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El director comprendió completamente la decisión de ambos jóvenes de cambiarse de colegio, por más que quedara un trimestre para que termine el ciclo.

Por más que estaba enojado con Christopher por no haberle dicho nada, ya que el joven finalmente confesó que habían sido varías veces las golpizas, que no era la primera, Emilio ayudó a acelerar el cambio de escuela, recomendando una con orientación artística, cuyo director era amigo de él.

Según sus palabras un hombre extravagante y apuesto llamado Joaquin Bondoni.

A la semana, ambos chicos comenzaron de nuevo, en un lugar más verde, con gente tocando guitarras bajo los árboles, acompañados de otros que cantaban letras inventadas, más personas que hacían dibujos rápidos de cualquier cosa que llamara su atención.

Zabdiel le había regalado un nuevo cuaderno, esta vez más bonito que el anterior, con tapa dura para que pueda escribir donde sea, y con su nombre grabado en la tapa para que el mundo supiera de quién era.

Zabdiel recordó como había estado sonriendo todo el día, a pesar del dolor de su labio, sonrió hasta que se acostumbró a ese dolor, y le agradeció escribiéndolo en ese mismo cuaderno, siendo las primeras palabras "Gracias, Zabdiel" .

Christopher palmeó el brazo de Zabdiel, señalando en dirección a un chico tocando un saxofón, con un muchacho en silla de ruedas frente a él.

Zabdiel sonrió al ver a Christopher sonreír por eso, con el corazón algo dolido por el labio que no había terminado de sanar, por más que al chico no le doliera, a Zabdiel si.

Por decisión de Christopher, se hicieron amigos de aquellos dos chicos primero.

El saxofonista se presentó como Erick Colón, y el otro muchacho con cabello rizado era Joel Pimentel.

Zabdiel se presentó por los dos, con algo de miedo al decir que Christopher era mudo, pero los dos chicos no lo tomaron como si fuera una discapacidad, un problema, un error.

Por primera vez Christopher encontró alguien más que Zabdiel que lo tratara igual que el resto.

Para el final del día ya eran amigos, y hasta Erick llego a prestarle su saxofón a Christopher, instrumento que el chico sopló muy fuerte y casi cae hacia atrás por lo aturdido del sonido, pero Zabdiel se había apresurado a sostenerlo.

Eso provocó risas, porque Christopher había sido muy adorable con su cara de susto.

A Zabdiel se le seguía derritiendo el corazón cada vez que veía la risa silenciosa de Christopher.

Y estaba feliz de haber llegado a un lugar donde podría verla más veces.

Mute || ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora