Orofel el Corrupto

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Llegada el alba Orofel ya se disponía a retomar sus tareas en Isengard y al bajar de la gran muralla exterior dónde había pasado la noche, escuchó un cuerno de Rohan que no eran más que la compañía del rey Théoden quien ya por fin había logrado llegar a Isengard. En su llegada estos fueron recibidos por dos extraños que Orofel nunca antes había visto, parecían niños de no más de 3 pies de altura, pero parecían conocer a los acompañantes del Rey puesto que se subieron en sus caballos y marcharon juntos, Orofel no demoró en subir en Brego el cual lo estaba esperando y cabalgó hacia la compañía del Rey, los cuales al verlo de inmediato dijeron:

Mi querido Orofel, dije el Rey Théoden, que gusto verte nuevamente.

Buenos días, mi señor, mis señores, contesto Orofel, no los esperaba tan pronto, Asufel salió hace poco más de un día.

Si mi buen Orofel, dijo Éomer, tienes razón, pero nosotros a petición del peregrino hemos partido un poco antes ya que no tenemos tiempo que perder.

Orofel, dijo el Rey, ya puedes marcharte, le he encargado una misión a tu hermano y él pidió tu compañía antes de emprenderse en ella, te estará esperando en cuernavilla y debes darte prisa pues no le he dado mucho tiempo para esperarte ya que el tiempo apremia.

Entiendo mi señor, dijo Orofel, partiré de inmediato. Adiós, mis señores, espero verlos pronto.

Así Orofel montando en el gran Brego emprendió marcha a toda velocidad hacia el Abismo de Helm, no era un viaje del todo largo, pero si agotador y peligroso en estos tiempos malignos, pues Saruman el traidor había sido derrotado, pero aún sus víboras estaban acechado Rohan. Orofel al ya conocer el camino pudo cruzar con gran facilidad el gran bosque que cubría el paso a Isengard y mientras cabalgaba aún tenía en su mente ese deseo de poder, el deseo de ser él el nuevo soberano de las tierras del Oeste y que todos celebrarán su nombre como él nuevo rey, pero esto era algo que no quería lograr sin su hermano pues Orofel deseaba que su querido hermano fuera su mano derecha y lugarteniente en su reino, así que al llegar con él debía intentar convencerlo de unirse a él y a su vez aliarse con este ser que había encontrado Orofel y cuya presencia desprendía poder, dicho ser le había dado a Orofel claras instrucciones para así empezar su cometido pues Orofel debía tomar el mando de un nuevo ejercicio, que estaba a la espera muy al Este, cerca del lugar las sombrío y oscuro de la tierra media, Mordor.

Al llegar a cuernavilla Asufel no demoro en ir en búsqueda que la bella Galia, quien a su vez se encontraba en el interior de la muralla externa cerca de las cavernas centellantes, armando nuevamente su Eored con nuevas valientes y feroces guerras de Rohan, todas expertas en manejo del arco montado a caballo y además hábiles con la espada. Asufel al ver a Galia se detuvo un momento para apreciarla y ver tal belleza que irradiaba está doncella de Rohan, que con su mirada firme y voz dulce daba instrucciones a sus compañeras las cuales iban a empezar el entrenamiento.

Asufel se acercó a ella y dijo:
Mi quería Galia he vuelto sano y salvo tal y como te lo he prometido.

¡Asufel!, Dijo Galia emocionada la cuál corrió a abrazarlo, Que gusto verte tan pronto mi querido Asufel, ¿Que ha pasado en Isengard?¿Hemos ganado?

Si, contesto Asufel, los pastores han marchado hasta Isengard y han acabado con el traidor, bueno lo han capturado en su gran torre.

Estas son grandes noticias, dijo Galia sonriente, ¿Y Orofel?¿Le ha pasado algo a tu hermano?

No te preocupes mi querida Galia, contesto Asufel, Orofel se encuentra en Isengard esperando al Rey para después volver con nosotros, pero tenemos que partir pronto.

¿Partir?, Pregunto Galia, ¿A dónde iremos?

Mi Rey me ha encomendado una nueva misión, dijo Asufel, y esta es defender el Este de Rohan, por lo cual nuestro bastión será Aldburg.

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