XXXI - Muerte

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Un Luzu de seis años se encontraba comiendo carne cruda como si no hubiera comido en semanas, cocinarla no era una opción en ese momento, por cada bocado que depositaba en su boca se manchaba de sangre la cual escurría y goteaba al suelo. Cada que devoraba aquellos trozos de carne un par de lágrimas salían de sus ojos, no sabía si era por dolor, tristeza o asco.

Observó sus manos llenas de sangre, volteo viendo su reflejo en aquellos objetos tan brillantes y costosos de los que desconocía su valor, solo veía como se reflejaba con sangre en la boca embarrada como si hubiera comido un mango.

Dió un grito de dolor e impotencia, había cometido el peor acto de su vida, se estaba comiendo a sus padres y a su hermano, no podía dejar de llorar. Una figura identica a él apareció a un lado suyo, tenía el cabello negro y los ojos de un escarlata realmente brillante.

—No llores Luzu, no puedes luchar contra algo como esto y lo sabes -le acaricio el cabello-.

—Yo no quería hacerlo ¡No quiero esto! ¡Soy un monstruo! -cubrio su rostro con sus manos aún que eso significara manchar su rostro por completo-.

—Calma -lo abrazo con fuerza- no eres un monstruo, es tu instinto, es mi culpa, lo sé -toca el collar en forma de calavera que descansa sobre el pecho del contrario- pero para el resto de tu vida ahora yo seré tu compañía.

—¿Porque me tratas así? Papá me dijo que llegaste a ser grosero con él cuando tú vivías en su interior, me dijo que así fuiste con todos.

—Luzu... -toma una servilleta y comienza a limpiarle la cara- eres diferente a todos los miembros de tu árbol genealógico, conocí a todos tus familiares, llevo décadas estando con tu familia, puedo asegurar que tú eres diferente. Eres un ser de luz, es irónico -se le escapa una risita- yo, el dios de la muerte protegiendo a un niño que con su presencia da vida.

—En ese caso deberías odiarme.

—No tengo motivos -le acaricia la mejilla- ¿Creés poder controlar tu sed de sangre y carne humana?

—No lo sé, debo intentar. Gracias Muerte, ahora no estoy tan solo.

Luzu despertó con un par de lágrimas en los ojos, se dió cuenta que se encontraba en el bosque, parecía ser de madrugada y la luna estaba oculta por las nubes. A su lado estaban Auron y Reborn durmiendo tranquilamente, en ese momento su estómago sonó pidiendo alimento, se mordió el labio, sabía que esa hambre no era común, así que se levanto y se vistió rápidamente para después salir corriendo de ahí.

Al estar algo lejos se dejó caer en el cesped recargandose en el tronco de un árbol, sostuvo su panza tratando de evitar aquella incontrolable hambre.

—Sabes que no es ilegal en noches como esta -aparecio aquel espectro quien Luzu llamaba Muerte- puedes comer con tranquilidad.

—Una cosa es ser un lunático, asesino, lo que sea... pero otra muy diferente es ser un caníbal -no volteo a verlo, estaba demaciado concentrado en no pensar en comerse a alguien- me verían mal mis amigos.

—Si fueran tus amigos no te dirían nada, trataría de ayudarte... aun que sabemos que no tendrían éxito -dijo eso último en voz baja sabiendo lo que pasó con los últimos que trataron de ayudar-.

—N~no puedo más, no aguantó...

Por otro lado, Auron y Jack despertaron, se sonrojaron un poco por el acto que habían hecho un par de horas otras, sin embargo, se preocuparon al no ver a Luzu, así que se vistieron y comenzaron a buscarlo juntos. Pasados 15 minutos, escucharon gruñidos y lo que parecía ser a alguien masticar, Auron supuso que se trataba de un lobo, así que no le dió importancia, pero recordó una cosa.

—Ten la espada -le susurro a Jack quién tomó la espada confundido- hay alguien aquí.

—¿Cómo lo sabes? -mirando a todos lados con la guardia alta por si alguien aparecía-.

—No suelen haber lobos en esta zona.

Auron iba al frente, ya que su cabello de lava les ofrecía luz para ver en aquel bosque tan oscuro. Pudieron ver a alguien sentado en el suelo mientras comía, el menor pensó que se trataba de un zombie, sin embargo le llamo la atención aquella ropa que llevaba aquel sujeto.

—¿Luzu? -llamo esperando estar equivocado, sin embargo el tipo voltio, era Luzu con la boca llena de sangre, en su rostro se veía el miedo de que lo hayan visto de aquella manera-.

—Y~yo... -se levanto lentamente con miedo de lo que sus dos amigos dijeran de él- no puedo evitarlo -le salen lágrimas- lo siento.

Por algún motivo los contrarios no se espantaron, solo estaban sorprendidos, es como si ya lo supieran, pero no lo recordarán, así que solo se acercaron al ojiazul y lo abrazaron con fuerza para que se desahogara por completo. Luzu al ser abrazado por sus amigos soltó todo el llanto que llevaba reteniendo por años por aquella monstruosidad que hacía de vez en cuando.

Un rato más tarde, Reborn se encontraba cargando a Luzu, a un lado suyo estaba Auron, se dirigían a la casa del ojiazul.

—¿Lo sabías? -pregunto el mayor-.

—No, pero eso explica muchas cosas, normalmente se encontraban animales devorados, solo dejaban los huesos, creo que hubo dos ocasiones que se encontraron huesos con una protección rota o a un lado. Por alguna razón ya me lo esperaba.

—¿Crees que nos lo dijo cuando estábamos en el psiquiátrico? -vio a su pareja encogerse de hombros- pobre de él, es tan inocente.

—Eso aparenta -ambos hombres se asustaron al ver a un Luzu oscuro-.

—¿Quien coño eres?

—Sshhh -hizo una seña con su dedo cerca de sus labios- despertarás a Luzu. Soy Muerte, un placer.

—¿Tú eres Muerte? -pregunto Auron con un brillo en los ojos- Hace tiempo que quería conocerte -admitio con una sonrisa como la de un niño que obtuvo su juguete soñado-.

—Ya nos conocimos -se le escapa una sonrisa- ambos me conocieron en el psiquiátrico, yo provoque el incendio.

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¿Cómo es que Auron y Reborn conocieron a Muerte?

¿Que hará Muerte con aquellos dos hombres?

¿El Reborn x Auron x Luzu vivirá?

Tan cerca y tan lejos [Intenabo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora