Rapidamente apareció más personal sanitario y se llevaron a Ana con la camilla hasta el paritorio, pude acompañarla en todo momento hasta que llegamos a la puerta de este, dónde me indicaron que, antes de entrar, debía ponerme una bata de esas de color verde y cubrir mis pies con unas bolsas, de ese mismo tono.
- Que guapa -comentó Ana al verme entrar con esas pintas.
- Tonta -dije rodando los ojos.
Pude observar que, la tranquilidad que teníamos arriba en la habitación, donde de vez en cuando aparecía una enfermera o una doctora había desaparecido por completo. Conté hasta cinco personas haciendo cosas por allí, por un lado me relajó, Ana y Zoe estaban en buenas manos, pero ver a tanta gente me puso aún más nerviosa, ahora sí, había llegado el momento.
- ¡Buenas noches familia! -nos saludó la doctora- Pues ya podemos empezar, cuando te venga la proxima contracción empujas -le explicó a Ana.
Ana respiró hondo y alargó su brazo para darme la mano. Yo estaba de pie, a su lado y no sabía hacía donde mirar, y también respiré hondo, porque necesitaba calmarme. Ana indicó que la contracción ya estaba allí, así que la animaron a empezar a empujar. Fue entonces cuando estrujó mi mano y la vi empujando con fuerza.
- Muy bien, muy bien, muy bien -le indicaba la matrona mientras esta seguía esforzandose para no parar de empujar.
- Ya se le asoma la cabecita -comentó la doctora cuando Ana dejó de empujar- Venga, que esto irá rapido.
Ana empujó un par de veces más, estaba haciendo un gran esfuerzo, realmente asustaba mirarle a la cara en ese momento con su cara de sobresfuerzo y roja como un tomate. Los presentes comentaban que ya quedaba poco, que esto iba a ir muy rápido, pero la verdad, no sabía si lo decían de verdad o para animarla, hasta que me invitaron a mirar y vi que, efectivamente, la cabeza de Zoe ya asomaba.
- Dios mío -dije al verlo. Retiré mi vista de inmediato porque en apenas un instante llegué a notar un ligero mareo, no era momento para desmayarse, así que me aparté y me limité a darle ánimo a Ana y que esta me estrujase la mano.
- Vamos, que lo estás haciendo muy bien -la ánimo la doctora- Sigue, sigue, sigue, un poco más. Ya!
De inmediato se escuchó a la pequeña romper a llorar intensamente y nos la enseñaron, toda llena de sangre. Era preciosa, aunque estaba toda roja y sucia por el esfuerzo, y su llanto también, no pude evitar romper a llorar al verla, era perfecta y era nuestra niña.
- Aquí está -dijo la matrona colocandola de inmediato encima del pecho de Ana.
- Ay mi niña -dijo Ana agarrandola con fuerza y parando su llanto en seguida.
Me limité a acariciar su cabecita mientras Ana la mecía entre sus brazos, estaba demasiada ahogada entre mis propias lágrimas como para poder decir algo. No podía dejar de admirarla ni un solo segundo.
- ¡Enhorabuena! -nos dijo una de las enfermeras- ¿Quieres cortarlo tu? -me preguntó mientras sujetaba el cordón umbilical que aún unía a Zoe y Ana.
- Claro -dije secándome las lágrimas con las manos- ¿Aquí? -le pregunté antes de cortarlo, esta me asintió y yo apreté fuerte, muy fuerte, porque lo cierto eso estaba mucho más duro de lo que habría imaginado.
- Muy bien. Me la voy a llevar allí un momento -nos dijo mientras cogía a Mía de los brazos de Ana- Ven -me indicó.
Fuimos hasta una mesa dónde lavaron a la pequeña y le tomaron las medidas y comprobaron sus constantes, como ya había podido observar era un bebé grande y afortunadamente estaba todo bien aunque no paraba de llorar desde que se había separado de los brazos de Ana.
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Recuperando el Tiempo Perdido | WARMI
FanficSegunda parte de la novela "Tiempo Perdido". Tras casi 15 años, Mimi y Ana se reencontraron y finalmente decidieron dar el paso, pero no todo será un camino de rosas. Aunque lo más difícil ya lo han hecho, Mimi y Ana tendrán que seguir luchando por...