Capítulo 4

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Isabel inmediatamente se dio cuenta de las intenciones de José Manuel al sentir la mirada en su boca.

Isabel: no...

Alcanzó a murmurar pero eso no bastó, no fue suficiente, José comenzó a descender su rostro hacia el suyo con la única intención de tomar posesión de esos labios.
La distancia entre ellos era ya nula, sus respiraciones una sola. Los ojos de ambos estaban cerrados, dejándose llevar por los recuerdos y la pasión que alguna vez los embargó. El latido del corazón de Isabel era veloz, como un caballo desbocado, sus labios se rozaban, estaba ya hecha a la idea de que lo besaría cuando el estrepitoso sonido del teléfono los sacó de su nube.

Isabel se puso alerta, colocó sus manos en su pecho y lo empujó.

Isabel: contesta.

En un tono mandon que a José Manuel le sacó una sonrisa sin embargo se preguntaba que había estado a punto de hacer, la miraba.

Isabel: ¿no vas a contestar o que?

José Manuel: estoy hablando contigo.

Isabel: puede ser importante.

José Manuel: exhala ya veremos... Va y levanta el auricular Diga... Ah, hola Begoña mira de reojo a Isabel.

Isabel al oír el nombre de mujer se giró dándole la espalda y yendo de nuevo a donde estaban las fotografías.

Se olvidó de José Manuel hablando con su novia mientras ella miraba todas las fotografías de Elisa, esas bellas sonrisas aunque en su mirada se veía la tristeza, suspiró pensando si realmente hicieron lo mejor para sus hijos. La mano de José tocandole el hombro la regresó a la actualidad y ella se alejó inmediatamente pues sintió un cosquilleo que no le gustó nada. Lo miró sería.

Isabel: me iré mañana mismo.

José Manuel: y yo te he dicho que no... ¿Acaso quieres levantar sospechas? Ellos no pararán de hacer preguntas.

Isabel: Joss nunca me ha cuestionado.

José Manuel: pero se ha juntado mucho con Lisa, quizá se le haya contagiado.

Isabel: no has sido un buen padre, entonces.

José Manuel: ¿qué te digo? Me he dedicado a trabajar para darle a mi hija una vida digna ¿acaso hice mal?

Isabel: pues no pero un...

José Manuel: te recuerdo que tu renunciaste a ella, no vengas ahora a querer mandar.

Isabel: tu también renunciaste a Joss.

José Manuel: si, la diferencia es que yo no te estoy diciendo nada referente a su crianza y ya no quiero hablar de ello, el pasado pisado, lo único que debes hacer ahora es fingir y eso se te da muy bien según recuerdo.

Isabel: ¡maldito infeliz! Levanta la mano con la clara intención de darle una bofetada

José Manuel: fue ágil y le sostuvo la mano antes de que el golpe se diera más te vale que te controles, una vez lo hiciste y espero recuerdes lo que sucedió después. Sonríe malicioso ¿estamos?

Isabel: traiga grueso, asiente y se libera de su agarre ranchero.

José Manuel: a mucha honra... Mi trabajo muchas cosas me ha dado, hasta muy buenas amantes, cosa que dudo de ti.

Isabel: ¿tu que sabes de mi? Levantando la barbilla.

José Manuel: lo que veo nada más se rasca un poco la barbilla pero de ese tema no creo que te convenga hablar a profundidad.

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