18. Inenarrable

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-Lo merezco, lo merezco...tengo que morir, debo hacerlo- Mael susurro aun estando inconsciente
-Lo siento..-

El pelinaranja veía la escena con gran odio, odio que le cegaba y no le permitía ver; no le permitia perdonar. Pero aunque intentara salir de su sueño no lograba hacerlo, todo sus recuerdos volvían y ninguno le hacía sentir feliz, solo veía el mal en ellos.

El contrario abrió sus ojos sintiéndose mareado pero al divisar al menor mirándole con tanto rencor contenido volvio a comprender la situación que tenía delante. El terror recorría cada parte de su ser, pero no temía a la muerte; temía a no ser perdonado.

 Y ahí estaba el mayor enemigo de todos; el tiempo. El arcángel escudriño el rostro de su amado buscando un signo de duda o algo que tan solo le permitiera hablar, poder decir lo que sentía; el hablar con su "contraparte" (Estarossa) le dio la confianza que necesitaba y solo tenia una oportunidad para redimirse y no pensaba en desperdiciarla, había malgastado tanto tiempo y rompió una de sus promesas, merecía un castigo; la muerte pero esperaba una cosa antes de cerrar sus ojos para siempre, quería ver a la persona de la que se enamoró; a ese Escanor incapaz de guardar rencor. Vio aquello ojos celeste buscando aquel brillo de pureza pero solo se encontró con una mira tan mordaz capaz de engendrar miedo en el hombre más valiente. Algo estaba mal en su amado y comenzó a indagar...en cada uno de los acontecimientos ocurridos tanto como en el presente y el pasado, buscando la respuesta correcta.

-Levántate- Ordenó el pecado mientras se posaba detrás del contrario

-Esta bien, amor- Masculló la última palabra mientras se ponía de pie, iba a darse la vuelta

-No lo hagas, solo quedate en tu lugar y responde. ¿Quieres morir?- Su tono era frívolo y desinteresado

-Y-yo, yo no, no quiero morir. Pero si tu quieres matarme, esta bien. Lo acepto- Estaba nervioso e intentó calmarse cerrando los ojos y dejándose llevar

-Se que el material de las palabras es ligero y que el tiempo se acaba, pero yo te amo...te eche de menos, yo fui tu condena y tu mi libertad. Lo siento- Pronunciar aquello le hacia sentir tan roto por dentro...

-Esa palabra no hará que me sienta vivo. Mael ¿aceptas tu destino? o ¿prefieres darte la vuelta y enfrentarme? ¿¡qué decides!?- 

Cuando un asesino se postra detrás de ti te da dos opciones, quedarte es ese lugar y aceptar tu destino o darte la vuelta y luchar por tu vida...ese es el honor de un asesino; de uno que ha manchado sus manos cientos de veces.

El de cabellos largos se dio la vuelta y miro nuevamente aquellos ojos y no encontro nada, ni una chispa de esperanza o de perdón...la persona que amaba se había hundido en el mar de odio que él había provocado y ahora su propia sangre se drenara junto a esa corriente de maldad.

-Escanor, recuérdame...tú me prometiste que me encontrarías y yo te prometí que no te olvidaría...ambos rompimos nuestras promesas por un instante, pero después de todo estamos juntos en esto, déjame hacerte feliz..déjame liberarte de ese mal, por favor- Se acercó con mucho cuidado

-¿Mal? No hay nada de malo en mi ¡Nada! Tu, ¡Tu! Tienes la culpa de todo, maldigo la hora en la que me enseñaste amar- Tomó los brazos del arcángel
-Por pensar que yo era tuyo sin saber si tú eras mío ¡Sin saber si tú me querías! ¡Me mentiste!- Sujeto las manos de la persona que amó y las apretó con fuerza desmedida

-Acaso piensas que te dije alguna mentira ¡Cuando te grité todo lo que te quería! ¡Acaso piensas que te menti cuando te dije llorando que te amaba con mi vida! Pero no te diste cuenta que mis ojos no mentían- Las lágrimas corrían por sus mejillas dejando un rastro húmedo y una mirada perdida

Ámame (Escanor x Estarossa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora