Dulce revancha, Rose

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'Hasta las cicatrices bien curadas vuelven a doler de vez en cuando.'

—Rose Razack

Sostuvo de nuevo el rosario, después de tanto tiempo guardado el sostenerlo una vez más en sus manos solo era la señal de un cambio en su vida

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Sostuvo de nuevo el rosario, después de tanto tiempo guardado el sostenerlo una vez más en sus manos solo era la señal de un cambio en su vida. De nuevo su mundo volvería a estar de cabeza, pero esta vez ella tendría el control de lo que ocurriera. Regalo un beso a la cruz de plata devolviéndolo a su cofre.

—Iris —interrumpió en el closet de ambas—. ¿Qué haces?

—Termino de alistarme, ¿Qué sucede?

Su rostro era lo único que estaba maquillado, estaba aún en bata antes de colocarse el vestido para el evento.

—Dime que ya viste el vestido que va a lleva mi tía para el evento —se cruzó de brazos—. No me quiere mostrar que es lo que se colocara, ¿recuerdas lo que ocurrió la vez que no nos lo mostro? —abrió sus ojos con horror—. ¡Me voy a morir si lo vuelve a hacer! —llevo sus manos a la cabeza—. Iris allí va a estar la prensa.

—Ellas compraron sus vestidos en Portugal, en realidad no he visto el vestido de ninguna.

—Me voy a morir —murmuro estresada—. ¿Por qué no estas lista?

—Tampoco te veo lista, Rose.

—Oh —chasqueo—. No me decido aun —soltó un puchero.

Se fue del closet de nuevo a la habitación debatiéndose con los tres vestidos en la cama. Un bicolor de espalda descotada y con lazo negro en la espalda baja. Un vestido verde esmeralda en el medio con una caída de seda verde en su espalda y su favorito de todos, un vestido rojo pasión ceñido al cuerpo.

—Ayúdame a escoger.

—Imagine que escogerías el rojo —respondió con paciencia al ver las tres opciones que colocaban en conflicto a su esposa—. ¿Por qué no te colocas el negro de Chanel que tienes guardado?

—¿Negro? —de todas sus opciones el negro estaba descartado de su elección de colores—. Tu vestido es negro —negó—. No llevare el mismo color que tú.

—Entonces el blanco —se colocó detrás recogiendo su cabello rojo dejando su espalda descubierta donde repartió un par de besos—. Recoge tu cabello así dejaras al descubierto tu espalda.

Deslizo sus manos por sus hombros hasta entrelazarlas con sus manos, recostó su cabeza en su espalda quedándose en esa posición.

—Te amo —logro estremecer a Rose—. No importa que, te amo.

Rose no pudo responder.

—Debemos terminar de arreglarnos —con cuidado se apartó de Iris—, al regresar necesito que conversemos —sostuvo su rostro mirándola con cuidado.

Entre Tus Espinas [L]GTBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora