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Los días habían pasado, convirtiéndose en semanas, y llegando a ser meses, meses en los cuales Christopher había logrado considerar a Zabdiel como su mejor amigo.

Zabdiel no era tan terrible como parecía ser.

Aunque Christopher era tan dulce como lucia, tenía cierto dejo pesimista.

Zabdiel se preocupaba siempre por él, lo cuidaba mejor de lo que podría darse cuenta y era muy detallista con Christopher, notaba cada vez que el chico estaba pensando en algo malo por sólo su  expresión, y se encargaba de subirle el ánimo y comprarle algún dulce para que se sintiera mejor.

Zabdiel ya sabía el gusto de Christopher por las cosas de fresa, o en segundo lugar, de tutti frutti.

Por su parte, Christopher sabía que Zabdiel no era de gusto dulce, que prefería cualquier bebida con café antes que cualquier caramelo.

Podían pasar todo el día escuchando música en la cafetería, compartiendo un audífono de los auriculares que Zabdiel se había comprado especialmente para compartir con Christopher, dejando los cascos en su casa.

Caminaban juntos por los pasillos, y cada empujón que Christopher recibía, Zabdiel se encargaba de devolverlo.

Christopher estaba más feliz con eso.

Pasaban todo el día escolar juntos, y aunque no eran de hablar mucho por mensajes, solían hablar durante el fin de semana donde no se veían, aunque Zabdiel había dicho que prefería hablar con él en persona, porque era "lindo verlo".

Por su parte, Christopher seguía feliz por estar junto a Zabdiel, aunque comenzaba a dudar de sus sentimientos y de sí eran sólo de amistad.

Mute || ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora