Tan cerca y tan lejos [Intenabo]

XI - Vudú y Trujillo

-¿Donde está? -Luzu buscaba en toda su casa desesperado- estoy seguro que lo deje en mi cama ¡Lanita! -llamo a su amiga sin dejar de buscar entre sus cosas-.

-¿Que sucede? -aparecio la chica con una cuchara en la mano-.

-¿Has visto el muñeco en el que he estado trabajando?.

-¿El vudú de Auron 2.0?

-Si, ese mismo -afirmo revisando bajo la cama-.

-No, talvez lo moviste en la luna de sangre -dijo volviendo a lo suyo-.

-¡Claro! -trato de levantarse pero se golpeó en la cabeza con la cama- ¡Auh! -se sobó la cabeza con un par de lagrimitas de dolor- ¿¡Porque me tienen que pasar estas cosas!?

Salio de su casa y entro a su guarida secreta, apenas entrar logro ver al muñeco incompleto a lado de la esfera de cristal, se acercó con curiosidad.

¿Porque lo dejo ahí?

Luego vio el vudú de Auron ¿Porque lo encerró en la jaula rodeado de los demás héroes?

-...Evil... ¿Que planeas? -dijo mirando a la nada-.

-Solo... quiero proteger a nuestro Auronsito -pudo escuchar una voz en su cabeza, una voz como la suya, pero un poco más tétrica-.

-Antes querías matarlo, dime la verdad.

-Hay miles de formas de matar a alguien, incluso al querer protegerlo. Bien... diré la verdad, lo hago por tí.

-¿Porque? ... ¿Viste algo que yo no?

-La zorra se está enamorando, solo que no lo sabe ¡Cómo siempre! de ese policía, está llamando su atención.

Dirigió su vista a la bola de cristal, solo alzo su mano frente a ella.

-Muestrame al superintendente Conway.

La esfera mostró al hombre mencionado junto a otros dos policías, Luzu mordió la uña de su dedo pulgar observandolos detenidamente.

-Quizas necesitarás más hilo y tela -se le hoyo con diversión-.

-No puedo, necesitaré algo de ellos para poder introducirlos en los muñecos.

-Talvez no ¿Porque no buscas en el libro de maldiciones?

-Si Auron se entera...

-No lo hará, confía en mí, Luzu.

De regreso a los Santos... Horacio, Gustabo, un tipo llamado Tony y un calvo apodado "Don Limpio" se encontraban con las manos alzadas, pues después de trabajar un par de horas como basureros, aparecieron unos tipos tratando de robarles.

Les habían sacado a los cuatro el dinero y a Auron le quitaron el celular, los asaltantes se fueron ecepto uno, los tres amigos salieron corriendo tras los ladrones.

El asaltante que se quedó se acercó a Auron y le saco el comunicador del bolsillo, se veía interesante, sin embargo, el moreno al notar que le iban a quitar el comunicador por un momento perdió el control de sus acciones y tomo rápidamente al tipo del cuello con una mano y con la otra le tapo la boca.

El hombre iba a soltarse, pero comenzó a sentir que su boca se estaba quemando, como si aquel basurero tuviera fuego en las manos, comenzó a soltar varias lágrimas al igual que gritos ahogados por el dolor que sentía.

En el momento que se escucharon patrullas y disparos, Auron entre en razón y soltó a aquel tipo, se había desmayado por el dolor. Se agachó y vio las quemaduras que le provocó al hombre, pero no se sentía para nada arrepentido, solo tomo el comunicador y se lo guardo, suspiro, pues ese ladrón no fue el mismo que le quitó el dinero y el celular, tendría que denunciar a la policía.

Después de estar un largo rato en comisaría recuperó su celular, pero no el dinero, además de que por alguna razón sintió el tiempo ir más despacio al no ver al superintendente.

Los cuatro amigos después de poner la denuncia fueron a sacar su licencia para conducir, por algunos problemas Gustabo no la pudo sacar, por lo cual se sintió un inútil, solo le quebrada esperar a que sus amigos acabarán la prueba.

Se encontraba sentado en las escaleras del lugar, estaba observando el comunicador, Luzu le mandaba noticias de lo que pasaba en Karmaland, pero después de aquella llamada grupal no recibió más noticias de los terremotos, posiblemente todos quedaron de acuerdo en no hablarle de eso, lo cual le molestaba mucho, solo esperaba que aquellos terremotos pararan.

-Hola Gustabo -se acerco un hombre con una gorra blanca y un bate- no pensé volver a verte.

-¡Trujillo! ¡Ostia! -se levanto feliz- yo tampoco creí verte.

-Puedo pasarte mi número si quieres.

-¡Claro!

Ambos intercambiaron números tranquilamente, eso al menos hasta que una camioneta roja aparesiara provocando todo un caos con varios conductores del lugar.

-¡Mi coche! ¡Mi coche, tío! -se quejo Trujillo ya que la camioneta golpeó a su auto- ¡me cago en la ostia! Ese coche rojo ¿De quién es? -acercandose a los que bajaban de él quienes se mezclaban con las demás personas para despistarlos-.

-E~es de Segismundo -Horacio apunta nervioso al que recién acababa de llegar- está persona.

-Pues yo quiero seguro, me a arañado el coche.

-Y a mí me a atrapellado -dijo un tipo adolorido-.

-¿Que coche rojo? Yo no sé nada -dijo completamente nervioso, acababa de llegar y ya lo estaban inculpando sus amigos-.

-Voy a llamar a la policía -dijo alguien de entre toda la gente que estaba ahí-.

En ese momento llego la policía y todos se alejaron del lugar, sin embargo, alguien se había llevado el coche rojo atropellando de paso a Horacio. Auron y Tony tomaron "prestado" un auto y siguieron al tipo para que les regresarán el coche.

Fue toda una gran persecución la que hicieron pero lograron acorralar al tipo, después de sacarlo a la fuerza del coche y golpearlo un poco, fueron directo al hospital, ya que parece que haya es donde terminó Horacio despues del atropello.

Ya estando en el hospital, todos fueron hasta la habitación donde estaba Horacio, pero se quedaron afuera al ser sacados por el médico. Dos personas se unieron a la espera, pues fueron los que se encargaron de dejarlo en el hospital y querían saber si estaba en menor estado.

Los cinco esperaban tranquilamente a que el médico diera alguna noticia, platicaban de la calvicie de Don Limpio y del orgullo de ser calvo, pero se detuvieron al escuchar ruidos raros provenientes de la habitación donde se encontraba Horacio.

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¿Que le estara pasando a Horacio? Yo sé que saben 7w7

Espero que les gustará este capitulillo todo feo XD tiene poco sentido, pero me encontraba aburrida jajaja