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- ¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños?

Christopher vió con su único ojo disponible, ya que el otro estaba detrás de una pequeña toalla con hielos y se encogió de hombros.

La fiesta de cumpleaños era exclusivamente familiar, pero era porque Christopher no tenía amigos para invitar, todos habían quedado en Bridgeport y no había podido venir.

Así que sólo estaban ellos dos, entre los padres de Christopher, su abuela y un par de tíos, porque de nuevo, muchos se habían quedado en Bridgeport.

- Ni siquiera te tengo un regalo, Christopher - dijo, pero el otro sólo se encogió de hombros -No, no hagas eso, a mí me molesta mucho cuando no me traen un regalo en mí cumpleaños, es que... Es una de las pocas ocasiones del año donde te dan un regalo.

Christopher lo apuntó y luego movió el dedo negativamente.

- Bien, yo no me contengo cuando quiero regalarte algo.

Eso hizo a Christopher sonreír, pero hizo una mueca de dolor cuando el gesto le tiró la herida del labio.

Zabdiel suspiró, todavía tenía ganas de matar a esos chicos.

Los había visto salir del baño, carcajeándose, uno de ellos lo miró, con esa sonrisa egocéntrica.

"Tu novio te está llamando" dijo, para luego hacer una "o" con los labios, burlándose de la mudez de Christopher "Oh, cierto" y no escuchó más porque había ido corriendo hacia el lugar.

Christopher se dió cuenta de qué debía estar pensando Zabdiel, se acercó a él para apoyar una mano en su hombro, negando con la cabeza para que se olvide.

Zabdiel alzó la vista hacia él.

Christopher era un chico muy dulce, demasiado cálido para un mundo tan frío, con personas que querían apagar ese calor, ese brillo en los ojos y que planeaban amargarlo.

Zabdiel temía que desgraciadamente, habían enfriado bastante la personalidad del chico, aunque con él no era así, en cuanto Christopher volvía a estar solo parecía apagarse.

Y no lo merecía, no merecía nada de eso.

- Christopher, creo que deberías cambiarte de escuela - dijo.

Las palabras hicieron que las cejas de Christopher se alzaran, abriendo los ojos con lo que parecía miedo, comenzó a negar efusivamente, haciendo señas con su única mano disponible.

Zabdiel intentó tranquilizarlo, tomando su mano entre las suyas, conteniéndola.

- Tranquiló, shhh... Yo me cambiaré de escuela también - dijo - Estaremos juntos, seguiremos juntos.

Mute || ChrisdielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora