10 personas traumadas por el Winterpanther

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~WANDA MAXIMOFF~

Bucky estaba sentado en el taburete de la cocina mientras desayunaba. Estaba totalmente relajado, intentando ignorar a T'challa. El cual estaba como una lapa, abrazandole por la espalda, con los brazos alrededor de la cintura de Bucky.

- ¿Qué quieres?

-  ¿No te puedo abrazar?

Bucky sonrió, dejo la tostada en el plato y se dio un poco la vuelta para coger la mejilla de su pareja. Bucky elevó su cabeza para besar la mandíbula de su pareja. T'challa sonrió y le devolvió el beso, esta vez en la mejilla. Pero enseguida sus labios bajaron al cuello de Bucky. Y con esta también bajó su mano.

Al ver las intenciones del Rey, Bucky negó con un gruñido y subió la mano de su pareja.

- No.

- Oh vamos.

- No T'challa, no quiero.

- Eres el primero que provocas y ahora me dices que no. Eres un calientapollas.

- ¿Perdona?

Bucky se giró por completo para ver a su pareja de frente. Lo miró con cara seria, pero también con esa mirada tan penetrante de ruso asesino. Y mira que Bucky no es ruso. 

T'challa se asustó, como no. 

- Bucky no quería decir eso.

- Pero lo dijiste.

- Ya lo sé, pero no quería que fuera así. No lo quise decir de forma tan directa.

- Pero querías decir eso.

- Nooo, amor, así no es. Es que es muy largo de explicar.

- Tranquilo, tengo todo el día.

Con esto dicho, Bucky alejó a su pareja de él empujándole, se acomodó en la silla y lo miró seriamente con los brazos cruzados. 

- ¿Me vas a hacer expicartelo?

- No, solo quiero que admitas que realmente era eso lo que querías decir.

- Sí lo admito... ¿me perdonas?

- No.

- ¿Entonces?

- Solo me gusta ver el mundo arder.

Bucky se levantó de la silla dejando el desayuno casi intacto.

- No has desayunado.

- Me has quitado el hambre, puerco.

Y cuando se fue hacia la puerta, vio a una recién levantada Wanda. Mirando a los dos con una mirada totalmente ausente y perdida.

- Os vais a pedir perdón y no quiero más peleas entre vosotros, ¿entendido?

La pareja se miró y enseguida estuvieron dándose un gran abrazo para hacer feliz a la bruja. 

- ¿Podemos dejar de abrazarnos ya?- preguntó el Rey después de haber estado casi cuarenta minutos abrazado a su novio por el miedo a que la chica los asesinara. 

- Solo veinte minutos más.