El retorno de los Potter PAUSADA TEMPORALMENTE

8. La verdad

Lily y James estaban muy nerviosos. Ese día por fin se celebraría el juicio que demostraría la inocencia de Sirius. Era muy necesario ya que se aplazó demasiado tiempo y no era justo para el merodeador seguir sufriendo en Azkaban. El ministro se negó a dejarlo salir.

- Se tiene que celebrar un juicio como Dios manda – Había dicho Fudge a Dumbledore cuando este fue a hablar con él.

Dumbledore no evitó pensar que ya se podría haber celebrado el dichoso juicio unos años atrás. Tanto Sirius como Harry y Remus se podrían haber ahorrado mucho dolor y sufrimiento.

Finalmente, el día llegó. En la sala de juzgados del ministerio, todos se estaban preparando para celebrar el juicio a Sirius. Todo el mundo estaba instalado en su lugar. Los miembros del Wizengamot en su sitio correspondiente y el público y testigos en el suyo. Solo faltaba el acusado que estaba a punto de llegar.

El ministro tenía muy mala cara. Se le veía muy enfadado y amargado ya que aquel juicio podría suponer el fin de su mandato. Todo el mundo cuchicheaba. Es verdad que hace tiempo se supo que los Potter habían despertado de su coma y que no habían fallecido, pero aun así, su presencia era impactante. Albus intentaba tranquilizar al matrimonio, al igual que lo hacía Severus. Al lado de ellos, estaban sentados los Tonks quienes al enterarse de que finalmente se iba a celebrar un juicio corrieron al ministerio para presenciarlo.

- Amor, todo irá bien. Sirius saldrá. Él es inocente. Y si no encontraremos una forma de rescatarle – Quiso tranquilizar Lily a su marido quien estaba muy nervioso.

- No puedo controlar mis nervios. No sé cómo estará.

– Amor, mírame. Sirius vendrá con nosotros esta noche a casa. Te lo prometo. Haremos lo que sea para conseguirlo. – Lily también sentía muchos nervios pero tenía que aparentar más tranquilidad y no dejarse llevar por el agobio.

- ¡Ojalá hubiéramos traído a Harry con nosotros! – Dijo James quien sentía la necesidad de tener a su hijo con él en aquel momento tan duro.

- Mi amor, sabes que no es lo que más conviene a Harry. No lo dejarían en paz y él sufriría mucho viendo a tantas personas aquí. – Le respondió mientras tomaba su mano para tranquilizarle. No pudo evitar pensar en su pequeño hijo. ¿Habrían hecho bien contándole todo? No quería poner una carga tan grande en sus pequeños hombros pero, tampoco quería que él viviera sin saber la verdad de todo lo ocurrido. Todavía recordaba la conversación que James y ella tuvieron con el pequeño por la mañana.

Por la mañana, después del desayuno

Entre bromas por parte de James y palabras cariñosas por parte de Lily, la familia terminó su desayuno. James comenzó a recoger la mesa y Lily a lavar los cacharros. Cuando terminaron, Lily se volvió a sentar al lado de Harry.

- Harry, papi y yo queremos contarte algo importante. – Harry la miró atento. ¿Qué querrían contarle su padre?

- Ayer te dijimos que en el mundo mágico, al igual que en cualquier otro lugar, hay personas buenas y malas. ¿Verdad? – Harry asintió. – Bien, hace unos años, un mago muy malo que se llamaba Voldemort. Quería conseguir el poder y para lograrlo hizo cosas muy malas.

- ¿Cómo qué? – Preguntó Harry preocupado.

- Él hizo daño a muchas personas. – Respondió Lily quien no quería entrar en más detalles. Su bebé no tenía más de cinco años, no necesitaba oír todas las atrocidades que aquel psicópata cometió.

- ¿Fue Vold...Vildy...Voldy.... quien os hizo daño? – Preguntó Harry. Sus padres asintieron. Por dentro sonreían al ver cómo su hijo destrozaba el nombre de aquel desequilibrado.