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Cierto día, Christopher se había lastimado en las prácticas de baile.

Se había doblado el tobillo, al pisar mal, apenas fracturado, una fisura, como había dicho el médico, en la muñeca, al caer con todo su peso sobre esta.

Le dolía tanto que las lágrimas le picaban los ojos, aunque se resistió a llorar, y no fue sino hasta que Zabdiel llegó con él que se escondió en su pecho para que nadie lo viera.

Zabdiel se había asustado bastante cuando había recibido el mensaje de su novio de si podía ir a la sala de baile, sin más información que esa.

Incluso cuando la señora Vélez llegó para llevarse a su hijo, Zabdiel no se separó de él, y la mujer tuvo que firmar para retirar a los dos.

En el camino al hospital, con Christopher teniendo su muñeca descansando dentro de un pañuelo atado a su cuello, el chico ya había dejado de llorar y se empeñaba en mantener la vista baja, apoyando su cabeza en el hombro de Zabdiel.

- No sigas mal - pidió el rubio, acariciando su pelo y mejilla, alzando el rostro del chico para mirarlo.

Christopher negó, volviendo a acomodarse.

- Chris - lo llamó, aunque el mudo lo ignoró - Te conozco, algo te pasa, ¿En qué piensas?

Christopher tardó un momento en negar de nuevo.

Zabdiel se ahorró un suspiro, tomó a Christopher por sus mejillas, volviendo a alzar su rostro.

- Dime - habló con suavidad.

Christopher suspiró. Con su mano libre se señaló a si mismo, y luego junto todos sus dedos, y tocó su mejilla con la punta de estos.

- ¡Chris! - su madre se enojo un poco, viendo los gestos por el espejo.

- ¿Que significa? - pregunto Zabdiel.

La señora Vélez suspiró.

- Dijo "Soy tonto".

Zabdiel lo miró con el ceño fruncido, vió el mohín de los labios de Christopher, el mudo volvía a tener la vista baja.

- Christopher, no eres tonto - habló el rubio con suavidad - ¿Por qué serías tonto? ¿Por caerte? Es algo que le pasa a cualquiera.

Christopher sacó su cuaderno.

"Soy tonto porque no sé coordinar. Me caí por bailar mal."

- No bailas mal - dijo Zabdiel, automáticamente, negando con su cabeza para enfatizar - Christopher, eres el mejor bailarín que he visto.

"Tú no ves bailar a nadie más que a mí."

- No voy a perder el tiempo viendo bailar a otros cuando puedo ver al mejor bailarín del mundo - replicó Zabdiel, mirándolo directamente.

Christopher bajó su cuaderno, sin nada que decir, sus mejillas se tiñeron de rojo, y Zabdiel dejó un sonoro beso en ambas, haciendo que la señora Vélez riera.

Mute || ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora