Capitulo 1

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Mire a los chicos y enarque una ceja.

Estaban echándose miradas asesinas entre ellos y no me costó mucho averiguar qué era lo que se les pasaba por la cabeza.

Tampoco me gusto.

Jay, alto y musculoso, con el pelo anaranjado y unos ojos de un extraño color verde, parecía seguro de sí mismo y miraba a Sam con superioridad, haciéndole saber que si se metía con él lo único que podía pasar era que Sam terminase con algo roto.

                                                   
Por otra parte, Sam, alto, también, pero delgado, rubio y de grandes ojos azules que lo observaban todo con curiosidad, miraba a Jay retándole a decir algo, seguro de que tendría una respuesta sarcástica para cualquier comentario del otro.


Ambos atractivos.


Ambos estúpidos.


Jay iba a abrir la boca, cuando hice un gesto de impaciencia con las manos.

-Presentaciones hechas, vamos, tenemos que mirar las listas- 


Me gire y sin esperar a ver si me seguían empecé a andar entre la multitud.

Varias personas me saludaban, yo contestaba cortésmente, aunque no reconocía a ninguno.


Fui pasando entre las listas buscando mi nombre, pero no lo encontré.


-¿Pero qué?- Dije indignada y empecé a apartar a la gente para entrar en el edificio y poner una queja.

Pero alguien me agarro del brazo.


Me gire molesta y sacudí la mano que tenia encima del hombro.

-¿Qué quieres Sam? -Por toda respuesta el señalo un papelito rosa que había encima de las demás listas.


-Deberías leerlo- Dijo y se perdió entre la multitud.

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¡Maldita sea! Que estúpido había sido.


¿Cómo no iba a tener pareja Noria? Con su aspecto, su inteligencia, su carácter…

¡Era imposible que estuviese sola!

 

¡Y más imposible era aún que quisiese estar con alguien como yo!


Apoye la espalda en la pared derrotado y me deslice hasta el suelo.


 Y para colmo, debería estar con ellos en clase.


Iba a ser un curso muy divertido.


Sonreí con ironía mientras empezaban a llamarnos por cursos, me gustaría haber visto la cara de Norya al ver que compartiríamos clase.


La mire, era perfecta, el sol se reflejaba en su pelo, estaba seria, típico en ella, había una chica a su lado hablándola sin parar pero ella la estaba ignorando.


No podía dejar las cosas así, necesitaba una explicación.

Me levante y me acerque.


-¿Norya podemos hablar?-Pregunte, ella me miro y tuve miedo que dijese que no pero al rato asintió.

-Disculpa-Le dijo a la chica, que me miro con cara de asco.

-Claro Norya, chao-La dijo, me dedico una mirada burlona- Adiós vampiro.


La mire con rabia mientras me imaginaba mi aspecto en ese momento, el pelo alborotado, pálido, y con unas ojeras que me llegaban hasta la boca más o menos.


Pero Norya me sonrió, y note que se me aceleraba el pulso.


No aguante más.


-¿Sales con Jay?- Dije lo más rápido posible, la había visto enfurecida, y no me apetecía verla de nuevo así.

 Sin embargo hoy no se cumplirían mis deseos.


Sus ojos se agrandaron y se oscurecieron, sus labios formaron una línea recta, y mascullo entre dientes:


-No, no estoy con Jay- Sus palabras se clavaban en mi como puñales, puñales de hielo, dichas con una frialdad sobrehumana- Aunque eso, y tenlo muy presente, no te incumbe.


Cogí la indirecta al vuelo. No estaba con Jay, pero tampoco quería estar conmigo.


-Hubo un tiempo en el que sí me incumbió.


Ella me miro con superioridad.

 

-Los errores del pasado, se quedan en el pasado, es un poco rastrero sacarlos a reducir ¿No crees? - Y sin mediar media palabra más, se dio la vuelta y se fue.


Dejándome solo, con el alma a los pies.

Cuando caiga la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora