VIII

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Caminé por mi habitación, sin saber que ponerme, era mi primer día de clase y tenía nervios hasta en cada uno de mis rubios pelos entrenzados. Recorrí el gran pasillo que había en el piso de las habitaciones, en ropa interior y solo una camisa de Ash, entré en el cuarto de Joe, el cual se sorprendió al verme.

— Necesito tu consejo, no se que ponerme —dije.

— Vale, aunque no se si te podré ayudar mucho. —Rió.

Fuimos a mi habitación donde comencé a ponerme ropa, sin encontrar nada que nos convenciera.

— ¿Y por qué no te pones la camisa de Ash con los vaqueros rotos y las Converse negras? —preguntó.

— ¡Sí! —exclamé —. Gracias, Joe —lo abracé.

Joe salió de mi habitación, dejando que me vistiera completamente y, tras eso, bajé a desayunar.

— Buenos días, chicos.

— Buenos días —contestaron al unísono.

— Buenos días, enana —dijo Ash tras bajar a la cocina y depositando un beso en mi mejilla —. ¿Esa es mi camisa? —asentí con una sonrisa.

— Lía, ¿qué quieres desayunar? —preguntó Josh.

— Una tostada de tomate y un chocolate con leche, por favor.

Minutos después, Josh puso frente a mí un plato con la tostada y una taza de chocolate con leche. Comí tranquilamente a la vez que hablaba con los chicos animadamente.

— Me lavo los dientes y bajo —avisé.

Subí a mi cuarto, entré al baño, me lavé los dientes y cogí mi mochila. Bajé y nos encaminamos al instituto.

— Bueno, este es nuestro instituto —dijo Sean al pararnos frente al edificio.

— Es enorme —comenté —. ¿Cuál de vosotros va a hacer de guía?

— Nosotros lo haríamos encantados, pero tenemos reunión con el equipo —se excusó Josh para después marcharse con Joe.

— Los gemelos y yo tenemos clase de Álgebra —dijo Sean despidiéndose con la mano cuando ya estaban alejándose, al igual que los gemelos.

— Bueno, solo quedas tú, Ash —alcé la mirada para mirarlo a los ojos.

— Sí, aunque tengo clase, pero no pasará nada por llegar tarde —sonrió cálidamente.

Tras eso comenzó a enseñarme donde estaba cada clase, la cantina, los aseos, el gimnasio, etc. El timbre sonó, así que nos dirigimos a dirección, donde me dieron los horarios y las claves de mis taquillas.

— Bueno, eso es todo, ¿qué te toca? —dijo acercándose a mí para ver mis horarios.

— Historia, ¿y a ti? —pensó durante unos segundos y respondió.

— Matemáticas, te acompaño a tu clase y después paso a por ti para ir a la cantina.

Caminamos hasta el aula en la que tenía clase, Ash llamó a la puerta y abrió. Me tomó de la mano y entró, dirigiéndose a la mesa del profesor.

— Es la chica nueva, Lía Dolan —le dijo al profesor, después me dio un beso en la mejilla y se fue.

Me quedé quieta durante unos segundos, sintiendo la mirada de los demás alumnos sobre mí. El profesor carraspeó y comenzó a hablar.

— Bien, Lía, cuéntanos un poco sobre ti.

— Mmm... Hace unos cinco meses o así, mis padres murieron en un accidente, por lo que me metieron en un centro de adopciones. Meses después me adoptaron los Dolan, desde entonces llevo conviviendo bajo el mismo techo con sus hijos. Bueno, eh, tengo dieciséis años y me gusta leer y escuchar todo tipo de música.

— Entonces, ¿vives con Josh y Joe? —preguntó un voz aguda.

— Sí. —Contesté.

— ¿Por qué Ash te ha traído de la mano y se ha despedido con un beso en la mejilla? —preguntó otra voz.

— Es el que más me ha apoyado en la muerte de mis padres, así que es con el que tengo más confianza. —Expliqué, tras un par de preguntas más, el profesor me indicó un lugar donde sentarme.

La clase pasó, un grupo de chicas se me acercó en cuanto sonó el timbre. Sentía sus miradas amenazantes, cosa que me puso bastante nerviosa.

— Aléjate de Ash. —Ordenó una.

— ¿Por qué? ¿Por qué me lo digas tú? —pregunté indignada.

— Es mío, de nadie más —contestó.

— Oh, vamos, seguramente no sabe ni que existes.

— ¡Lía! —Escuché gritar a alguien desde la puerta.

Me levanté, miré y me sorprendí, pues en la puerta se encontraban los seis chicos. Las chicas de antes gruñeron frustradas y se fueron a sus sitios, mientras que yo me acerqué a los chicos.

— Wow, es extraño estar una hora sin ti —dijo Sean abrazándome, a lo que reí.

— Ya te acostumbrarás —revolví su pelo —. ¿Qué os toca? —pregunté mirando mi horario.

— Geometría, ¿y a ti? —respondió Ash.

— Igual.

Tras un rato hablando con los chicos, Ash y yo nos encaminamos a nuestra respectiva clase.

Mi vida entre chicos [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora