Agua y Fuego (Navia)

5-Final

El resto de días en aquel paraíso transcurrieron volando. La pareja disfrutó al máximo de aquellas vacaciones mientras pudieron hacerlo. Compraron bastantes regalos para todos los amigos y el día previsto, embarcaron en el barco junto a todas sus pertenencias.

En el camarote y desde sus camas, ambos se miraban con ternura pensando en lo mucho que les había cambiado aquel viaje. El mago jamas pensó en tener pareja y mucho menos que fuera Juvia, una persona que estaba muy obsesionada con Gray, su rival pero también su amigo.

—Queda poco para llegar—dijo.

—Juvia esta algo nerviosa, ¿cómo sentará la noticia?.

—No lo sé, pero conociendo a nuestros amigos seguro que hacen una fiesta, ¿no crees?—preguntó.

—Juvia esta de acuerdo.

Entonces la maga se levantó de su asiento y se puso encima de este.

—Juvia desea mimos—se desprendió de la chaqueta—aquí hace calor, Juvia opina que la ropa molesta.

—Juvia...chica mala—le dio un azote y luego la tumbó para cubrirla a besos.

Debido al ''ejercicio'', el trayecto paso muy rápido y pronto escucharon por el altavoz que habían llegado a Magnolia. Bajaron con todo cargados, aseados y con una sonrisa de oreja a oreja. Allí les estaban esperando sus amigos: Gray, Erza, Lucy y Wendy.

—¿Qué tal el viaje?—preguntó el chico.

—Dejad que os ayude—la pelirroja cargó las maletas de estos.

—¡Me alegro de veros!—dijo la maga celestial.

—Natsu-san, Juvia-san, ¿qué tal ha ido el viaje?—la pequeña estaba con una sonrisa aunque no entendía porque sus olores estaban mezclados.

—Os lo contaremos por el camino—contestó el mago.

Ellos se pusieron a explicar como era todo el recinto, las instalaciones y el resto de la isla dejando impresionados a sus amigos quienes sentían envidia de no haber podido asistir allí. Aunque ocultaron su relación, querían esperar un poco antes de dar la gran bomba. Mintieron diciendo que estaban agotados del viaje y que necesitaban descansar.

Por suerte, ellos mordieron el cebo y los dejaron estar. Aunque Wendy se seguía preguntando el porque sus olores estaban mezclados. Lo achacó a que como estuvieron tanto tiempo juntos, sus olores estaban pegados.

Natsu estaba ya en casa, Happy estaba de misión, o eso es lo que ponía en una nota: Natsu, estoy de misión con Charles, no podré ir a recogerte al puerto pero nos veremos pronto. Firmado: Happy(con la marca de una pata).

Al poco de colocar todas sus maletas en su sitio, escuchó la puerta. Tras ella, estaba Juvia que no dudo en abalanzarse sobre este y besarlo con fogosidad y pasión.

—Juvia echaba de menos a Natsu-san—dijo—¡lo amo!.

—Juvia...¿qué voy a hacer contigo?—preguntó recobrando un poco el aire.

—Hacerme suya—le beso.

Ambos se desprendieron de sus ropajes de cintura para abajo, la colocó encima de la mesa y empujó sus caderas contra las de ella. Juvia solo gemía intensamente sintiendo cada embiste del mago, se aferró a su espalda para no resbalarse mientras este seguía con el vaiven.

Juvia apartó un poco al joven y se puso de rodillas antes de llevar la mano a su miembro y succionarlo con ganas dejando boca abierto al mago que solo acariciaba el pelo ya que el gorro que siempre llevaba puesto se había caído nada más entrar a la casa. Cuando pasaron unos minutos y ya excitado totalmente, la puso en pie y le dio la vuelta para que esta se apoyase con las manos en la mesa.

—Juvia...Juvia...—estaba cachondo.

—Natsu-sama—dijo antes de ser empotrada de nuevo y clavaba sus uñas en la madera.

—Juvia...¡te deseo!—grito siguiendo con el vaiven.

Y así, al cabo de unos minutos dio el último empujón antes de caer sobre la espalda de ella y respirando para recuperar aire. Natsu ya con fuerzas, la puso sobre él como un caballero a su dama y la llevo hasta la ducha donde volvieron a tener sexo pasados unos minutos.

Salieron con una sonrisa de oreja a oreja, la toalla tapando sus partes y tomados de la mano.

—Deberíamos contarlo al gremio.

—Juvia, ten paciencia.

—Esta bien...Juvia quiere preguntar algo.

—¿De qué se trata?—preguntó.

—¿Cuantos niños desea tener Natsu-sama?.

—No lo había pensado pero ya habrá tiempo.

—Juvia puede tener diez hijos si lo desea.

—No...no hace falta je,je.

Su nueva vida no había hecho más que comenzar y si, aquel viaje les cambió la vida dando paso a una pareja que sería muy feliz. Y hasta que revelaron su relación, su pasión iba a estar muy presente aquellos días y más sabiendo que Happy no estaba y estarían a solas en aquella casa.

Fin.

En principio iban a ser 10 pero lo he dejado en 5. Una historia muy corta pero intensa supongo.

Gracias por leer :)