XI - Asuka strikes!

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- ¡Atención! ¡Se ha declarado el estado de combate número uno! – Resuena por megafonía, a lo ancho y largo del cuartel.

- ¡Todos a sus puestos! – Indica el comandante Ikari, nada más hacer aparición en el Dogma Central.

- ¡Patrón azul confirmado! ¡Es un Ángel! – Grita Makoto, a los ordenadores.

- ¡Preparad el lanzamiento del prototipo 01! – Ordena a la par que toma asiento.

Mi personaje se halla en la jaula del Evangelion 01, siguiendo los protocolos designados para abordar al gigantesco ser biomecánico. En la piel de mi plug suit, el cual encarna los colores de la unidad en cuestión, me introduzco dentro de la cabina que a su vez se inserta en el cuello del gigante morado. A medida que se produce la sincronización, los distintos anclajes que mantienen sellado al EVA son retirados, uno tras otro. El siguiente paso sería movilizarlo hacia la plataforma de lanzamiento. Una vez estoy conectado, puedo comunicarme con aquella voz que tan familiar se estaba volviendo.

- ¿Qué tal el fin de semana, compañero? – Pregunta una voz grave, pero desenfadada.

- No es momento para bromas, Ddraig. – Respondo, pendiente de los controles del EVA.

- Que aburrido. – Se queja. – Siempre que podemos charlar un rato me sales con que estás ocupado.

- Eres el alma del Evangelion, solo voy a poder hablar contigo cuando me suba a este trasto para luchar. Es normal que esté tenso.

- Oye, oye, no llames trasto a mi cuerpo. Tengo mis sentimientos.

Sin más preámbulos, el prototipo es lanzado por una de las vías subterráneas hacia la superficie. Después del viajecito, llegamos a la superficie de Tokyo-3, para aparecer enfrente del Ángel en cuestión. Este nuevo apóstol tenía una forma humanoide, la más similar que he visto a un humano corriente. Aunque bueno, cabe destacar que consta de seis brazos. Su cuerpo cuenta con una especie de exoesqueleto, más duro que el acero, de una tonalidad dorada. Por debajo de dicha armadura, uniendo los diferentes puntos de la coraza, se encuentra su verdadera piel, de color morado oscuro. Las zonas en las que su tez es más visible son las articulaciones, así como el centro de su torso, en cuyo centro rodea a la esfera roja mejor conocida como núcleo. Lo que más grima da es que, de su piel, chorrea una sustancia oscura que no parece muy saludable.

- Oye, compañero.

- Ahí va el chiste del día. – Susurro.

- Ese bicho es una mala versión de Shiva.

- ¿Shiva? – Pregunto, sorprendido.

- ¿Qué pasa? Me gusta la cultura hindú, ¿vale?

- ¡Xavi! – Irrumpe Misato, comunicándose desde el Dogma Central. – ¡Evita a toda costa el contacto con la sustancia oscura que vierte! ¡Es corrosiva!

- Se veía venir. – Comenta Ddraig.

- ¡Recibido!

- ¿Y bien? ¿Cómo lo hacemos, compañero?

- Estás dentro de mi mente, sabes lo que estoy pensando.

- ¡Aguafiestas! ¡Pero me parece apropiado!

Con ese grito de confianza, provoco que la unidad morada salga despedida, dando largas zancadas, hundiendo la huella del gigante en el suelo de la ciudad, tambaleando la superficie de la misma. Las grandes pisadas, que dejan un eco, pronto conducen a mi unidad a las cercanías del Ángel. Al percibir mi clara hostilidad, el monstruo reacciona moviendo sus seis brazos hacia mí, como el que apunta una pistola contra su objetivo. De cada una de las extremidades sale disparado un chorro del líquido corrosivo que mi enemigo posee. Concentrando toda la sustancia en un mismo ataque, lanzando un disparo potente, intenta pararme los pies. No obstante, es un ataque demasiado fácil de esquivar, simplemente me hago al lado.

Cruel Angel's Thesis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora