Crianza

Manipulador

Conway se encontraba sentado en una de las camas de la habitación, mirando a los menores que estaban sentados en el piso, uno de ellos con la cabeza baja mientras que el contrario tenía un rostro sin expresión alguna, observando al adulto.

-Gustabo, ¿qué pasó aquí?

El menor desvío la mirada y se cruzó de brazos.

-Pues nada, hacer algo que usted no hubiera hecho.

El mayor soltó un suspiro.

-Horacio.

El recién llamado levantó la cabeza, topandose con la mirada sería del adulto.

-¿Si? ㅡ El tono fue bajo y apagado

-¿Por qué le hiciste eso a Emilio?

El contrario se quedó pensativo, realmente no sentía ganas de contestar eso y no tenía alguna respuesta.

-Por qué me rompió la piernaㅡ

Decia con bastante duda, no estaba seguro de aquello.

-El te pidió disculpas, no es así? ㅡ

-Si.

Se acarició la entre ceja que estaba arrugada por el enojo, manteniendo la calma para seguir hablando.

-Entonces por qué le rompiste el peluche? El no quería hacerlo a propósito y lo sabiasㅡ

Nuevamente surgió el silencio en la habitación blanca, no sabía cómo lidiar con ese problema.

-Gustabo, ¿Por qué dijiste que apoyaría a Emilio? Qué le has dicho a Horacio?

El de gafas ya bastante aburrido por todo eso, miro directamente a los ojos del adulto.

-Por qué desde que llegó usted a estado más atento de él que con nosotros y es cierto, a Horacio le ayude abrir los ojos, que no creo que sea verdad que haya sido un accidenteㅡ

-Vosotros ya teneis vuestras cosas, el recién llegaba y ¿abrir los ojos de qué? Si todo fue un jodido accidente por estar jugando a la pelota, allí no hay nada de apropósito.

Ahora el menor estaba enojado, no le gustaba que el mayor tenga la razón, odiaba eso.

-Claro que la hay, usted no puede decir nada ya que no estuvo allí, vi perfectamente como fue corriendo hacia a Horacio, era el que menos preocupado estaba de la situación a pesar de ser el culpableㅡ

-Allí has fallado Gustabin, si estuve allí, en el hospital, desde las puertas, de cómo lo ayudaba más que tu, Horacio ¿Gustabo qué te había dicho antes de que le rompieras el peluche a Emilio?

El de cresta bajó un poco más la cabeza.

-Que Emilio lo hizo apropósito para burlarse de mi, que lo tenía planeado hace tiempo.

El mayor se puso de pie y salió de la habitación, no podía creer lo que ocurría, un pequeño manipulador, que se asemejaba a un psicópata, desde afuera pudo escuchar una pequeña charla entre los menores.

-Que no te coma el coco Horacio, todo esto lo hace para defender al gilipollas ese, tu tranquiloㅡ

La seguridad en sus palabras era claras para cualquiera que las escuchase

-Si, es ciertoㅡ

-Que Conway quiere que seas pisado solo para defender a ese desgraciado, ¿yo cuando te he fallado hermano?.

En ese entró, subiéndose bien sus lentes para que no se notará su mirada.

-Ustedes dos, de pie y siganme.

Dicho sin voltear a ver, tan sólo escuchaba los pasos de estos que estaban cerca, comenzo a caminar hasta la salida e ir al ascensor, los dos niños se miraron confundidos, sin saber a donde eran llevados, tan solo siguiéndolo, hablando entre ellos, aún que el de gafas hablaba más.

Subieron al ascensor, donde se escuchaba una música un poco pegadiza pero no era el momento de bailar.

-Pero que buena canción.

Habló el rubio, que sonreía mirando al techo, viendo una cámara, era el único sonriente en el lugar.

Fueron al garaje para sacar un vehículo blanco, donde subieron los tres, los dos atrás por ordenes del adulto que no volteaba a verlos en ningún momento, con los cinturones puestos el auto avanzó, saliendo del edificio para dirigirse a un rumbo que tan solo conocía Conway.

[...]

Llevaban 20 minutos en el vehículo, sin saber a donde se dirigían, solo sabían que estaban dentro de la ciudad, no podían ver muy bien el GPS desde los asientos de atrás pero estaban cerca del destino, preguntaron varias veces el destino que iban pero ninguna fue contestada.

El auto freno en seco, enfrente de un edificio que estaba al lado del puente, se notaba mal cuidado, el adulto bajo del auto, esperando a los menores que lo siguieron unos momentos después.

-Este es el psiquiátrico, Gustabo, eres un maldito manipulador que a estado manejando a Horacio a tu antojo sin que este se entere.

El de cresta miró a su mejor amigo, que este negaba con la cabeza.

-¿Y me vas a dejar aquí? Por cuanto?

Hablaba con total tranquilidad y con una sonrisa burlona.

-Tu no, Horacio se quedara por unos meses, vamos Gustabo, a casa.

Ambos niños se sorprendieron ante aquello, no se esperaban.

-¿Y por qué yo estaré aquí?

Pregunto el pelirrojo seguido de un grito.

-Para que aprendas a no ser manipulado por tu amigo, para que más? ㅡ

-Conway no puedes hacer eso, yo debería ir allá dentro, no Horacio que es un osito de gomita.

Los nervios subían a su cabeza, no planeaba eso para su amigo, casi hermano, no tenía eso en sus planes.

-Claro que puedo, no te resultó bien tus planes, ¿verdad Gustabin? Vaya coñada, resulta que puedo ser mas manipulador que tu

Dicho esto acompañado de una sonrisa amplia en su rostro.

-Suban al auto, tenemos que volver en casa antes de que la comida se congele y deben pedir disculpas.

En silencio subieron, estaban sin palabras, sin saber que acababa de ocurrir o el por qué, varias preguntas se formuló en el de gafas.

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-Gustabo, ¿me has estado manipulado todo este tiempo?