarde. Gracias de todas formas. - Tomé mi mochila y corrí hacia el estacionamiento. Encendí el Mercedes que mis papás habían comprado exclusivamente para que fuera a la escuela.

Llegué súper apurada a la escuela, para darme cuenta que había perdido la primera clase. Busqué mi casillero y empecé a organizarlo mientras buscaba a Danna con la mirada.

5 minutos después, la vi salir de un salón acompañada de mi novio, Sebastien. Me vieron y caminaron hacia donde estaba para saludarme.

-Hola, Juli - dijo Danna abrazándome.

-Me siento muy feliz de verte - dijo Sebastien dándome un beso rápido en los labios.

-¿Que clase te toca? - preguntó Danna frunciendo el ceño.

Leí en mi carpeta - Historia - dije haciendo mala cara, era una clase que no compartía ni con Danna ni con Sebastien.

-Tu clase está por empezar, será mejor que entres ya - me advirtió Sebastien mientras me abrazaba y me daba un tierno beso en la frente.

Me despedí de ellos con la mano y me dispuse a buscar el salón. La escuela había cambiado mucho este año. Por fin encontré el salón y me obligué a entrar. Para empezar tenía un dolor de cabeza insoportable y me parecía horrible no estar ni siquiera con Sebastien.

Me senté en los últimos pupitres del salón y me recosté sobre la mesa. Cerré los ojos un momento hasta que llegó el profesor. No entendía nada, y me empezaba a estresar por eso.

El profesor dejó una actividad que me pareció muy difícil. Ya sé que era inicio de año pero necesitaba notas excelentes para que me admitieran en Pratt Institute. Mis padres siempre quisieron que estudiara ahí, pero a mí no me llama mucho la atención.

A mí mamá no le imporaba lo que yo quería, pero no le llevaría la contraria. La arquitectura en Pratt Institute se destaca por ser una de las mejores carreras. Si mi futuro va a ser bueno no me importa que tenga que hacer durante.

Busqué a alguien que me explicara, pero todos tenían cara de no haber entendido tampoco. No sabía a quien pedirle ayuda, hasta que me fijé en los primeros puestos, era el lugar en el que siempre se encontraban los nerds.

Esperé a que acabara la clase y me dirigí a buscar ayuda. Caminé hacia la salida del salón y encontré al típico nerd: Estaba pulcramente peinado (parecía que se acabó todo el tarro de gel esta mañana), vestía unos pantalones caqui y una camisa de cuadros.

No era precisamente el tipo de persona con la que conversaría en un día normal, pero necesitaba esa nota.

Me arreglé el cabello con los dedos y me acerqué a él.

-Hola, me llamo Juliana - dije en cierto tono coqueto. Me miró sorprendido, como si no creyera lo que estaba pasando.

-H h hola - tartamudeó, le empezaron a sudar las manos y se puso nervioso. -Mmmm h hola, s s soy Adam.

-Vi que entendiste muy bien el tema, y necesito que me ayudes ¿Que te parece si vienes esta tarde a mi casa? - dije contorneandome un poco mientras enredaba un mechón de mi cabello en el dedo.

- Emmm, emmmm, cla claro - dijo aún muy nervioso.

Anoté mi dirección en un papel y se lo entregué - De verdad, muchas gracias- le di un beso en la mejilla y salí rápidamente de allí.

Sólo un JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora