alive

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—¡Dios mío, estás viva! —grita Gisele cuando aparezco en la cocina—. Dormiste un día entero, Mackenzie Brady.

—No me jodas —murmuro entre dientes. Mi estómago suena y la brasileña se ríe.

—Comételo todo, ¿vale? —asiento lentamente y busco a mis sobrinos con la mirada por la sala de estar—. Están jugando con Tom en el patio.

—¿Y Erin dónde está?

—Salió con Jules a comprar el almuerzo.

—¿Y no hay delivery o qué? —pregunto tragándome un bocado de panqueques gigantesco.

Easy, Kenz, no te vayas a ahogar —bromea risueña y sonrío de lado—. Fueron al supermercado, porque voy a preparar sushi. Deja tus celos, Brady, nadie te va a quitar al enano.

Ruedo los ojos y suelto una risita, porque sé muy bien que aún soy muy protectora con Julian. Mientras Gisele prepara algo y canta canciones brasileñas, yo me pongo a pensar en Marco. ¿Por qué? Ni idea.

Scarlett me contó que estaba intentando tener algo de nuevo con él por la pequeña Emilie, pero que lo veía imposible porque ya ella no podía confiar en él como solía hacerlo. Sinceramente, yo ni sabría como reaccionar si me toca darle una segunda oportunidad. Sin embargo, lo extraño.

He estado pensando en que yo tuve la suerte de poder alejarme de Dortmund y quizás no volver a ese lugar, dejar todo atrás, pero la modelo está atada a Reus de por vida y me siento pésimo por todo, aunque yo no sabía lo que pasaba.

—¡Mackenzie! —el grito de Tom me hace brincar y casi rompo la taza de café que tenía en la mano—. ¿Estás bien? Tengo rato llamándote.

—Buenos días, hermano —murmuro rodando los ojos—. Sólo estaba pensando.

—¿Ya hablaste con Mahomes? —me pregunta y lo miro confundida—. Estabas a punto de llamarle antes de que Jules te llevara a dormir.

—¡Pensé que era un sueño! —chillo y Gisele se ríe de mis desgracias.

Busco el cuaderno de notas y ruedo un poco la silla para no tener que levantarme a usar el teléfono fijo. Marco el número que estaba escrito y espero a que me contesten.

—Hola, ¿quién habla?

—¿Jackson? Soy Mackenzie, Mackenzie Brady.

—¡Patrick, tu novia está viva! —escucho como exclama el joven y suelto una risa—. Ya viene, pensábamos que habíamos muerto.

—Bueno, gracias por...

—¿Hola, Kenz? Por dios, pensé que te había pasado algo y como no contestas los mensajes ni subes historias, te juro que...

—Calma, Pat, estoy bien —murmuro riéndome—. Lo que pasa es que dormí un día entero y bueno, a penas vuelvo a la realidad.

—Estaba preocupado, porque nadie me decía nada y tuve que encontrar el número de la casa de Tom y todo —suelta una risa y escucho su suspiro.

—Y bueno, ¿todo bien? —me pregunta y contestó con un "todo bien".

—¿Para eso llamabas? —cuestiono confundida—. O sea, entiendo que quisieras saber de mí, pero creo que hay algo más... ¿me equivoco?

Patrick murmura algo que no entiendo y Gisele me hace señas cuando la puerta de la casa se abre, indicando que Julian y Erin habían llegado.

—Dios, Jackson está llamándome, ¡espérate, asqueroso! ¿Está bien si te llamo en un rato a tu celular? Sí, bueno, adiós. ¡Jackson, juro que te voy...

Me rio a carcajadas y todos me miran extrañados, incluyendo al par que venía llegando. Termino de tomarme el café y me levanto de la silla para abrazar a mi prima y ex-novio antes de irme corriendo al patio para jugar con mis sobrinos.

Estoy viva y coleando, sí señor.

super bowl | patrick mahomesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora