3.Cohesión

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Una semana después

El tiempo que habían pasado juntos comenzaba a ser más exasperante, se notaba a leguas que la atracción terminaría por consumirlos.
Aunque el tiempo había sido relativamente corto, lo que les unía se hacía más fuerte a cada minuto..segundo,algo crecía de forma desmesurada en sus corazones y les asustaba.
Cambió eso sucedía estaban cambiando, recordando y soñando con un futuro mejor.

Ya era de noche y como de costumbre ambos se acostaron en la misma cama, su espaldas se juntaban, pero como siempre sucedía terminaban abrazados el uno al otro aferrándose con fuerza, como si mientras durmieran temieran perder al otro, avanzaba demasiado rápido, las miradas de devoción y las sonrisas llenas de ternura ya estaban ahí acompañadas de los agitados latidos de sus corazones.

-No, ¡No! No me lo arrebates, ¡Por favor no le hagas daño!- Gritó fuertemente el albino mientras respiraba agitado y se sentaba en la cama aún procesando la pesadilla que había tenido.

El cuerpo cálido de Escanor lo cubrió y le calmo solo con su ligero toque.

-Respira, calma, yo estoy aquí, yo siempre te cuidare Estarossa- Susurró el de ojos celestes mientras besaba la mejilla del otro
-Todo está bien- Le tiró hacia atrás para que se volviera a recostar

-Y-yo ¿Quién soy?- Susurro mientras apoyaba su cabeza en el pecho de Escanor y escuchaba el palpitar agitado de ese corazón.

Si tan solo fuera así, si el me amara de verdad sin este tonto mandamiento... sería mucho mejor, sería verdadero, pensó mientras cerraba sus ojos y recordaba la escena de sus sueños.

El crujido bajo sus pies, los huesos de alguien romperse o ¿El crujido de una rama?. No hubo más sonido que ese..era el recuerdo de cuando mato a ese arcángel pero porque no podía ver su cuerpo, por más que intentara ver el suelo no lo lograba.

-Mael..¿Que haces?- Esa voz llena de arrogancia era inconfundible, estaba ahí, observándole con ¿Miedo? ¿Preocupación?

-Escanor-

Y al instante que dijo eso el cuerpo del otro comenzó a retorcerse mientras una sombra oscura se cernía sobre el.

-No, ¡No! No me lo arrebates, ¡Por favor no le hagas daño?- Gritó mientras veía el cuerpo de Escanor volverse cenizas y dispersarse en el aire, mientras él no podía hacer nada más que observar, cómo le quitaban a esa persona que se había vuelto tan especial.

Todo eso se había vuelto tan recurrente, demasiados pensamientos y recuerdos dispersados por su mente, intentando mostrarle la verdad que desconocía, la verdad que debía prevalecer.

La mente de Estarossa estaba llena de ansiedad y desesperación, algo dentro de él atentaba con salir en contra de su voluntad, no resistiría tanto..su cordura se estaba yendo, pero ahí estaba su pilar aquel hombre que le tranquilizaba con solo unas palmaditas en su espalda, desde que le vio comenzó todo. Como si este fuera el culpable de esa sensación de vació en su interior...

Escanor abrazo más fuerte al otro al sentir esa actitud tan temerosa y a la vez preocupada, el contrario estaba convaleciente y era su deber ayudarle después de todo, lo único que debía hacer era protegerlo...le estaba amando y a pesar de lo frustrado que se sentía sabía que no todo era por el mandamiento, el enserio quería al contrario. Le entendía, se entendían, es como si estuvieran destinado a encontrarse.

Después de un par de horas

-Ay me muero- Murmuró Estarossa por el agarre fuerte que ejercía el contrario en el
-Patético humano, ¡suéltame! no soy tu maldito osito de peluche- Se movía bruscamente intentando liberarse del agarre de hierro del otro hombre dormido

Ámame (Escanor x Estarossa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora