Cumpleaños

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El cumpleaños de Horacio se acercaba y con ello los regalos junto con las sorpresas.

Gustabo y Emilio hablaban sobre algún regalo especial pero ninguno tenía algo en mente, tan sólo cosas para el cabello o cremas para la cara, no podían darse el lujo de comprarlo, eran niños sin dinero, podrían pedir a sus padres, aún que también querían hacer las cosas por sí mismos.

Tantas opciones de regalo, no sabían que darle, incluso podrían hacerle una cita con él comisario pero no funcionaria para nada.

Se encontraban mirando el techo, pensando en el regalo perfecto para su amigo.

-Verga,está complicadoㅡ

Decía el pelinegro mientras ponía un brazo encima de sus ojos, la luz ya le molestaba un poco.

-Yo digo que le demos un Shampoo especial, ya sabes como es Horacio, con algo simple ya está feliz.

Hablo el rubio tomando asiento, mareandose por el movimiento brusco hecho.

-¿Y si le damos dinero? Así el bato se compra toda la ropa que quieraㅡ

-¿De dónde sacaremos el dinero si yo soy pobre? De un robo! O que tu piensas?

Eso sonaba realmente divertido para ambos, si eran pillados no podrían hacerles nada, solo darles un regaño e ir a la esquina por horas, no era el mayor castigo pero para robar una banco necesitarían armas, eso no tienen.

-¿Sabes qué? Esto es imposible, que difícil es!

El contrario solo asintió, pensando en algo que no sea un robo, pasó unos minutos para que tuviera una idea.

- Una vez en la televisión apareció un robot chaneke que se hace tú compa, podemos darle uno, si que le gustaría.

Se puso de pie y fue a buscar algo a la habitación de los adultos, buscando la Laptop, después de minutos la encontró, fue de vuelta a la sala para encenderla.

Al momento de encenderla el de gafas se acercó para ver de que trataba, estaban en una página de ventas y entrega, apretó el buscador, se quedó un momento pensativo, intentando recordar el nombre del pequeño robot.

No pasó mucho para recordarlo y ponerlo, apareciendo varios, de distintos precios, escogieron cualquiera, pensaron que eso sería todo hasta que pedía método de paga, se miraron entre sí.

-Espera, ya se como se hace esto.

El rubio teñido fue a la habitación del dueño de la casa para buscar en uno de los cajones, el contrario espero, mirando las fotografías de la compra, le parecía lindo esa maquina.

Gustabo regresó con algo en una de sus manos, una tarjeta.

-Pasame un momento eso.

El de coleta hizo caso, entregando la Laptop, donde no pudo observar muy bien que hacía el de gafas pero no tan solo observó de cómo ya lo había comprado, le tomó por sorpresa, ya que eso fue rápido.

-Wey eres muy rápido con estas cosas.

Decía mientras apuntaba el aparato que estaba apoyando en la mesa de cristal de al frente.

-Si verdad, estoy mamao!

Grito animado el contrario, intentando imitar la palabra que normalmente ocupa el pelinegro, fallando en el intento pero haciendo sacar unas risas al que estaba a su lado.

Ahora tenían que esperar que el paquete llegara, en unos días estaría allí, no era un problema, llegaría el mismo día que el cumpleaños, eso se suponía.

[°°°]

Paso una semana, era día martes, un paquete había llegado, algo que fue bastante extraño para los adultos, ellos no habían pedido nada.

Gustabo agarro el paquete para esconderlo junto a Emilio, en la habitación que compartían, para su suerte los adultos estaban muy ocupados viendo el tema del cumpleaños como para preguntar, aún que sabían que no se podrían librar después de cómo lo consiguieron.

Envolvieron la caja en papel de regalo, bueno, lo intentaron por que salió bastante arrugado pero ya no se veía que era.

[...]

2 horas pasaron para que finalmente el de cresta se despierte, grande fue su sorpresa al notar como estaban todos mirándole, cosa que le parecía bastante extraño.

Entonces recordó la fecha, su cumpleaños número 9, el primero en felicitarle fue el gallego seguido del de corbata, agradeció el detalle del desayuno a su cuarto, ya que había despertado con bastante hambre, sería un buen día.

Después de comer el desayuno se puso de pie y fue abrazado por el de gafas.

-Si que estas grande, si sigues así serás igual de viejo que Conway.

El nombrado solo frunció el ceño mientras se cruzaba de brazos.

Se separaron del abrazo para que el pelirrojo pueda ir de lo más bien al baño, los adultos fueron a la sala, allí tenían unos regalos.

Los niños sacaron la caja envuelta que estaba escondida y esperaron a su querido amigo que terminará de arreglarse en el baño, aún que tuvieron que esperar unos 20 minutos para ver cómo Horacio ya tenía su típica cresta.

-Feliz cumpleaños.

Dijeron al uniso el rubio y el pelinegro, mostrando el regalo, el contrario los miró con duda, agarro la caja para comenzar a abrirla, no sabía que era aquello pero parecía realmente interesante.

Sacó el robot de la caja y lo prendió, este dio vueltas por la habitación, investigando, le parecía realmente tierno esa cosa, abrazo a sus amigos y agradeció por el regalo.
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Fueron a la sala con la máquina en manos pues pablito lo podría comer, eso sí que no sería bueno para ninguno.

Los adultos le dieron unas bolsas, dentro de estas había un montón de ropa de su estilo también unas cremas que siempre comentaba que le gustaría tener, sonrió como nunca ese día y por poco llora en la noche por la felicidad.

No todos los días ameneces con una familia que es buena contigo.

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