No quiero perderte

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El ambiente se había vuelto verdaderamente desesperante y muy atemorizante, estaba puesto en juego la relación entre un shinigami y  una humana, aunque no se hubiera conocido alguna ley entre ello, tal parecía que el consejo de shinigamis había realizado de ello una verdadera catástrofe que tal alboroto se había esparcido por el mundo tornándolo algo tan peligroso y abominable que muchos considerarían; William T. Spears había sido testigo de ello y ahora estaba en un serio problema… Las 2 propuestas las había rechazado, él conocía muy bien a Grell, y cuando se enamoraba era profundamente… Eso le rompería/Destrozaría el corazón completamente hundiéndolo en un profundo ambiente de ira y rencor contra todos aquellos que se atrevieron a proponerlo… A pesar que ella era una humana, claro que eran bastante parecidos a los sentimientos que compartirían, además, ella hubiera hecho lo mismo. Había negado con la cabeza una y otra vez, haciendo una contrapropuesta que fue finalmente rechazada por todo el consejo. No tenía idea de cómo iniciar ello esa vez.

(Zaira)

Oh vaya, ¿qué voy a hacer ahora? Parecía como si el tiempo se hubiera detenido de repente y a todos nos hubieran dado un balazo entre el estómago y el pecho, era tremendamente doloroso y sentía que entre más tiempo pasábamos ahí de pie, me desangraba, que una hemorragia estaba causando nuestra muerte… Esto no me está gustando en lo absoluto.

-William… ¿Qué ha sucedido?- Grell repitió nuevamente…. Como dije, ya habíamos pasado demasiado tiempo ahí, que todos permanecíamos inmóviles y tales pensamientos eran callados, necesitábamos escuchar una respuesta AHORA.

Alan se colocó a su lado cubriéndome también, al parecer estaba dispuesto a darlo todo… Con tal de… ¿Salvarme? Miré a Ronald entonces, oh vaya, él… Me defendió. Los 2 shinigamis más queridos eran quienes me defendían de cualquiera que fuera la información que William traía para nosotros.

-No podemos hablar aquí…- Fue lo único que dijo.

Entonces se dirigió hacia la biblioteca shinigami. Los 2 tuvieron el consentimiento de seguirlo, más jalé de la manga de Grell. Se volteó a mirarme en seguida, estaba claro que con tan sólo verme a los ojos sabía de mi debilidad… Era él. No quería ir, no quería perderlo, temía a que ello se hiciera realidad, no podía permitirlo. Quería llorar, puesto que mis ojos comenzaron a inundarse de agua.

Colocó su dedo pulgar en mi mejilla quitando la lágrima, tomé su mano apretándola ligeramente, mirándolo a los ojos temí por su vida… No quería que algo fuera a pasarnos, aunque como siempre pensé desde el día que lo vi… Moriría por él.

-Todo estará bien… Estoy contigo.- Me dijo.

Esas palabras inundaban mi corazón en una profunda tristeza imposible de contener. Comencé a llorar temiendo cada vez más, aunque sabía que él estaba a mi lado, no podía quitarme de la cabeza todo lo que yo había recién obtenido. Mi vida ahora era él, el mundo shinigami, la habitación, todo aquello que había aprendido en ese tiempo… En esos meses… Todo aquí.

-¿Lo prometes?- Le pregunté.

Era obvio que en sus ojos también encontré una profunda pena que le preocupaba el jamás volver a verme… A perderme. Alan nos miró, estaba claro que debíamos de seguir a Will a pesar de todo.

Tomados de la mano, nos dirigimos junto con los otros 2 a nuestros costados hacia la biblioteca donde Will ya se había levantado.

El camino iba tan rápido, que confirmé que el tiempo que más queremos pausar se va sumamente veloz que no nos deja apreciarlo lo más que podamos. Me percaté que de repente ya estábamos ahí, mi corazón comenzó a latir rápidamente… ¿A caso nos teletransportamos o algo así? ¡Fue demasiado deprisa!

Miré a William, y él nos miró también.

-El consejo shinigami, ha decidido… Que ella no puede permanecer más en el mundo de shinigami…- Y eso temíamos. Aunque las soluciones iban cada vez más apareciendo en mi cabeza, conforme con lo que William decía se iban esfumando-… No puede vivir sabiendo de nosotros, eso es lo que es más grave. Sin embargo, destaco en la defensa que puede vivir si su memoria se ve comprimida de los recuerdos mientras pasó su tiempo aquí con nosotros. En éstos últimos 6 meses… ¿Entienden?- Nos dijo.

Parecía que mi equilibrio se iba perdiendo cada vez más y estaba a punto de caer, mis piernas temblaban gravemente. La mano izquierda de Grell me apretó más.

-N-N-N-N-No… Tiene que haber algo más, ¡lo que sea William! ¿Qué muera yo? ¡Me cortarán con mi propia guadaña!- Giré rápidamente mi mirada hacia él.

-Son los recuerdos que ella posee de este mundo; el consejo shinigami no acepta eso.- Repitió explicando el verdadero problema de todo este asunto.

Sabía que aunque yo jurara por mi vida (o por la que más me importa, que sería la de Grell) no decir nada, el consejo aún así no lo aprobaría, eso estaba matándome por dentro mientras mis ojos volvían a inundarse soltando largas y llenas gotas de agua que rodaban en mis mejillas. Estaba a punto de desmayarme, me estaba sintiendo verdaderamente débil; Grell me tomó en sus brazos estrechándome a su pecho. Miró a William nuevamente.

-William… No puedo aceptar eso…- Dijo.

En los ojos de William, vi por primera vez una profunda pena y muestra de dolor, era como… Como si él mismo conociera el sentimiento que Grell y yo teníamos… Amor…. ¿Cómo era posible? Entonces… ¿Por eso nos defendió? ¿Él no tenía la culpa? ¡Todo este tiempo! ¡Todo lo que hizo era protegernos! ¡Desde que me trajo aquí, prohibirme salir del mundo shinigami, después de mi habitación, y ahora esto! ¡Estúpida soy! ¡Nunca debí de salir de este mundo! El rostro de Alan y Ronald mostraban verdadera preocupación, puesto que ellos mismos me habían insinuado invitándome salir y desobedeciendo las indicaciones que Will mismo había dado.

-¿Cuánto tiempo tenemos?- Pregunté con dificultad aún mirándolo a los ojos.

Suspiró hondo.

-10 minutos.

El rojo es mi color favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora