7- Una pequeña solicitud.

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La luz naranja del atardecer atravesaba como navajas las cortinas tiñendo todo el salón con su color, dos personas sentadas una al lado de la otra, con un ambiente amistoso, pero incómodo.

"No tenías por qué ofrecerte a ayudarme Gilt"

Una chica de pelo rubio y ojos celestes amables comentaba mientras pintaba el cartel que se usaría para el siguiente festival escolar.

"No-no, Julie, no entiendo cómo pueden dejarte todo el trabajo" el joven respondía mientras se rascaba el posterior de su cabeza con una sonrisa tímida y rostro ruborizado.

"Siempre estás ayudándome, si sigues así no me quedará de otra que pensar en una forma de agradecerte"

"Ni se te ocurra, hago esto porque me gusta estar contigo"

El sonido de sus voces solo era acompañado por el silbido del pincel siendo usado para el cartel.

"Pero así no es justo, muuu" la chica frunció el ceño mientras pensaba en que hacer "¿Y si te invito a comer de ida a casa? ¿Qué te parece?"

El joven no pudo evitar que su felicidad filtrada por la sugerencia se viera reflejada en su rostro "Bueno, si eres tu quien paga no hay forma que me niegue"

...

Esta es mi oportunidad, si no es ahora, no lo haré nunca.

Estos pensamientos invadían la cabeza del joven, mientras caminaba del lado de la muchacha.

Era la chica más hermosa del todo el colegio, pero reservada, no tenía muchas amistades y tampoco hablaba mucho. Pero su belleza era la charla del mundo, teniendo varios pretendientes, pero ignorando a cada uno de ellos.

Siempre que Gilt la veía la joven estaba sola, dicha escena se repitió más de una decena de veces, en una de esas ocasiones se decidió por hablar con ella y, para su sorpresa, realmente terminaron llevándose bien.

Pero Gilt era un cobarde, y no confesó sus sentimientos ni intenciones por más de un año y medio. En todo ese tiempo su amistad se fue desarrollando, profundizando, tanto que ambos se buscaban el uno al otro cuando tenían la oportunidad.

La joven, con personalidad reservada, siempre se mantenía a raya del mundo. El joven, que no entendiendo la razón decidió acercarse.

Ambas voluntades, no comprendiendo la intención de su contraparte, se preparaban para colisionar en este día.

El joven se determinó a confesar sus sentimientos, y echándole combustible a un incendio, sus amigos le decían que seguro ella sentía lo mismo por él.

Tanteando a ciegas, el joven lanzó la primera piedra mientras estaban caminando por la calle yendo a cumplir la promesa de la joven de invitarlo a comer.

"Ehhh, Julie...en realidad, quería decirte algo..."

El joven murmuró mientras la detuvo sosteniendo su mano.

La joven quedó completamente quieta, temiendo que esto fuera lo que ella pensara, no quería perder al único amigo que tenía.

"La verdad, es que yo..."

La realidad se hundió con las siguientes palabras, pero la joven debía responder con honestidad, por más que esto destruyera al único amigo que había hecho en la escuela.

"...me gustas"

Eso fue lo que él dijo, y ella no logró evitar las lágrimas, sintiendo como sus pies se hundían en fango, como su cuerpo era absorbido por la realidad por lo que el joven le estaba diciendo.

Reviviscencia: Como no ser pobre en mi segunda vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora