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-¿Hola?- _replico con el celular sujeto cerca el lado derecho de mi cabeza, casi con el corazón en la garganta ulteriormente haber leído el nombre de la persona llamando_

-Yugyeom...- _menciona la señora Sunhee en un latoso suspiro_ -Son dos semanas, no consigo nada y esto me resulta molesto, ni siquiera recibo algo a cambio y...-

La voz de la señora empieza a perecer para mis oídos, se hace tan, pero tan insignificante. A medida que mi mano baja alejando de mi rostro el celular resbalar de mi agarre acabando en el suelo, domina todo mi ser la misma sensación que experimentaba hace cuatro años, la misma o peor, tal capaz de hacer cualquier cosa por obtener más que venganza. Cualquier cosa. Mi cuerpo no capta ninguna señal más que esa, ni todas las persistencias de BamBam son suficientes para sacarme de ese frasco, chilla tantas preguntas aunque ninguna es atendida por mí. Empiezo a caminar en salida del apartamento y el que Bam intente detenerme con sus afilados y débiles brazos no serviría ni en mil intentos, siendo para mí algo totalmente irrelevante, únicamente mi pensamiento tiene toda mi sumisión, "¡Yugyeom!" "¿A dónde vas?" "¿Qué te pasa?" "¿Quién era?" delira cada vez peor en vista de no ser correspondido. 

Mi cuerpo me lleva hasta un específico lugar,  centrado en una sola cosa que me sorprende al momento de conducir en un semáforo rojo el cual casi atravieso sin consideración, por lo tanto me detengo al instante siendo la calle una muy concurrida, si avanzaba podía matar a alguien. En suma alcanzo mi destino pegando el carro en el primer lugar vacío que veo, sin importar que sea frente un estacionamiento, salgo del propio milagrosamente cerrando la puerta luego y en cuestión de segundos me encuentro subiendo las escaleras del hospital con específico destino al consultorio de psiquiatría, el encargado de secretaría aparece detrás mío, razón por la que empiezo a correr antes de que algún guardia aparezca detrás suyo.

Tan rápido como mis piernas me lo permiten ingreso de un un sólo golpe al cuarto asignado a la persona que busco, de un salto me percibe el doctor Jeongmin corta toda comodidad en su asiento incorporándose de pie, una señora sentada frente su escritorio se da vuelta buscando de qué se trata el escándalo del viejo.  También volteo viendo si Bam me siguió este trayecto ya que subió al carro conmigo sin saber a dónde iba y al divisarlo agradezco que haya venido hasta aquí.

-Busca los discos- _digo_


*BAMBAM*

Ni bien termina de hablar Yugyeom se dirige con lentitud al doctor quien exige en voz alta que venga algún oficial, antes de que eso suceda acato la orden de mi hyung apareciendo de un salto en el escritorio de la habitación, primero en el cajón principal de su escritorio del cual supongo tiene los discos, de pura desgracia el mismo tiene seguridad. Probablemente mi furia sea mucho más que la de Yugyeom y mi fatiga ni cómo comprar, misma línea por la que también aprisiono a Jeongmin en la pared, posicionándome a un lado de Yugyeom, el cual tira del cuello de la camisa de su opuesto recibiendo muchos golpes del mismo, mas no parecen molestarle ni un poquito puesto que no muestra ningún signo de dolor.

-¿Cuáles son los dígitos?- _reclamo maliciosamente sin esperar ninguna respuesta antónima_

 La señora en el cuarto no deja de ser indiferente con sus reclamos en voz tal alta, la cabeza podría reventarme en cualquier momento, espera... ¿Se está riendo? Sí, Jeongmin se está riendo en mi puta cara, se está riendo, ¡CIELOS! ¡SE ESTÁ RIENDO!

 Una persona, el de administración, supongo, es quién aparece formando un cuarteto en la habitación, nadie a excepción de la señora le presta la más mínima atención, ni Jeongmin porque parece estar muy ocupado haciendo el ridículo al reírse.

-¿Te estás riendo?- _refunfuña Yugyeom con un deje que llega a sembrar miedo en todos dentro la habitación, incluyéndome_

Desde que contestó esa llamada sus ojos no paran de asustarme, como si otra persona se le hubiera entrado al cuerpo, nunca vi esa cara en mi hyung, digo, muchas veces lo vi bastante, realmente bastante molesto, pero ahora hasta me llega a dar miedo.

El grotesco viejo se queda helado con escuchar a Yugyeom, en realidad todos los presentes, pero él es quien más lo hace notar, su cara vuelve a cambiar soltando una nueva carcajada. ¿Y a este qué le pasa? Sin vergüenza.

Mis oídos ignoran a la persistente señora exigiendo explicaciones al hombre recién inserto en la habitación, todo lo que mi cuerpo percibe es bronca al ver cómo ese funesto viejo se ríe. De improviso mi cuerpo pasma al ver las manos de Yugyeom agarrotando el cuello del contrario, sin permitirle la entrada de ni una micra de aire. Mis ojos se quedan atónitos viendo tal escena. El muchacho de administración aparece detrás suyo en un santiamén, intentando separarlo tirando de sus hombros, cosa que ni cerca se encuentra de lograr ya que Yugy ni se balancea ante tales impulsos.

-Anda, dile los dígitos- _vuelve a gruñir apretando más fuerte la garganta de Jeongmin_

 Él asiente apenas demostrando casi inconsciencia, mas Yugyeom aún no lo suelta.

-¡Yugyeom! ¡Basta!- _desgañito asombrado al ver que el señor empieza a poner los ojos blancos_

Al instante su cuello es liberado y su cuerpo se deja caer en sus rodillas recuperando el aliento fatigosamente, a duras penas, ni bien logra respirar dicta el primer número casi sin voz, lo cual mi cuerpo capta de inmediato y empieza pulsar a en la pequeña pantallita del escritorio, con los nervios de punta, con el miedo de que no estén ahí los discos y todo esto haya sido una perjudicial pérdida de tiempo, le ruego al cielo que los discos estén ahí. Yugyeom no se aparta de su sitio, muy cerca Jeongmin por si se mueve o dicta mal los dígitos, y el otro hombre tampoco abandona el lugar, sigue intentando apartar  Yugyeom.

En tanto termino de escribir la cifra mis ojos brillan cuando el cajón se abre, veo lo que quería ver y saco de inmediato las dos únicas cajas delgadas de disco que hay, por poco mis ojos se humedecen de la emoción.

-¿Los tienes?- _dice Yugyeom con la misma tonalidad maliciosa_

-Los tengo- _replico sin esperar ni un segundo para salir corriendo de la habitación con Yugy detrás mío_

Tan rápido como salimos del hospital corremos la cuadra para llegar al coche, apenas entramos sin abrochar cinturones Yugyeom arranca antes de que llegue alguna patrulla si es que alguno llamó a la policía. ¿Qué acaba de pasar?


*YUGYEOM*

Ni bien entramos al apartamento no nos damos el trabajo de cerrar la puerta, los dos corremos a la habitación y agradecemos tener un reproductor de discos, en Corea ya casi no se utilizan, en fin, BamBam pone el CD tan rápido como puede con los ojos todavía brillosos, apenas el aparato reconoce el disquete un video se comienza a transmitir en el televisor, momento en el que por último los ojos de Bambie sueltan todas esas lágrimas de concordia al ver en la pantalla el cuarto del consultorio, con una joven muy delgada acompañada de Jeongmin, aún no aparece nada obsceno, pero debemos esperar y asegurarnos de que así sea para llevar la evidencia a la policía.

-No puedo- _chilla Bam volteándose para dejar de ver la grabación, su cara se ve totalmente asqueada, apenas empiezan a escuchar quejidos del video se tapa los oídos con toda presión necesaria para no escuchar nada_

No vuelvo a poner la vista en el televisor, no lo considero necesario, detengo la reproducción para no seguir escuchando. El momento resulta enteramente desagradable. Noto que BamBam mira atentamente las dos cajas de disco, miro las mismas y logro divisar una nota pegada, me acerco para leer "FAVORITOS" es lo que trae escrita.

-¿Quién será el otro?- _habla entre dientes con matiz lastimera sin quitar la vista de las cajitas_ 

-Mejor no averiguar, deberíamos ir ahora- _animo acariciando su espalda, pasando mi mano por cada rincón_

-Lo odio- _solloza dejando caer su cabeza en mis piernas_ -¡Lo odio!-


•Hermoso & Nocivo• 2 [YugBam] (Hermanos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora