Su llanto comenzaba a aumentar en tanto esperaba a por el resultado, y quizá nadie se había dado cuenta de su ausencia, pero si alguien lo había hecho, seguro no le parecería algo muy importante como para interesarse en ir directamente a buscarlo.
—Tranquilo, tranquilo —se susurró a sí mismo acallando sus sollozos y, suspirando, secó apenas un poco sus mejillas—. Todo va a estar bien, no estoy... —sus labios se apretaron para no decir la palabra.
Esperó durante algunos segundos más, en los cuales pareció que las paredes plásticas del cubículo en el que se encontraba, habían tomado de pronto la forma más interesante de ver y admirar.
El objeto es su mano era suavemente sacudido por el temblor de ella, y él simplemente respiraba entrecortado, pensando en lo más bonito que podía.
Quería estar sereno ante cualquier situación y resultado que tuviera, porque de cualquier forma tendría que afrontar la realidad, además, también al hombre que amaba y el posible rechazo que tendría por su parte.
Sin motivación alguna, cuando el cronómetro de su celular paró, levantó el objeto en su mano, y dejó escapar un suspiro antes de concentrar su mirada en las líneas de la pequeña pantallita.
Sintió su corazón detenerse abruptamente cuando vió aquello: ||.
Un jadeo escapó de sus labios al reconocer que tenía un fatídico estado, con el cual debía pensar cómo hacer, y decirlo a la otra parte importante del asunto. Y pese a que tenía miedo de lo que pudiera suceder, sabía bien que era su responsabilidad hablar de, ya que no sería perdonable que lo dejara en silencio.
De nuevo, sus sollozos tomaron lugar en el casi total silencio en el que el eco de la música afuera le acompañaba apenas un poco, y un par de lagrimones desbordaron de sus ojos como si fuesen ríos fluyendo.
—No puede ser... —se quejó, tomándose el cabello entre los dedos con fuerza— Joel, eres un idiota.
Un embarazo era lo mejor que le podía suceder a las personas que lo planeaban, y él, a pesar de que lo deseaba, con Richard jamás había hablado de un tema como tal, porque el moreno parecía esquivarlo cada vez que intentaba.
Y le parecía extraño, ya que el chico siempre era directo con lo que pensaba, pero creía que quizá no quería ponerlo mal con sus respuestas duras sobre un tema tan delicado. Y de alguna manera lo entendía, porque cada vez que le notaba intenciones de hablar sobre ello, Richard interrumpía con una pequeña frase como: "que trabajo más cansado", "uff, como me falta tiempo" o "ya parece que no tengo vida para pensar en nada fuera de un computador", etcétera.
¿Y si Richard lo dejaba por algo así?
¿Qué, si el moreno veía un hijo como un problema?
Las arcadas volvieron por algún número de vez en la semana, y ya ni siquiera recordaba cuál era, así que botando el test al piso, se arrodilló frente al retrete y sucedió lo que debía suceder, haciéndolo sentir cada vez más nervioso y aumentando los temblores en su cuerpo.
Ni siquiera se dió cuenta cuándo o cómo sucedió, pero la puerta principal del baño se abrió y se cerró rápidamente, y ya que la del cubículo estaba abierta, pudo ver a alguien que realmente necesitaba en esos momentos.
Su amigo Johann, quien lo miró sorprendido, corrió rápidamente a su lado a hincarse también, y le abrazó.
—Amigo, ¿qué sucede?
—Cerré la puerta con llave, ¿cómo entraste? —esquivó Joel a la pregunta del castaño, y éste simplemente se encogió de hombros, bufando.
—Atrapé a tu tío corriendo para que me ayudara, porque no sé, en las bodas de ustedes he tenido la tan mala suerte de querer ir al baño y que esté cerrado —rió bajito el chico y mostró la llave que Christopher le había dado—. Me dijo que fuera adentro y luego, cuando no me sintiera apurado, volviera a hacerle el favor de abrir acá y revisar que no hubiese nadie.
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Aprendí a amarte || Chriserick.
FanfictionY cada mes, puedo decir que mi amor crece tanto como tu barriga.