14. Errores del pasado

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Severus Snape se dirige a la casa de los Potter. Necesita hacerles una visita. Todavía no puede olvidar el estado en el que encontraron al pequeño Harry. El pocionista duda seriamente de si algún día logrará perdonarse por su error. Si él se hubiera callado la boca, nada habría pasado. Cada día lamenta haberse soltado de la lengua. No puede evitar recriminárselo. Cuando oyó el contenido de la profecía, fue a decírselo a Voldemort sin pensar que con su acción estaba poniendo un bebé en el punto de mira del asesino que es Voldemort. Y para empeorar las cosas, pidió que solo Lily se salvara.

En los meses de rehabilitación, él y James hicieron las paces. Gracias a eso, pudo descubrir a una persona totalmente distinta a su enemigo de adolescencia. Delante de él, estaba un hombre cariñoso, amoroso que amaba a su mujer y su hijo y que daría la vida por ellos sin pensárselo dos veces. No pudo evitar empezar a sentir un gran respeto por James. Durante su infancia, tuvo que vivir con un padre horrible que maltrataba a su madre y que descuidaba a su hijo e ignoraba sus necesidades más básicas. Le preocupaba que James fuera así, ya que él no quería una vida horrible para su mejor amiga. Sin embargo, James le demostró que no tenía por qué preocuparse. Él mismo fue testigo de como el azabache se desvivía por Lily y se preocupaba porque ella se sintiera bien y feliz en cada momento.

Durante ese periodo, le sorprendió también ver que ya no albergaba sentimientos por Lily. Es verdad que la sigue amando, pero, no de forma romántica. De hecho, pudo darse cuenta de que aquel amor que sentía por ella no era muy sano. ¿Cómo se le ocurre ir a contar la profecía y pedir que solo ella se salvara? ¿Cómo se le pudo ocurrir que Lily se echaría a sus brazos después de que su marido y su hijo murieran? Si eso hubiera pasado, ella podría haber perdido el juicio o incluso algo peor porque si algo no puede hacer Lily es vivir sin su marido y su amado hijo.

Hoy va a la casa de los Potter. Quiere confesarse. Contarles toda la verdad. Ellos lo tratan bien y son amable con él, pero, seguramente, lo hacen porque no tienen ni idea de lo que hizo en el pasado. Ellos no saben que por culpa suya estuvieron a punto de ser asesinados, ni tampoco saben que, por culpa suya, los Longbottom perdieron la cordura.

Severus está tan inmerso en sus pensamientos que no se da cuenta de que ya está delante de la puerta de la casa de su mejor amiga. Al llegar, toca el timbre. No pasan segundos hasta que la puerta se abre y una sonriente Lily sale dando la bienvenida a su amigo de la infancia.

- Bienvenido, Sev. – Dice Lily con una amable y cariñosa sonrisa mientras abraza a su mejor amigo quien no duda en corresponderle, Quizás aquel abrazo podría ser el último. - Pasa. Están todos aquí. Remus, James y Sirius están en el salón jugando con Harry.

- ¿Cómo está? – Pregunta Severus preocupado por el pequeño.

- Bien. Poco a poco se abre más a nosotros. Ya no cocina solo ni tampoco se pone a limpiar mientras estamos dormidos. Además, está muy unido a Sirius y Remus. Podría decir que la cosa está mejorando, pero, sé que falta mucho camino por delante. Todavía puedo ver la duda en sus ojos. Teme que lo rechacemos o que lo echemos de nuestra vida. Creo que duda de si nuestro amor por él es sincero. – Informa Lily al profesor de pociones en voz baja. Su voz sale ronca. Le duele pensar que su hijo crea eso de ellos, sin embargo, nada se puede hacer excepto demostrarle que esas ideas están equivocadas y para eso se necesita mucho tiempo y paciencia.

- Lo siento, Lily. – Se lamenta el joven.

- No tienes que pedir perdón por nada. ¿Qué culpa tienes tú? – Pregunta Lily extrañada por las disculpas de su amigo.

- Necesito hablar contigo. – Se limita a decir Severus. Necesita confesar el peor error que cometió. Es posible que pierda a su mejor amiga y sus nuevos amigos, pero, por lo menos tendrá la conciencia tranquila.

El retorno de los Potter PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora