Capitulo II: Grandes cosas surgen de pequeñas casualidades.

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Akko camina animadamente por los pasillos de la academia, se dirige al campo de entrenamiento para encontrar a Amanda. Al llegar, mira por todos lados posibles, pero la peli-naranja no se encontraba ahí. Entonces pensó: "Ya sé, es un poco tarde para que siga entrenando. Así que de seguro está comiendo algo en los comedores."

Por lo que, Atsuko partió apresurada a cumplir su cometido. Al llegar a la cafetería se dirigió a una mesa en específico, ya que esa era la mesa que O'Neill frecuentaba con sus amigas. En ese sitio por desdicha para la castaña solo se encontraba Jasminka. Quien al ver que la castaña seguía buscando con la mirada, supuso que esta estaba buscando a una de sus dos amigas.

– Jasminka: Hola Akko, si buscas a Constanze está construyendo uno de sus artefactos, en su laboratorio secreto. Ya sabes cómo llegar. (Suelta una pequeña risita al recordar como Akko por error cayó por el conducto escondido en la cama). Y si estás buscando a Amanda, ella hace un rato que fue a bañarse, así que ya tiene que estar en nuestra habitación.

A la animada estudiante de magia se le iluminó la cara, mientras volvía a la carrera le gritaba a su dulce y glotona amiga. - ¡Gracias! ¡Te debo una golosina! (Akko se despedía con la mano que tenía libre. A lo lejos se podía ver que en la cara de Jasminka, se formaba una gran sonrisa).

Atsuko llegó rápidamente a la habitación de la pelirroja. Con lo emocionada que estaba Kagari en un segundo realizó las siguientes acciones. Primeramente, abrió la puerta, sin aviso ni permiso. Luego, entró a la habitación sin soltar la manilla de la puerta. Sin cambiar de rumbo, siguió avanzando al mismo tiempo que empujaba con fuerza la puerta hacia atrás, como consecuencia un gran portazo provocó dos cosas; una de ellas cerrar la puerta con un gran estruendo y la otra que una Amanda bastante sobresaltada se girara hacia la puerta para ver quien irrumpía en su dormitorio. Finalmente, y antes de un agitador accidente, Akko continúa su trayecto sin percatarse de que uno de los robots de Constanze estaba en el suelo, justamente en medio de su camino. Y es que su despistada personalidad y su gran talento para meterse en problemas, en más de una ocasión la metieron en grandes líos, no siendo esta la excepción. La castaña tropezó con el pobrecito robot, haciendo que soltara la escoba y se estrellara con su rebelde amiga, quien se encontraba en frente suyo.

La caída de Atsuko sobre O'Neill, dio como resultado que ambas se estamparan contra el suelo y además que la brujita de ojos verdes claros se sonrojara, al igual que la castaña de ojos carmesí. Pero para entender esta reacción, tendremos que retroceder un poco. A causa de que la imprudencia de la castaña no solo resultó en desafortunado incidente, sino que además en una embarazosa casualidad. La cual da pie para que la historia dé un giro de ciento ochenta grados, cambiando completamente el rumbo de la relación de estas dos estudiantes.

Vamos a ubicarnos exactamente en el campo de entrenamiento, aproximadamente quince minutos antes de que la animada castaña llegase, déjenme que los ponga en contexto. Nuestra rebelde Amanda había ido a entrenar con su escoba, con una de sus más queridas amigas, Jasminka. Esta última la observaba sentada en una banca cercana mientras tanto se comía un bocadillo. La pelirroja ya llevaba dos horas entrenando y se encontraba exhausta, y aunque Amanda se queje bastante de las tareas y el trabajo, volar no lo entraba en esa categoría. Volar en su escoba a toda velocidad y sentir el viento en su cara, al mismo tiempo que hacía acrobacias y sentía la adrenalina por su cuerpo, era una de las pocas cosas que le da placer hacer a la pelirroja. Estar en el aire con aquella sensación y que el viento acaricie su melena la hace feliz, por ende, ¿cómo lo va a considerar una obligación? Y es que volar es igual que respirar para O'Neill, es parte de su ser y es lo que más le apasiona hacer.

En fin, como les decía Amanda ya estaba exhausta y justamente quince minutos antes de que Akko se apareciese por el campo de vuelo. La desordenada y cansada pelirroja había decidido parar de entrenar, ir a bañarse a las duchas y luego cambiarse la ropa en su cuarto. Así que aterrizó al lado de Jasminka y se bajó de la escoba, diciéndole al conjunto de estas acciones. – Jasminka creo que terminé por hoy. ¿Me acompañas?

– Jasminka: (Mientras comía una dona). Quiero ir a la cafetería, escuche que hoy van a hacer unas magdalenas deliciosas. ¿Te parece si nos vemos en un rato?

– Me parece bien, me iré a dar un baño y luego a cambiarme. Nos vemos en los dormitorios. (Marchándose).

– Jasminka: (Despidiéndose con la mano). Hasta luego.

Así ambas amigas se despidieron, marchándose cada una por su lado a hacer lo que habían acordado. Amanda fue a su cuarto, dejó su escoba en su sitio y buscó ropa limpia, la cual dejó en su cama. Luego sacó una toalla, una esponja, su cepillo de pelo, ropa interior, entre otras cosas. Cuando ya tenía todas las cosas en su posesión fue a bañarse. A esa hora no había nadie por los pasillos, ya que todas estaban en la biblioteca, el comedor o en sus habitaciones. Era fin de semana así que todos estaban en la ciudad o aprovechando su día en otras tareas.

Al terminar de bañarse, Amanda se secó bien el cuerpo y se estrujo un poco el pelo con la toalla. Se puso la ropa interior y se envolvió con la toalla, amarrándola bien firme por delante, se calzó con sus típicos tenis y partió a su habitación. Al llegar a su cuarto no se encontró con ninguna de sus amigas, Constanze estaba en su laboratorio completando uno de sus artefactos. Por lo que, llegaría a la habitación en la noche solo a dormir. Jasminka por otro lado, no volvería dentro de una hora, ya que sus excursiones a la cafetería no duraban menos que eso.

La pelirroja con suma relajación dejó su ropa sucia y la toalla en el conducto, que la llevaría a la lavandería. Se descalzó dejando sus zapatos en un rincón y se puso un buzo que había dejado con anterioridad, cuando se disponía a ponerse la polera escuchó un fuerte portazo. Ruido que hizo que sobresaltada se diera vuelta a ver quién lo había provocado. Encontrándose así con un robot y una escoba volando por los aires, pero sobre todo con Akko cayendo en la dirección donde ella estaba parada.

Ahora que ya estamos en la actualidad y los puse al tanto de todo, continuemos. Ambas cayeron estampándose contra el suelo, quedando en una posición muy comprometedora. Akko quedó sentada sobre las caderas de Amanda, mientras su torso se apegaba haciendo presión al de la pelirroja. Su mano izquierda, producto de la conmoción quedó sobre el pecho derecho de O'Neill. Por otro lado, la palma de su mano derecha producto de los reflejos de la caída quedó apoyada contra la pared de enfrente suyo, con el brazo totalmente estirado.

Por el contrario de la castaña, la bruja de ojos verdes quedó debajo de esta. Teniendo como reflejo sostener a Atsuko, la agarró por la cadera con su mano izquierda. Y para amortiguar la caída flectó su brazo derecho en noventa grados hacia atrás, resultando que tras la caída la mitad de su brazo (desde el codo hasta su mano), quedara apoyado en el suelo. Dándole así soporte para que estuviera semi sentada, con una Akko montada encima suyo y a vista de terceros acorralada por la morena.

Ah, se me olvidaba lo más importante, aunque tal vez ya se habrán percatado. Con quince minutos, un accidente y un poco de suerte, la historia de amor entre Akko y Amanda da comienzo. Aunque ellas aún no lo saben, es cuestión de tiempo que esta pequeña casualidad dé frutos a algo mucho mayor.

El amor es la esencia de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora