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Para cuando dejaron la oficina, ni Harry ni ____ estaban de humor para hablar. Se ofreció a llevarla a cenar, pero ella declinó. Estaba demasiado cansada para comer y solo quería una ducha caliente y diez horas de sueño.

Lo que no quería era decir adiós a Harry por última vez.

Justo a un par de bloques de su apartamento, Harry rompió finalmente el silencio.

–¿Qué estás pensando? Pareces tan... preocupada.

No iba a decirle la verdad, que iba a echarle de menos. En su lugar se giró hacia él y dijo:

–Ignoraste completamente mis señales.

–¿Qué señales?

–Estaba dirigiéndote la mirada, haciéndote saber que quería salir de allí.

Él le sonrió.

–Ah, quieres decir las miradas.

–Vale, las miradas –concedió ella.

–No deberías estar frunciendo el ceño ahora. Deberías estar feliz y malditamente orgullosa de ti misma. Encontraste la prueba que Alec y yo necesitábamos.

–Estoy feliz –insistió ella, sonando ridículamente a la defensiva. –Tal vez ahora tú y Alec no pensareis que soy una horrible persona.

–No creo que seas horrible –dijo él, con aparente exasperación en el tono. –Y ¿por qué te importa lo que nadie piense?

Si le daba una respuesta honesta, sonaría lamentable, aunque a veces era exactamente como se sentía. La verdad era, que nunca había tenido una relación cercana con nadie salvo su hermana. Había mantenido a la mayoría de la gente a una distancia segura, y ese era del modo que le gustaba. Era una persona intensamente reservada. Al menos, esa era su excusa para ser tan introvertida. No quería que nadie mirara demasiado de cerca en sus antecedentes, porque estaba avergonzada y un poco abochornada. Cuanto menos supieran los otros sobre ella, más segura se sentía. Cada vez que daba un paso fuera de su zona de confort, se sentía vulnerable.

Extraño, era muy cautelosa con su vida privada y aún era capaz de dejar a un lado sus inhibiciones cuando posaba para Giovanni. Realmente no podía explicar la contradicción, pero cuando Giovanni y su equipo la transformaban con su maquillaje y su ropa, era casi como si se convirtiera en otra persona llevando una máscara detrás de la que nadie pudiera ver.

Adoraba y confiaba en Giovanni con todo su corazón, y aunque había llevado tiempo, había llegado a querer y confiar en su compañero Dan. Y aun así nadie sabía lo que podía hacer con un ordenador. Durante el largo interrogatorio de Phillips, realmente él se había referido a ella como una maestra criminal. Se preguntaba lo que Giovanni o Dan pensarían de eso. Probablemente no le creerían, y si lo hacían, se habrían sorprendido.

Su amistad con Jordan era diferente. Sabía que ____ era hacker, y había quebrantado la ley varias veces, aunque aún era su amiga. También sabía un poco sobre cómo había sido la disfuncional vida familiar de ____ y no le disuadía. Si ____ era enviada alguna vez a prisión, no estaba segura de que Jordan le llevara un pastel con una lima en él, pero tenía la fuerte sensación de que Jordan podría intentarlo.

–Te hice una pregunta –le recordó Harry, trayéndola de vuelta de sus reflexiones.

–No me gusta que la gente piense que soy una criminal.

Antes de que él pudiera hacer un comentario, se apresuró a añadir.

–Oh, sé lo que vas a decir, 'Eres una criminal.' Si, vale, supongo que podrías mirarlo de ese modo. Sin embargo, fue todo en el pasado. ¿No has oído hablar de segundas oportunidades, por amor de Dios?

Conectados (07)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora