Capítulo 10

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"...La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno
en cuestión de segundos..."
Paulo Coelho, Once minutos.

Desde que me levanté esta mañana no hago otra cosa que no sea revivir los momentos que pasamos juntos: la plática nocturna, cuando me quedé dormida encima de ti en el viaje de regreso, y muchos otros instantes que hicieron que mi corazón latiera tan fuerte que amenazaba con salirse de mi pecho.

-¿Alex? ¿estás despierta?- oigo la voz de Carlos detrás la puerta.

Ya había olvidado que me quedé en su casa al virar de la playa.

-sí, voy enseguida- le respondo
Me visto y me uno a Carlos en la sala.

-aquí tienes-dice poniendo mi desayuno en la mesa.
-gracias Carli, eres un sol
-de nada.

Carlos y yo empezamos con el pie equivocado pero de un tiempo
hacia acá se ha convertido en uno de mis mejores amigos y uno de
mis grandes confidentes.

-¿oye? No hemos tenido tiempo de hablar porque estos días han sido bastante agitados pero... ¿cómo es eso de que dormiste junto a Liam y se quedaron hablando toda la noche?
Sonrío.

-pues sí, como lo oyes.
-¿y no intentó hacer nada más?.
-no.
-raro.
-¿por?.
-digamos que él no es la clase de hombre que se queda hablando con las mujeres cuando tiene la oportunidad de hacer otras cosas- confiesa.
-vale- contesto sonriendo.
-igual, no te emociones demasiado. Él es... complicado. No quiero que salgas herida.
-ok gracias por preocuparte. ¿Y Camila?- cambio el tema.
-durmiendo- responde.
-no quiero ni ver cuando Javier se entere de que ustedes tienen algo.
-¿y qué tiene que ver Javier en eso?
-es el mejor amigo de Liam.
-¿QUEEEEEEE?
-¿no lo sabías?
-pues claro que no. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¿Por qué no me lo dijiste antes?- le golpeo el hombro.
-no sé, nunca salió el tema.
-estoy jodida- suspiro.

...
-hola- saludo a quien sea que se encuentre del otro lado del teléfono.
-hola Alexa, soy yo.
-¿Liam?- pregunto asombrada.
-sí, soy yo¿Cómo estás?-pregunta.

Se le sentía bastante nervioso, fue lindo de escuchar. Yo no sé como
logré aparentar tanta calma pues me encontraba igual de nerviosa
que él, o quizás peor.

-bien. ¿Tú?
-todo bien.

Nos quedamos en silencio por unos segundos.

-mmm. ¿Y qué tal? ¿Qué hay de nuevo?
-mmm nada. Con mucho estudio y muchos trabajos por entregar. ¿Y
tú? ¿Cómo te va en el trabajo?
-un poco atareado, tengo tanto trabajo que no tengo tiempo de
aburrirme.
-¡qué mal!- le digo.

Volvemos a quedarnos en silencio.

-¿oye?... ehhh. Este... quería preguntarte si....
-¿si?- pregunto emocionada.
-nada que... si querías salir este sábado con Carlos, Camila y yo.
-¿este sábado? Sí quiero- dije quizás demasiado rápido.
-pues genial. Así hablamos y damos una vuelta.
-sí, me parece bien.
-te pasamos a recoger a la 1. ¿Te parece?
-perfecto- contesto.
-bueno, te dejo que estoy un poco ocupado.
-ok chao.
-chao, un beso.
-otro.

"...El sábado llega y con él, el fin de mi angustia. Estos días han atentado en contra de mi cordura, mi cabeza lo único que hacía era poner tu rostro en mi mente, a cualquier hora, en cualquier lugar. Me arreglé como nunca antes había hecho, poniendo tanto esmero en cada detalle que antes
consideraba superflúo. Nerviosa a niveles cósmicos bajé los escalones de mi apartamento y esperé a que llegaras. Recuerdo ver llegar a mi mejor amiga sola con su novio.

-¿y él?- me pregunté.
-No pudo venir. Se complicó en el trabajo- me informaron después.

Eso fue lo último que escuché. Había tenido un día pésimo debido a un problema familiar, esta salida fue lo único que me impidió desmoronarme. Conforme el paso de los días más me iba apagando, hasta quedarme en la eterna oscuridad, y ahí; en medio de todos mis miedos e incertidumbres se hizo la luz..."
Extraído del diario de Alexa.

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