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TONY STARK

Tony no solía dormir en su cuarto, las ansias de experimentar le obligaban estar 24 horas en el laboratorio. De vez en cuando daba algunas cabezadas en el sillón de su laboratorio pero ya está. Pero ese día se dio el lujo de ir a su cuarto a dormir en su cama, donde literalmente ha dormido 10 veces como mucho. 

Su horario de sueño estaba totalmente estropeado, es por eso que en medio de la noche se tuvo que levantar para ir a comer algo.

Llegando a la cocina vio que había alguien, ya que la luz estaba encendida. Entró a la cocina y ahí encontró a Bucky buscando algo en el congelador. 

- ¿Bucky?

El supersoldado se sobresaltó, no miró a Tony. No podía dejarle ver el moratón que tenía en el ojo después de haber recibido el golpe de T'challa. Es por eso que quería encontrar algo frío y evitar que el moratón sea tan notable.

- Tony, ¿que... qué haces aquí?

- Venía a por algo de comer, ¿y tú?

- Venía a por agua.

- ¿Y estás buscando en el congelador?

- Es que del grifo esta muy caliente, pues quiero ponerle un hielo...

Todo mentira. Tony le pilló en su mentira, Bucky odia el agua fría. No le gusta, dice que le congela los dientes. Pero prefirió seguirle el juego y ver a donde llegaba todo esto y con que se encontraría.

- A pues están en el otro congelador. Aquí, justo aquí.

Tony sacó del congelador que tenía a su lado, la bolsa de hielo. A Bucky le dio un vuelco el corazón, lo habían pillado. Es obvio, no podía hacer mucho más. 

Se levantó y se dio la vuelta lentamente hasta ver a Tony. No quería enseñarle el moratón a Tony, seguro que se reiría de él. Es obvio. 

Pero Tony solo aspiró aire por la boca por la sorpresa. Enseguida se acercó a Bucky, rápidamente. 

- Dios mío Bucky, ¿qué te ocurrió? ¿Qué te hiciste y como lo has hecho? Bucky... no me digas que ha sido él.

- Tony no te preocupes, solo cogeré un hielo y me iré.

- No no, Bucky dios. Esto es serio. Vamos siéntate. 

- No tienes que tomarte tantas molestias... puedo solo.

- NO BUCKY. No puedes hacerlo solo, nos has demostrado a todos que no puedes solo. Así que por favor, siéntate en el jodido taburete y déjame ver lo que ese bastardo te ha hecho. ¿Entendido? 

- No lo llames así Tony...

- ¿¡Como quieres que lo llame entonces!?

- No grites Tony... por favor. Despertaras a todos. 

- Me da igual Bucky, me da totalmente igual. Has estado ya dos años a merced de ese sinvergüenza, no puedes simplemente dejarlo estar, menos si vuestra relación va a acabar tan mal. Bucky te lo digo enserio, no exagero cuando digo que es muy probable que tu acabes muerto.

- Tony no...

- Bucky cállate, solo te voy a decir una cosa. Como yo vuelva a ver tu hermosa cara con algún moratón más... T'challa, por arte de magia va a desaparecer... Pero ahora, siéntate en el taburete y déjame ayudarte con eso. 

Bucky asintió y se sentó. Se dejó tocar y ayudar por Tony. 

Este hombre siempre le había tratado con mucho delicadeza, todo lo contrario a T'challa. 

Tony acarició con suavidad el morado con una pequeña pomada que bajaría la inflamación y ese color.

- ¿Mejor?- preguntó Tony después de cerrar el bote del crema.

- Un poco sí, pero...

- ¿Pero?

- No ha sido solo eso...

- ¿Qué más ha hecho?

Bucky suspiró. Tony por primera vez vio como los ojos de Bucky se aguaban, estaba a punto de explotar.

- Mi... mi brazo... no puedo moverlo.

- ¿A ver?

Bucky, algo dolorido levantó la manga que correspondía a su brazo metálico. Enseguida Tony ardió en rabio y suspiro furiosamente. El brazo estaba totalmente abollado y estropeado,no sabía como no se había dado cuenta que le faltaba un dedo. 

Era impresionante el dolor que tuvo que soportar Bucky. Ya que, aunque el brazo era metálico, estaba programado y unido al hombro de Bucky de tal manera que los nervios pasaban por todo el brazo. Así haciendole sentir cualquier tipo de dolor en el brazo. Y aunque el brazo esté duro, Bucky sentiría cualquier dolor, ya sea el de una patada o el de un dedo arrancado de cuajo. 

- Bucky... ¿T'challa sigue en vuestro cuarto?

El Sargento asintió. 

- Perfecto... vamos al mío.

- ¿Qué?

- Que hoy dormirás conmigo y mañana arreglaremos ese brazo.  

Y aunque Bucky tuviera miedo de lo que T'challa pudiera decirle al día siguiente, confió en Tony y lo siguió a su cuarto.

Al día siguiente, Bucky no salió del cuarto de Tony. Mejor dicho, sus amigos no le dejaron salir. 

Dos días más tarde, Tony había arreglado el brazo de Bucky y dejó que la pareja hablará. Obviamente con él delante.

No volvería a dejar a Bucky a solas con ese animal.



10 personas traumadas por el WinterpantherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora