10. El testimonio sorpresa

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Después de Sirius, testificaron otros como Severus quien aseguró que nunca lo había visto con los mortífagos, los Potter quienes garantizaron mediante un juramento por su magia y vida que Sirius decía la verdad, también testificó Albus quien explicó toda la ilegalidad que supuso la encarcelación del mayor de los Black.

Sorpresivamente, entró a la sala una mujer. Llevaba una túnica que le tapaba. Con paso seguro, se encaminó hacia la tribuna.

- Buenos días, vengo a testificar a favor de Sirius Black – Anunció la señora. Sirius levantó la cabeza. Aquello no podía ser cierto. Estaba seguro de que se trataba de un sueño. Aquella persona sería la última que diría algo a su favor. Los que la conocían también se vieron sorprendidos.

- Está bien, pero, tiene que decirnos quién es usted. – Dijo Amelia al hombre.

- Yo soy Walburga Black, madre de Sirius Orión Black.

Sirius no podía creer lo que estaba ocurriendo. ¿Su madre vino a testificar a su favor? Aquello no podía ser posible. Desde que él fue clasificado en Gryffindor, su madre jamás mostró ningún tipo de amor ni cariño por él. De hecho, no perdía oportunidad para despreciarlo y torturarlo.

Cuando Walburga vio el estado en el que se encontraba su hijo, sintió un horrible dolor en su pecho. Día y noche se mortificaba por lo que hizo a lo largo de los años. Por culpa de sus ideales racistas y valores equivocados su familia acabó destruida. 

Ella había jurado que jamás dejaría que nada malo pasara a su familia. Nada ni nadie le haría daño. Sin embargo, no mantuvo su juramento. De hecho, pasó todo lo contrario, fue ella la causante de todo lo malo que ocurrió a sus hijos. 

Cuando Sirius se clasificó en Gryffindor, se sintió furiosa y decidió castigarle. Le arrebató cualquier cosa que le podía hacer feliz, lo maltrató y lo despreció. Ya no le abrazaba ni le decía que lo quería. Todavía recordaba la furia que sintió cuando descubrió la huida de Sirius. Estaba tan enfadada que borró su nombre del árbol genealógico sin que le temblara el pulso.

Después de lo ocurrido, Walburga perdió a muchos miembros de su familia. Su sobrina Andrómeda sufrió el mismo destino que Sirius, desterrada y odiada. Sus otras dos sobrinas casadas con hombres que solo las llevaron a su perdición. Sin embargo, lo peor estaba todavía por llegar.

Su pequeño Regulus murió y lo hizo luchando contra el mal. Aquello los devastó tanto a ella como a su marido, Orion, quien falleció de la pena el mismo año que el pequeño Reggie. Durante años, Walburga se quedó en su casa sumergida en la amargura y la tristeza alejada de la sociedad. Sin embargo, todo cambió hace unas semanas cuando descubrió todos los detalles sobre lo que le ocurrió a su hijo.

Walburga se dirigía al salón de su casa cuando descubrió a Kreacher intentando destrozar un colgante. Inmediatamente, le interrogó para saber lo que pasaba. Al principio, el elfo no quería hablar, sin embargo, finalmente acabó cediendo. Su hijo murió de forma horrible solo para acabar con Voldemort. Durante un tiempo estuvo analizando el guardapelo cuando descubrió que era contaminado con magia oscura. La peor de todas. Fue ese el momento en el que decidió recapacitar y hacer el bien aunque fuera una sola vez en su vida.

Se puso a buscar a su otro hijo. Fue ahí cuando se enteró de que estaba encarcelado por pertenecer a los mortífagos y traicionar a los Potter. Aquello era simplemente imposible. Cualquiera que lo conociera sabría que aquella no era más que una vil mentira. Sin embargo, a pesar de que quiso ayudarlo, no pudo hacer nada por él.

Cuando Walburga supo que se celebraría un juicio. Durante días estuvo pensando en si era buena idea ir al juicio y testificar a favor de su hijo o no. Sabía que lo primero sería lo correcto, pero, no se sentía valiente. No sabía con qué cara miraría a su hijo a los ojos.

El retorno de los Potter PAUSADA TEMPORALMENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora