El valle de Éorl

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En la tercera edad del sol, durante años el reino de Rohan comandado por el Rey Théoden hijo de Théngel ha sido azotado por continuos ataques de los hombres salvajes que llamaban a los hombres de la marca ladrones y usurpadores, dichos salvajes eran aliados de los orcos y junto a ellos habían logrado debilitar la fuerza del ejército de Rohan, que era comandado por Théodred hijo del rey Théoden, ya que el rey que antaño había comandado el ejercicio, había caído en las sombras bajo una gran enfermedad que lo debilitaba y cegaba su mente conformé pasaban los años, ya no reconocía amigos o enemigos, ni siquiera a los de su sangre, solo seguía consejos de su consejero, Grima lengua de serpiente.
Tal fue la debilidad del ejército de Rohan que Théodred primer mariscal de la marca encomendó a los demás mariscales, capitanes y a los líderes de los pueblos de Rohan, reunir, armar, entrenar y sumar a las filas del ejército a todo hombre capaz de montar a caballo y blandir una espalda.
El valle de éorl antaño había sido una de las joyas del Reino magnífico de Rohan, en el se encontraban grandes casas de grandes hombres dignas de los reyes de la marca, pero con el tiempo y la decadencia hizo que la grandeza que tenía consigo el valle de éorl hubiera quedado en el olvido, una gran ciudad caída en la desgracia. Era un pueblo grande y amurallado con casas antiguas pero hermosas y amplias, sus habitantes eran duros, pero a la vez pacíficos con un gran amor por los caballos, los cultivos y por el Rey. En el valle contaban por lo menos con 500 habitantes de los cuales la mayoría de estos eran ya personas mayores que habían podido vivir muchos inviernos en paz. El valle de éorl era liderado por Arofed hijo de Palafed quien en los tiempos del rey Théngel fue mariscal de la marca oeste, Arofed era un buen líder, justo y prudente, había logrado mantener en valle seguro y próspero por muchos años, pero era una carga pesada que hoy día con las sombras acechando, era muy difícil de sostener, además de que la edad ya le pensaba, tenía una barba larga y blanca, al igual que su cabello que sin importar el tiempo no se caía y seguía largo y hermoso. El valle se encontraba al este de Edoras a unas 3 leguas y antaño eran grandes proveedores de alimentos, caballos y hombres para Edoras y Aldburg, tendiendo gran amistad estos últimos. En el año 3018 de la tercera edad se empezaron a reunir las tropas para así lograr contener las fuerzas enemigas que se empezaban alzar en el norte y al oeste de Rohan, el Primer mariscal Théodred que para ese entonces contaba con 40 años, llegó al valle de éorl junto a una pequeña parte de su Eored que podría ser su guardia personal, conformada por 50 hombres a caballo, todos con lanzas, espadas, escudos en la espalda, yelmos y cotas de mallas finas juntos a una capa verde, exceptuando 10 hombres que en vez de portar una lanza, estos llevaban arcos. Los caballos de estos jinetes eran hermosos, fuertes ejemplares que parecían descender de los Mearas. Théodred montana gran caballo negro llamado Brego y sus monturas eran dignas de un Rey, estaban adornadas con oro y piedras preciosas. Él era un hombre alto, fuerte, con cabello largo rubio sin barba, pero con rostro áspero y bello como los antiguos reyes de Rohan, era un hombre valiente cuyo liderazgo era admirable y los jinetes no solo lo seguían por ser hijo del rey sino por el amor que profesaban hacía él y creían que podría ser uno de los mejores reyes de Rohan ya que era justo, intrépido además de sabio, con un gran amor a su pueblo y su tierra. No tenía madre ya que está había fallecido al darlo a luz ni tampoco había contraído matrimonio ni tenido hijos, ya que la enfermedad de su padre le obligó a hacerse cargo de todo el ejército y protección de Rohan, tomando así el título de primer mariscal de la marca. Théodred llego en busca del líder de dicho pueblo y así sumar a las filas de su Eored nuevos hombres. Al entrar al pueblo Théodred fue enseguida atendiendo por los mensajeros del Arofed líder del valle con el cual celebro una reunión para el recuento de tropas.
Tenemos 150 lanzas nuevas para ti mi príncipe, dijo con voz fuerte Arofed, todos bien equipados, listo para combatir y dar su vida por su rey y su tierra, de los cuales destacan dos jóvenes guerreros, cuyo valor y habilidad en el campo de batalla son sorprendentes.
¿Quiénes son estos dos jóvenes, Arofed?, Pregunto Théodred.
Son los hijos de Nandros mi príncipe, contesto Arofed, le pido que los cuide y los guíe, creo que harán grandes cosas por nuestro reino.

Estoy ansioso por conocerlos, dijo entusiasmado Théodred para después ver con preocupación a Arofed y decir, pero los jinetes que los acompañan son menos de los esperados, ante tal grandeza que antaño regia en este valle, esperaba por lo menos el triple de hombres y los necesitamos estamos pasando por penurias, es cada vez es más difícil contener a nuestros enemigos y defender nuestras fronteras, además algo pasa son nuestro vecino y aliado Sauraman el blanco, en este último tiempo siento una presencia oscura brotando de Isengard así que no me fío de tal amistad con él, por eso necesitamos más hombres.

Lo siento mi señor, dijo cabizbajo Arofed, en estos tiempos la ruina ha caído sobre este valle y las pérdidas han sido catastróficas, esto es lo mejor que tenemos, pero no pierda la esperanza aun contamos con Gondor ellos nos podrán ayudar ante tal calamidad que profetisas.
No lo creo, dijo Théodred, tales alianzas se han ido desvaneciendo con los años y aunque hoy más que nunca necesitamos la ayuda, creo que Gondor en todo su poderío tiene un problema más grande casi a sus puertas, el mal se agita en Mordor, se rumorea que el daño de Isuldur ha sido encontrado.

¡No puede ser posible!, Dijo muy asustado Arofed, esto si es grave, si el poder de Mordor sigue creciendo que impide que Angmar, Gundabad y los otros reinos vuelvan a alzarse en el norte, será el fin para nosotros.
Con una sonrisa en el rostro Théodred lo miro y contesto, no te preocupes Arofed después de que hayan Rohirrims para defender Rohan, no seremos vencidos tan fácilmente. No se diga más e iré a ver a los nuevos guerreros que han de sumarse en mis filas, enseñadme el camino.

Así Théodred y Arofed se encaminaron a la plaza de entrenamiento en dónde ya estaban armados y listo los 150 hombres que eran altos con miradas duras y rostros ásperos, valientes y orgullosos, listos para defender a su país. Pero entre ellos había dos que parecían diferentes, dos más jóvenes, pero igual de fuertes y orgullosos, estos eran Orofel y Asufel, los dos hijos de Nandros quien en un pasado fue uno de los Rohirrims de la guardia personal del Rey Théngel padre de Théoden y abuelo de Théodred, Nandros había muerto ya hace un par año a la larga edad de 97 años pero dejo a sus dos hijos bien preparados y entrenados en el amor por el caballo y las fuerza de los Rohirrims. Orefel era el mayor tenía 26 años era fuerte, alto, valeroso, valiente, orgulloso y hermoso, tenía un don para las peleas, era considerado el mejor de todo el valle y era él el que comandaba a los 150 jinetes del valle, su hermano que era 3 años menor que él también era alto, no tan alto como él y tenía el cabello largo rizado y castaño, era sabio, justo, amaba la poesía, el arte y la música, pero a vez era intrépido, valiente y fiero con la espada y montado a caballo. Entre estos hermanos no había ningún tipo de envidia, el amor que había entre uno y otro era intenso, lo cual los hacía fuertes además de complementarse uno al otro.
Al ver la llevada del Mariscal, Orofel se adelantó hacía él, se arrodilló y le ofreció su espada.

¡Mi señor!, dijo, es un honor para mí estar en la presencia del Príncipe y primer mariscal de la Marca, yo Orofel hijo de Nandros os ruego acepte mis servicios al igual que mi espada.

De pie, contesto Théodred con una sonrisa, el honor será todo mío tener a tal valeroso soldado conmigo, acepto los servicios que hoy me ofreces Orofel hijo de Nandros.

No demoró y casi al instante Asufel también se lanzó hacía Théodred y maravillado con el Príncipe se arrodilló para ofrecerle sus servicios y su espalda.

Os ruego también acepte mis servicios al igual que mi espada mi señor, dijo Asufel, que gran día es este, me llena de alegría y esperanza el corazón tener al futuro rey de Rohan ante mis ojos. Me honra ser parte de su Eored mi señor.

Tal fue el asombro de Théodred al ver esto que tomo a Orofel y Asufel bajo su tutela y así tenerlos en su propia guardia personal. Porque las referencias que le había dado antes Arofed de tales muchachos lo habían maravillado y no esperaba menos de los hijos del Nandros.

Esa noche llegaron mensajeros de Edoras pidiendo la presencia del Mariscal de la marca ya que se iban a reunir todos los Mariscales para así sacar el recuento final de todos los jinetes de los que podían disponer en este tiempo y así se celebró otra reunión entre Théodred, sus capitanes, Arofed, Orofel y Asufel, en la cual se entregaron indicaciones de los planes que tenía Théodred para recuperar la fuerza de Rohan y de la partida de los hombres hacia Edoras al alba.

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