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[Entonces, los gritos de la acalorada discusión cesaron para dejar paso a un único y desgarrador grito proveniente de Lara, como la última escena que bajaría el telón tras uno de los actos más amargos de su vida]

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[Entonces, los gritos de la acalorada discusión cesaron para dejar paso a un único y desgarrador grito proveniente de Lara, como la última escena que bajaría el telón tras uno de los actos más amargos de su vida].

Skyler, motivada por el grito de alerta que algún miembro de su manada acababa de proferir, detuvo el delicado y constante jugueteo de la omega que, ajena al peligro que estaba acechándola, se mantuvo impasible en su intento de mordisquear a la alfa en sus orejas.

Levantándose con premura del ya casi inexistente nido que la tierna omega realizó para Chiara y para sí misma, Alana vio su oportunidad de continuar jugando con la alfa totalmente desecha, lo cual provocó que la omega comenzara a entrar levemente en pánico ante los miles de pensamientos fatalistas que se instalaron en su mente y en los que en todos predominaba el mismo final; Skyler se enfadaba con ella por su atrevimiento.

— Tengo que irme, omega —comentó Chiara una vez logró recuperar el control de su cuerpo— Recuerda lo que te he dicho —prosiguió mientras colocaba su ropa sobre su cuerpo— Debes mantenerte tranquila en todo momento y, si necesitas algo, mi madre estará aquí para ti.

La preocupación y la ansiedad que vinieron acompañadas de unos cuantos gritos más, proferidos con el mismo tono desgarrador que el primero, no le permitían pensar con una coherencia más allá de la que sus instintos le estaban proporcionando, los cuales la instaban a prestar su auxilio lo antes posible para evitar una posible desgracia de la que, muy probablemente, se arrepentiría toda su vida si no hacía todo lo que estuviera en sus manos para evitarla.

Skyler, por supuesto, tampoco logró darse cuenta del error que, tanto su humana como ella, estaban cometiendo al abandonar la habitación tan a la ligera.

— ¿H-Has escuchado eso? —inquirió Leo, interceptando a su hija cuando ésta estaba a punto de salir de la casa— T-Tu padre ha querido ir a ver qué sucedía, pero he logrado mantenerlo a-aquí para que me ayude a defender a las omegas en celo en caso de que alguien intente algo con ellas —prosiguió, sus nervios a flor de piel— D-Date prisa, por favor.

Chiara asintió con premura.

— Pase lo que pase... —comenzó a decir a regañadientes— No dejes que padre salga de la casa —prosiguió— Estoy segura de que Chloé también ha escuchado los gritos y me ayudará a resolver lo que sea que haya sucedido —insistió— Recuérdale que su deber en este momento es proteger a las omegas que están en celo —prosiguió— Recuérdale que es más útil aquí que ahí fuera; Chloé y yo sabremos apañárnosla bien.

Fue el turno de Leo para asentir con rapidez, proporcionándole un corto abrazo a su hija en forma de despedida, antes de dejar que Chiara abandonara la casa y, con ello, cerrara a cal y canto la única entrada por la que se podía acceder a la casa principal de la manada para asegurarse así de que nadie que pudiera verse afectado por las dulces feromonas que un omega en celo desprendía de forma involuntaria para atraer la atención de cualquiera que pudiera servirle de ayuda, invadiese el hogar.

Foyer #2 © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora