II - The first battle

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Año 2015, Japón. Nos encontramos en la nueva prefectura de Kanagawa, en la nueva Tokyo-3. Son las últimas horas del día 5 de marzo. Ya son varias las horas desde que el Sol dejó paso a la oscuridad de la noche, la cual ha invadido  la ciudad-fortaleza. Para protegerse de dicha oscuridad, la población se sirve de la luz artificial. Pero, en esta ocasión, la  iluminación de la ciudad no cubre a las personas que viven en ella, sino a dos gigantescas figuras. Una nueva batalla se avecina. En una de las carreteras principales, en un extremo, espera el séptimo Ángel. El apóstol observa con atención, en el otro lado de la calla, al que ha captado como su rival: la Unidad Evangelion 01. ¿Recordáis quien está al mando de dicha unidad, verdad? En efecto, yo, el inexperto piloto de nombre Xavi.

De nuevo volvía a estar delante de mí: la pesadilla. No solo la mía propia, el agitar de mis sueños, también lo era para la humanidad al completo. El que había recibido el nombre de Sachiel provocaba temor en todos aquellos quienes le contemplaran. De hecho, aunque estoy subido al Evangelion, no puedo permitirme el lujo de sentirme seguro. ¿Para qué nos vamos a engañar? Este es el lugar menos seguro de todos. Durante los primeros momentos, el Ángel observa, sin moverse, esperando un estímulo o primer movimiento. Apenas llevo cinco segundos frente a él y la tensión me está matando. Mi cuerpo está rígido, como un muñeco, aunque curiosamente no estoy temblando. Es entonces cuando, desde los cuarteles de NERV, concretamente en la sala de mando, tratan de ayudarme. La capitana Misato Katsuragi me habla:

- ¿Estás preparado, Xavi-kun? – Pregunta, decidida.

- Po-por supuesto. – Respondo desde la cabina del Evangelion, intentando aparentar seguridad.

Al dar mi consentimiento, Misato lanza la orden final: "Remuevan la última protección de seguridad". De este modo, los anclajes a la espalda de la Unidad 01, aquellos que habían usado para lanzarla por los túneles del Geo-Front, son retirados. Sin más dilación, la Unidad Evangelion 01 queda totalmente liberada. En aquel momento, con mi sincronía con el Evangelion funcionando a la perfección, con sorpresa, sentí como si liberaban las sujeciones de mi propia espalda. Pero claro, en realidad era la espalda del Evangelion. Antes de que cualquier ansiedad aparezca en mí ser, por no saber qué hacer, la doctora Ritsuko Akagi toma la palabra para darme instrucciones:

- Xavi-kun, tranquilo, recuerda todo lo que has estudiado.

- Eso es fácil de decir. – Susurro, observando estupefacto la cabina.

- Prueba a pensar en caminar. – Me sugiere.

¿Caminar? ¿En serio? Bueno, según he estudiado, el Evangelion se mueve por mis pensamientos, como si de mi propio cuerpo se tratara. [...] De acuerdo: pienso en caminar. De inmediato, el EVA 01 comienza a moverse, dando un primer paso, aunque de manera un tanto torpona. La mera pisada de este mastodonte de 40 metros de altura provoca un temblor en el suelo. El simple hecho de caminar es celebrado por los miembros de NERV, en especial por la doctora Akagi, pues en sus cálculos ni entraba tal posibilidad. Después de tomar aire y ganar un poco de confianza, prosigo con el tímido avance. Soy capaz de trazar otros dos más, tambaleándome, como un niño que da sus primeros pasos ante sus padres. Cuando empiezo a calmarme, Misato me grita:

- ¡Xavi! ¡Tu enemigo se aproxima!

Estaba tan centrado en poder caminar que había olvidado a mi enemigo. Para cuando pongo mi vista en él, ya se ha posicionado frente a mí. Sorprendido por la cercanía del monstruo, soy incapaz de evadirlo. Sin dudar, el séptimo Ángel agarra con una de sus manos la cabeza de mi unidad. Al apretar el cráneo de la Unidad 01, la eleva en el aire. A continuación, con su otro brazo, agarra el de mi unidad, concretamente la extremidad izquierda. Totalmente a su merced, aprieta la cabeza del Evangelion como punto de apoyo, pues su objetivo es quebrar el brazo, por lo que jala de él violentamente. En cuanto trata de fracturar la extremidad, puedo sentir el taco y el dolor en mi propia piel, como si fuese mi propio brazo. Incluso aparecen las marcas de fuerza sobre mis carnes. Esto también es efecto de mi conexión con el Evangelion, siento lo mismo que él.

Cruel Angel's Thesis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora