Capítulo 12

33 3 0
                                    

Lentamente fue saliendo de la somnolencia. Mis brazos se volvieron a sentir como brazos, no como bloques de plastilina. Mi boca, aunque pastosa por los días que he estado sin ingerir ningun tipo de ruido, volvio a moverse lo que me permitió llamar a mi madre. Mis ojos lentamente fueron abriendose y pude ver a Norya entrar corriendo al salón.

-¡Sam! ¡Estás vivo!-Dijo mientras me abrazaba fuerte- Oh siento mucho todo lo que te dije, lo siento mucho...

-Nor-La dije- Callate- No quería la compasión de nadie. Ella se alejo y se sentó en una silla al lado de mi cama- ¿Dónde está mi madre?

-Tuvo que irse después de que mi padre te ayudará. Llevo aquí desde entonces.

-¿Cuánto he dormido?

-Una semana entera..¿Quieres agua?-Asentí y cogí la botella que me tendía.

-¿Llevas aquí una semana?-Ella asintió- ¿Y el perro de tu novio no ha dicho nada?- Dije sonriendo sarcastico.

-No te metas con Jay, ha estado defendiendote del resto toda la semana.

-Oh no pienses que voy a daros las gracias, por salvaros el culo me he visto en esta situación.

Ella suspiró.

-Tu madre me aviso que ibas a estar así de irritable, pero no me afectas porque llevo uno de mis conjuros, que por lo visto sirven para cualquier cosa, incluso para evitar romper la boca a idiotas que casi mueren. Asi que no te molestes.

Asentí indiferente.

-¿Qué ha pasado en esta semana?

-Más ataques, el instituto ha sido evacuado varias veces por "terremoto". Hemos tenido que agrandar la sala mediante magia para practicar todo lo que tenemos que practicar. Entrenamos las 24 horas del día.

-¿Cómo vas a practicar tú si has estado aquí? 

-He creado un portal, he estado yendo del instituto aquí continuamente.

-Eso ha sido completamente innecesario, he estado bien.

-Eso es lo que tu te crees. Además, te lo debo. Como bien dices, salvaste nuestro estupido culo.

-Ya bueno.

Me tendió una bolsa transparente.

-Ah no, no pienso beberme eso.

-No te queda otra, solo la infancia de la persona, momentos felices. Es legal. No te preocupes.

Hizo crecer sus finos colmillos de hada y rompio ligeramente la bolsa. 

-Bebe- Dijo.

Lo que me dieron ganas de hacer cuando la vi es de absorver cada gota de su vida. Pero eso no está bien pensé.

Pero tengo hambre. Mucha. Y sed.

-Dame la bolsa antes de que haga una locura-Dije con voz ronca.

Ella me tiro la bolsa y se apartó.

Empecé a beber.

****

Observé como Sam bebía. 

Me dolía verle así, tan dependiente de esa sustancia para continuar con su vida.

Y todo por mi culpa.

Esta semana había estado a punto de hacer varias locuras.

Dejar  a Jay por ejemplo.

Estar con Sam practicamente todo el día, verle susurrar mi nombre en sueños y pedir que no me matasen. Verle tan febril, tan inocente, tan delicado.

Había despertado en mi algo que creí que estaba totalmente muerto.

Y ahora el parecía frio y distintante. Parecía odiarme.

Me avisaron. Jay me avisó y me dijo que no me precipitará.

Que Sam no sería el mismo. Que no solo le destrozaría a él, sino que me haría daño a mi misma y a mis padres.

Le escuché.

Le dije que cuando Sam despertará aclararía todos mis sentimientos. Que me dejará esté tiempo para cuidar de él.

No puso más pegas.

Sin embargo ahora, me temo, los he perdido a los dos.

-Sam, se acabó- Atraje la bolsa hasta mi.

-Odio que hayas aprendido tanto tan rápido- Dijo sonriendo y casi parecía el mismo, salvo por el brillo de sus ojos.

-No vas a engañarme Sam. No hay mas por hoy.

Hice desaparecer la bolsa y él se tiro encima de mi.

-Donde lo has mandado-Dijo en un gruñido.

-A un sitio seguro- Convoque al elemento tierra y atraje las ramas de las plantas de su madre hacia mi, mientras le ataban los brazos y le alejaban de mi dije- Tu no quieres ser así, calmate Sam.

Pareció volver a la normalidad.

-He querido matarte Norya. Cuando rajaste la bolsa...el contraste de la vida de dentro, tan prefabricada con la tuya, tan normal, ha sido horrible. Quiera simplemente sacar cada gota de vida que tuviera tu cuerpo.

-Lo sé. No te preocupes.

Me gire para que no viera nada en mis ojos.

-Tenemos que irnos Sam, tienes que ponerte al día. El resto del Reloj tiene que saber que contamos contigo.

-Matame.

Me giré espantada al oír eso.

-No pienso hacer eso.

-No pienso volver allí y ver como Jay te besa cada vez que quiere. Como te abraza. Como a ojos de todo el mundo pareceis la pareja perfecta. Mientras que yo me quedo en un rincón viendote sonreir a gente que te importa una mierda. Norya se que no quieres a Jay. Al menos no tanto como haces creer. Se que sigues sintiendo algo por mi. Sino, me hubieras dejado morir.

No contesté, no podía.

-Matame.

-No-Dije en un susurro, mientras inconscientemente soltaba las cuerdas que le sujetaban. El tardo medio segundo en aparecer justo en frente de mi.

-Entonces dejame que te bese- Dijo mientras agachaba su cabeza hacia mi.

El portal que había creado relucio.

-Vaya siento interrumpir.

Cuando caiga la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora