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- ¿Todavía no le dijiste lo que sientes?

Zabdiel negó, manteniendo su seriedad, Erick, por su parte, parecía decepcionado.

- ¿Pero lo has visto?

Zabdiel asintió.

- El otro día lo vi... Bien, estaba en su casa, era lógico, pero con su madre pensábamos que llegaría más tarde - contó - Pero me vió, practicando las señas, y cuando quise decir algo se fue... Y yo sólo me congele, no pude ir - mintió.

Erick se frotó el rostro, suspirando pesadamente.

- Qué idiota...

- ¿Por qué? - Zabdiel alzó una ceja - ¿Por no decir mis sentimientos?

- Exactamente - concordó el ojiverde.

- Oh, vaya, a quién me suena - dijo el rubio con ironía.

Erick lo miró unos segundos hasta comprender a qué se refería.

- Bien, bien... Nunca dije que yo no fuera un idiota, digo, somos amigos, tenemos cosas en común.

Zabdiel lo miró con el ceño fruncido.

- Idiota empedernido - dijo, y tomó su mochila para levantarse del pasto y caminar hacia la escuela.

- No me dejes hablando solo, Zabdiel - Erick apareció luego de correr hasta llegar a su lado.

El rubio lo miró alzando una ceja con indignación.

- Mira, no eres mejor que yo en esto de confesarse, así que no actúes como si yo estuviera haciendo mal las cosas - dijo el ojiverde.

- La gracia de la vida es que tienes que ser mejor que el resto - Zabdiel sonrió, soltó el aire en un corto suspiró - Yo... Voy a confesarme a Christopher hoy, aquí en la escuela.

Erick sonrió y aplaudió.

- Al fin demuestras algo de huevos en la vida.

Zabdiel hizo una mueca de asco ante la expresión.

- Me disgustas - dijo por lo bajo.

Mute || ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora