Sin Regreso al pasado

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NARRADOR

Todo había cambiado tan de repente…

La lluvia mojaba absolutamente todo, hasta empañaba los cristales…

Las nubes daban una apariencia más tétrica y obscura a todo ese mundo…

Se había arrugado tanto el mundo para ella, que ningún rayo del sol podía sacarla ahora de su estado emocional. Su depresión no quería que llegara más profundo, pero era tanto el sentimiento de arrepentimiento que la consumía por dentro.

Suspiró una vez más…

Se miró al espejo; ya no más podía continuar ahí. Tenía que cambiar algo para que todo ese dolor quedara atrás.

Habían pasado 3 semanas desde aquellas palabras que el shinigami le había dicho. Sabía que estaba muy enfadado, pero también sabía que sus palabras eran la pura verdad total. No creía que estuviera arrepentido, así que… ¿Por qué arrepentirse ella también de todo lo que había hecho? Después de todo, le había enseñado lo que realmente.. El monstruo que REALMENTE se había convertido. No podía soportarlo más, ya el dolor tenía que haber pasado… Entonces, ¿¡Por qué era que continuaba sintiéndolo!?

Sus lágrimas habían vuelto sus ojos más grandes. Tanto le dolía el corazón que a partir de ese momento comía solamente 1 vez al día, y Ronald Knox la obligaba para que no muriera. Pero por dentro, ya sentía que estaba muriendo. No se molestaba en si quiera correr la única cortina de la habitación.

En su bolsillo permanecía la foto que le había tomado por primera vez a esa “persona”.

Dio un suspiro tan hondo, que todos sus pulmones se llenaron de aire. Lo soltó nuevamente.

Se puso de pie dispuesta a cambiar todo lo que alguna vez ella había sido.

Comenzaba a reírse silenciosamente mientras sacaba del tocador el tan obscuro maquillaje que debió de pertenecerle a una mujer trabajando en la organización. No le interesaba, esta vez jamás volvería a dejarse engañar por la falta de cariño que pudo haberla envuelto.

Su padre jamás estaba en la casa, ¿ya qué podía perder? No le importaba.

Afortunadamente también había unas tijeras, tal vez ella había sido pésima en el colegio con esas cosas manuales, pero no le importaba; si iba a cambiar, lo haría completamente.

Tomó el mechón de cabello y lo cortó brutalmente. Comenzó a cortar pensando para olvidar todo lo que había sufrido por las noches al recordarlo, todo lo que se esmeró en que las fotos salieran tan perfectas como fuera posible; Dejó la tijera a un costado y tomó la sombra y maquilló sus ojos; sus labios ahora eran rojos carmesí,  y eso le encantaba; tomó el delineador y lo pasó por la orilla de sus ojos; el rímel también fue de mucha necesidad con sus pestañas; no había nada qué hacer con sus pestañas más que cepillarlas un poco debido a que se encontraban PERFECTAS.

Nunca le había gustado maquillarse, pero ya qué podía perder.

Nada más.

Tomó del armario una blusa de tirantes negros que le llegaba hasta la cadera. Un short corto negro, unas calcetas que llegaban hasta arriba y con un pasador las sujetaba al short; se había ya quitado de sus anterior vestimenta y colocó encima de ella un chaleco que dejaba ver sus hombros, manga larga y algo largo con una cola en v muy elegante. Por último, sus zapatos los cambió a unos tenis blancos muy cómodos y que al parecer MUY  difícil de manchar.

Guardó todo aquello que usaba antes, y sólo se miró al espejo. Ya había desaparecido aquella tierna, dulce que se había enamorado del shinigami GRELL SUTCLIFF.

¿Su nuevo objetivo? IRSE POR SU CUENTA.

El rojo es mi color favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora