10 personas traumadas por el Winterpanther

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T'CHALLA UDAKU Y BUCKY BARNES

Pasaron diez años más. Diez años en los que ninguno de los dos supo nada del otro. 

T'challa estaba destrozado. Lo había perdido todo, desde su traje, como su reinado, como al amor de su vida.

Poco tiempo tuvo que pasar para que T'challa se diera cuanta que al perder a Bucky lo había perdido todo. Pero tuvieron que pasar varios meses para darse cuenta de porque su pareja había simplemente puesto fin a su relación. 

Realmente le hizo mucho daño. Por lo menos aceptó su error y decidió disculparse casi tres años después de la ruptura. Como se dice, mejor tarde que nunca. Bucky aceptó las disculpas, ya que Bucky puede tener muchos defectos pero no es para nada rencoroso. Eso sí, le advirtió que es muy probable que no puedan ser más allá que conocidos, ni siquiera amigos. Quería tener el menor contacto posible con él. 

Aún así se pusieron al día. 

Bucky descubrió que T'challa iba a terapia, que ya no era rey de Wakanda, ni siquiera tenía el poder Black Panther. Ahora, todo eso, era Shuri. Es cierto que se sorprendió, pero una parte de su consciencia ya se lo esperaba. En su momento ya conoció a Ramonda y ella era una mujer muy justa con todos. Es obvio que si se enterará de todo lo que pasó ella tomaría consecuencias. 

Por otra parte, T'challa descubrió que ha Bucky le iba muy bien. Ya reconstruyó su vida, junto a Tony. Solo cuando Bucky le dijo que estaban en la lista de espera para la adopción de un bebé, sabía que él estaba bien. ¿Bucky era feliz? Por supuesto, pero ¿a qué precio?

La llamada terminó con un: "espero que te vaya muy bien la vida. Y aunque sea desconcertante en un principio, realmente agradezco mucho el haberte conocido y que haya pasado por todo esto. Adiós T'challa." 

Pero lo que Bucky decía era totalmente cierto. Después de un tiempo comenzó a quererse a si mismo como es debido y se dio cuenta que en la vida hay personas que merecen más la pena. 

Mientras, T'challa al otro lado del teléfono, se deslizó por la pared hasta quedar estando en el suelo a punto de romper en llanto.