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La sensación de euforia no duró mucho.

____ estaba ansiosa por regresar a Boston. Miró el sobre en el asiento junto a ella. Tenía curiosidad pero esperó hasta estar en casa y en su habitación antes de abrirlo. A un kilómetro de Emerson el teléfono empezó a sonar. Miró la pantalla y vio que el que llamaba no estaba identificado. Era obviamente su tía quien llamaba y no respondería. El teléfono no dejó de sonar, y en veinte minutos había once mensajes. Cuando se detuvo a por gasolina, ____ escuchó cada uno de ellos y se disgustó por las crudas afirmaciones y amenazas de su tía.

Para cuando llegó a Boston, había veinticinco mensajes. ____ sabía que su tía no iba a parar de hostigarla, así que tomó un desvío a su tienda de telefonía e hizo que cambiaran su número de teléfono. Entonces llamó a Charlotte y le dejó su nuevo número. No explicó por qué. Habría un montón de tiempo para hablar mañana.

También llamó a Giovanni para decirle que había cambiado de número. Había esperado que respondiera su contestador, pero contestó él. La atosigó a preguntas, por supuesto, y se estremeció cuando le contó que había cortado todas las ataduras con sus parientes.

–Era hora de que te alejaras de esos chupasangres. Y no te preocupes. No daré tu nuevo número de teléfono a nadie –prometió.

____ estaba sonriendo cuando finalizó la llamada, pensando en lo afortunada que era de tener a Giovanni en su vida. Le imaginaba sentado en su estudio rodeado de muestras de tela y blocs de dibujo. En una placa sobre su mesa estaba impresa su cita favorita de Yves Saint Laurent: 'La moda pasa, el estilo es eterno' palabras por las que vivía. Incluso cuando estaba trabajando, iba vestido de los noventa, típicamente con un traje vintage de rayas y cuello alto y una bufanda ricamente coloreada bajo la solapa. Era un genio creativo, pero más importante, era un hombre bueno y digno de confianza. También era un buen amigo.

Aparcó delante de su casa y entró. Estaba vacía, pero sabía que en una hora empezaría el ritual nocturno de un sábado de sus compañeros quedándose con sus novias, y la casa se volvería ruidosa de risas y música. Corrió escaleras arriba y cerró la puerta. Sentada en medio de la cama abrió el sobre y miró dentro. El primer papel que sacó fue un pedazo de papel de papelería con algo escrito. Subrayadas en la parte superior estaban las palabras Para el abogado. Se preguntó quién había escrito la nota. ¿Su madre o su padre, quizás? Bajo el encabezamiento estaba el nombre de una escuela privada. Lo reconoció porque tenía la reputación de ser una de las mejores de la ciudad. También estaban los nombres de Suzanne y Peter Hyatt con una dirección y un número de teléfono.

Puso el papel a un lado y sacó las páginas legales que estaban grapadas juntas. En la parte superior estaba el nombre de una compañía de seguros. Mirando por encima la copia, se dio cuenta que era un seguro de vida de su padre. Rápidamente lo revisó. Estaba atónita e indignada. La póliza tenía un valor de quinientos mil dólares, y ella y Charlotte eran las beneficiarias. Su padre les había dejado una gran cantidad de dinero, y ellas nunca habían visto un centavo. ¿Dónde había ido el dinero? No tuvo que pensar mucho tiempo la respuesta. Sus tíos de algún modo le habían puesto sus manos encima. Esa era la única razón por la que sus tíos las habían acogido. Habían mantenido el dinero en secreto todos estos años. ¿Cuántas veces habían oído su hermana y ella que eran una carga financiera? Una enorme mentira.

____ no pudo evitar preguntarse donde fue. Ciertamente no fue gastado en Charlotte y ella. Cualquier ropa nueva o cosas esenciales eran adquiridas en una tienda de saldos, y una vez fueron adolescentes, se esperó que encontraran un modo de afrontar sus propios gastos. Habían ido a una escuela pública, y cuando ____ expresó su deseo de ir al instituto St. Dominic, sus tíos se negaron. No fue disuadida. Persistió hasta que se rindieron, con la estipulación de que ella tendría que pagar su propia matrícula. No fue fácil, pero se las arregló para ganar el dinero trabajando por las noches y los fines de semana. Giovanni la ayudó su último año.

Conectados (07)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora