Capítulo 6

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Isabel ingresaba a la habitación molesta consigo misma por dejar que el beso con José Manuel ocurriera, ahora, el pensaría que ella seguía enamorada de él... ¿Y si así era? Se preguntó entrando al baño y comenzando a desnudarse.

Isabel: no no no, tu ya no lo amas, dejaste de amarlo hace mucho tiempo... ¿O no?

Comenzaba a dudar de sus sentimientos ahora que lo había vuelto a ver después de casi 19 años.

Isabel: ese tiempo debe bastar para dejar de amar a alguien ¿no? Se metía a la regadera de agua fría piensa, piensa, piensa... Sacude la cabeza no, no, mejor no pienses, no pienses.

Siguió bañándose mientras se debatía por su sentir.

En la habitación contigua entraba la pareja modelo al baño, mientras lo besaba por el cuello, la barbilla y la boca, Begoña también lo desnudaba y él tan solo se dejaba pues su mente no paraba de revivir ese dulce momento al lado de Isabel junto al arroyo. La tuvo entre sus brazos y la sintió vibrar como la primera vez que la estrechó, hace muchos años, siendo apenas unos adolescentes, cuando apenas tenían la edad que sus hijos hoy en día.

La voz de Begoña le sacó de su pensar.

José Manuel: ¿que dices?

Begoña: qué me ayudes con el vestido Se gira, dándole la espalda y poniéndole a la vista el cierre.

José Manuel: oh, claro.

Él bajo el cierre del vestido completamente y enseguida subió las manos a los tirantes, bajando la prensa y dejándola caer al suelo. Era consiente de lo caro del vestido así que pretendía agacharse para levantarlo, pero Begoña lo tomó de la mano, sonriendo.

Begoña: yo lo hago, ve a la ducha, ya te alcanzo.

José Manuel: está bien.

Haciendo caso, se dirigió ya desnudo a la regadera, abriendo las llaves, dejando que se templara el agua y metiéndose bajo esta lluvia artificial.
Cerró los ojos dejándose llevar una vez más por los pensamientos, estaba perdido en ellos cuando unas las manos finas rodearon su cuello y una boca se posó sobre la suya, sonrió ligeramente mientras correspondía al beso y por su cabeza resonaba el <<Isabel>>. El beso fue tornándose intenso y arrebatado, tomando a la dama por la cintura y hasta llegando a ser salvaje la pegó duro a su cuerpo. La mujer murmuró su nombre de manera muy sensual, lo cual lo encendió aún más, arrastrando su boca la llevó a su cuello, ella echó su cabeza hacia atrás dándole más acceso y sus dedos se aferraron a sus fuertes hombros.
Dejando un camino de intensos besos fue bajando hacia su pecho, llegando a sus senos y haciendo estragos en el a la par que sentía una de esas frágiles manos descender hacia una zona muy específica, su entrepierna.
Ante la oleada inmensa de placer succiono con fuerza la punta del seno que tenía en ese momento en su boca, un gemido en tono de queja le siguió.

Begoña: ahh ¡José Manuel!

Entonces el se separó y se le quedó mirando, asombrado por descubrir que era ella quien estaba con él en ese momento y no Isabel.

¿Qué mierda? Se dijo a sí mismo mentalmente. No daba crédito a lo que le acababa de ocurrir. Nunca antes le había pasado.

Begoña: te has quedado mudo amor, lo sé, es rico le murmuraba al oído mientras su mano hacia entragos en su miembro, subiendo y bajando y para que disfrutes más le muerde el lóbulo de la oreja para enseguida agacharse ante el y envolver su miembro con su lengua.

<<Mierda, grandisima mierda>> pensaba mientras sentía las mamadas de Begoña. Tenía los ojos cerrados, la cabeza contra la pared y una enorme furia hacia el mismo tan grande que ni siquiera estaba disfrutando del todo la felacion. Se maldecia una y otra vez por haberse permitido pensar en ella de esa manera, en ese momento, en compañía de Begoña.

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