La mañana siguiente llegó, el sol y el sonido del campo despertó a Isabel quien yacía dormida en un diminuto camisón de seda, se estiró en la cama y se quedó mirando al techo, sonriendo, se sentía espectacular.
Se levantó de la cama sedienta, apenas fue al baño a lavarse la cara y hacer pipí para luego salir de la habitación y bajar a la cocina, reinaba la tranquilidad al ser fin de semana, los trabajadores descansaban y hasta Mayte se despertaba un poco más tarde. Ella con confianza llegó a la cocina, se sirvió agua y la bebió tranquilamente viendo el enorme sembrado de agave ante ella, suspiró y pensó que muy fácilmente se podría acostumbrar a vivir ahí. Ese pensamiento no duró mucho hasta que lo recriminó ¿porque estaba pensando eso? Estaría unos días más y se iría, no soportaba a Begoña, si se había quedado había sido únicamente por sus hijos, para que convivieran.
Un sonido la regresó a la realidad y cuando se dio cuenta estaba ante ella el protagonista de sus más recientes fantasías, que pronto se hicieron brevemente presentes en su mente, a lo que su cuerpo reaccionó y sus pezones se marcaron por encima del camisón.
José Manuel: Perdón, no era mi intención asustarte.
Isabel: descuida, es solo que, estaba aún un poco dormida.
José Manuel: entiendo yendo a servirse agua ¿dormiste bien? Estaba serio.
Isabel: Lo notaba bastante bien, cómo un bebé.
José Manuel: me alegro.
Isabel: ¿donde estabas? Hoy no se labora ¿no?
José Manuel: terminando de beberse el agua no, no se labora... Ni la miraba, suficiente había sido ver sus senos transparentarse pero salí a correr un poco.
Isabel: no sabía que te gustaba correr, creí que eras más de pesas y aparatos complicados.
José Manuel: y lo soy... Solo corro cuando me siento tenso.
Isabel: ahh ya entiendo... ¿Y que te tiene así?
José Manuel: muchas cosas...
Isabel: ¿mi presencia es una de esas cosas? Acercándose un poco a mirarlo
José Manuel: no te preocupes por mi Isabel.
Isabel: siempre eres así, siempre te guardas las cosas, por eso no consigues la felicidad.
Lisa que con mucho pesar bajaba por un poco de cersl con leche al menos, esperando saciar con ello su hambre, llegó hasta la puerta de la cocina, se detuvo de golpe al escuchar voces y se despabilo por completo al ver de quienes se trataba, se quedó bastante quieta para no hacer ruido.
José Manuel: Isabel basta...
Isabel: es la verdad José, sé que te duele que te digan la verdad y esa es. Ahora, también el estarle ocultando a los muchachos...
José Manuel: ¡dije que basta! La sujeta de los brazos con fuerza y se le queda mirando intensamente unos segundos a los ojos ¿es que no te puedes callar? Dice con furia y enseguida toma su boca con desesperación.
Lisa se asoma un poco y descubre tremenda escena, que la hace llevarse las manos a la boca, ahogando un grito de sorpresa y emoción.
No desea seguir mirando pero si ir enseguida a contarle a Joss, se gira y para su sorpresa detrás de ella estaba Mayte, enseguida le tapa la boca, hace que mire también y se alejan de ahí.Mayte: no deberías espiar.
Lisa: shhh susurra no es espiar si es mi casa.
Mayte: por muy tu casa que sea, debes respetar.
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Destino
FanfictionCorre, huye, pero no podrás esconderte, el destino se encargará de alcanzarte cuando sea necesario, cuando menos lo esperes y como menos lo esperes.