Reviviscencia: Como no ser pobre en mi segunda vida.

Prólogo

Realmente no hice nada con mi vida.

Eso fue lo que pensé mientras, a mis cincuenta y dos años, me estaba dando un ataque al corazón.
Al menos creo que fue un ataque al corazón.

Nunca podré confirmarlo, ya que morí.

Un color negro se extendía por mi vista, traté de mover mis manos, observarlas, mover mi cuerpo, pero no sentía nada.

No, no entienden.

Literalmente no sentía nada, y era bastante incómodo, así que me dediqué a pensar en lo que fue mi nada gloriosa existencia.

Si...como de pequeño, por ejemplo, pensaba que me esperaba una gran aventura, o que lograría grandes cosas y demás ¿entienden? Son de esos delirios que uno tiene a esa edad por ver mucha televisión.

Mis delirios se arrastraron hasta mi adolescencia, cuando llegué a la secundaria. Enserio creía que algo fantástico me sucedería, y ciertamente algo parecido pasó. Tuve mi fase popular, tuve una amiga de infancia, un amor no correspondido, unas cuantas novias. Lo normal, pero siempre terminaban o en nada o...peor.

....

Realmente no fue buena idea recordar eso.

Ay ay ay mi corazón, no importa lo que diga la gente tarada ¡hay heridas que el tiempo no sana! ¡maldición!

Bueno, suficiente con eso. ¿En conclusión? ¡Terminé solo! ¡fin!

.........

Ojalá no hubiera terminado solo...

Aunque. No.

Pero.

La mayor parte de mi vida me la pasé buscando a la indicada, salía con una u otra chica, y siempre que parecía que iba a algo serio, me dejaban.

Bueno, no, no me dejaban.

Me engañaban o me cortaban sin ninguna razón aparente.

Dolía ¿saben?

Suspiraría si tuviera boca y pulmones para hacerlo.

Tampoco las resiento. Es decir, si llegas a vivir tanto como yo entiendes algo, cada persona tiene sus circunstancias.
No creo que haya sido mi culpa y tampoco de los demás. Es simplemente, así es la vida.

A veces las cosas funcionan, a veces no. Hice todo lo que estuvo en mis manos, me esforcé, me enamoré, me des-enamoré, me engañaron, pero puedo decir con orgullo ¡Nunca engañe! JA...

Ja..jaja.

Sí, no sé porque rio. Es bastante triste.

Pero...¡PERO! no me di por vencido, aún la espero ¿sabes? La indicada, aún la espero.

Pero...

Ya morí.

No hay nada que esperar.

Me siento realmente patético.

Si mi vida iba a terminar así, entonces...

Realmente...

Hubiera estudiado más en lugar de ir por la vida buscando una novia.

Si hubiera estudiado más, hubiera conseguido un mejor trabajo, un mejor sueldo.

¡Maldición!

¡Si al final me iba a morir solo por lo menos hubiera ganado tanto dinero como para darme todos mis gustos!

Aaaaahhhh...

Quejarse ya no lleva a nada. Ahora solo me queda la nada, esta oscuridad, todo negro.