duodecim

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    Está soñando de nuevo...

    Ella se encuentra sentada en el regazo de Len, quien luce humano y normal. Sin embargo, Rin sabe que solo es una fachada, ella conoce todas sus caras. Aún así, él sonríe mientras contempla a su abuela y a sus demás "hermanas" bailar alrededor del calor de una fogata.

—¡Regocíjense, hermanas, que nuestro príncipe de la oscuridad ha cobrado forma física!—Su abuela expresa de forma extraña, porque su voz no parece la de ella y su rostro tampoco. Luce más joven ahora, sin arrugas en su piel o canas en su cabello.

—¿Quieres saber por qué lucen así?—Detrás suyo Len parece leer su mente. Rin asiente mientras se gira a mirarlo, observando la forma en que sus ojos se apagan.

    La estaba mirando con una expresión oscura que envió un escalofrío por su columna vertebral. 

—¿Por qué?—Susurra hipnotizada por su mirada mientras él la atrae aún más cerca en su regazo, acariciando su cabello suelto mientras parecía concentrado en algo. Una brisa veraniega sopla desde las colinas de las montañas, logrando que el cabello áureo de Len se moviera levemente, y toma todo el control de Rin para no acariciarlo y acomodarlo nuevamente.

—Ellas me pidieron juventud y riquezas—cuenta como si se tratara de un secreto.

    Rin abre sus ojos ligeramente, sorprendida mientras furtivamente observa a su abuela riendo y bailando a lo lejos. Luciendo joven y como el vivo retrato de su madre.

—¿La abuela te quiere más a ti qué a mi, Len?—Pregunta casi con miedo, contemplando al hombre que la mira con una intensidad devastadora.

—¿Qué te gustaría escuchar?—Parece contemplar con un rostro inexpresivo—. La verdad podría destrozarte y la mentira... te haría vivir en un estado irregular de felicidad—murmura y Rin hace una mueca.

—Pero sería falso, no me gustan las mentiras, Len—confiesa frunciendo su nariz en señal de disgusto, sintiendo al susodicho reír.

—¿Qué te gustaría desear a ti? Podría cumplirte cualquier cosa—murmura en voz baja, con una sonrisa casi escalofriante, y Len tampoco luce como él.

    Es una de sus caras...

—¿Al igual qué a la abuela?—Rin lo piensa un poco, recostándose por el pecho cubierto del contrario, quien vestía las ropas viejas que la abuela había encontrado y que solían pertenecer a su abuelo. Ella cierra sus ojos y olfatea la colonia casi imperceptible que persiste en la tela.

    Len lucía como un personaje salido de un mundo antiguo que no tenía relación con éste, pues su abuelo era muy tradicional y le gustaba vestirse a la antigua, con camisas blancas pulcramente planchadas y metidas dentro de pantalones de vestir marrones que le gustaba combinar con cinturones de cueros o boinas que según él decía eran "boinas de hombres".

—Sí, yo siempre cumplo mis promesas—parece jurar mientras acaricia su cabello, acomodando un mechón tras su oreja.

—Mm, ¿qué le pediste a la abuela a cambio?—Inquiere con curiosidad, contemplando la vegetación verde del bosque con tranquilidad, sintiendo una paz casi irreal.

—¿A qué te refieres?—Inquiere y ella se aleja de la comodidad de su pecho, mirándolo fijamente, observando sus ahora ojos celestes, casi cristalinos. 

—Bueno, dijiste que la abuela te pidió juventud y riqueza pero... ¿qué le pediste a cambio tú?—Razona mientras la sonrisa de Len parece crecer aún más.

Ah, has aprendido bien—denota con orgullo y Rin sonríe de par en par.

—Me enseñaste bien—adula antes de empequeñecer su sonrisa, posando su mano en la mejilla del contrario, quien luce curioso y algo confundido—. Pero, ¿sabes, Len? Mi corazón sí ansía algo...

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2020 ⏰

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when the demon calls | rilenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora