열셋

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No debía estar nervioso, no tenia por que estarlo, trabajaba con namjoon hace mas de tres años y ahora no seria distinto. Las grandes y delicadas manos de Jin sostenían con fuerza el volante de su auto detenido gracias a una luz roja que en su interior quería que se quedara así para siempre, no había hablado con el moreno desde el aeropuerto sin mencionar que ese día durmió solo en su cama ya que Ken no llego, la verdad jin lo quizo preguntar nada, no tenia la fuerza emocional para hacerlo. Un fuerte suspiro se escapo de sus labios mientras pensaba en todo lo que estaba pasándole, sabia que sentía algo por namjoon y que gracias a eso los sentimientos por su actual pareja se iban degradando de apoco pero...¿seria la correcto? el y namjoon juntos...sonaba muy lindo en su corazón pero su cerebro era mas racional.

Antes de que pudiera llegar a alguna conclusión su auto ya estaba estacionado en el puesto de estacionamiento con su nombre y el ya estaba dentro del elevador hacia su piso, volvió a suspirar mirando sus pies moverse lentamente hacia su oficina, la verdad no quería nada mas que acostarse con un balde de Nutella y crema batida mientras veía películas dramáticas con finales fatales como a dos metros de ti, vaya que le hizo llorar esa película, sonrío ante el recuerdo mientras abría la gran puerta que daba a su oficina que estaba levemente oscura ya que en temporada de invierno amanecía muy nublado así que encendió La Luz mientras debajo su abrigo en el perchero y se acercaba a su escritorio, claro sus sentidos no habían caído en cuenta que había una silueta sentada en su silla.

–que mierda...¿krystal?– la sorpresa del rubio fue tan grande que inconscientemente retrocedió un par de pasos al ver a la pelinegra sentada en su asiento detrás de su escritorio.

– Jinnie, debemos hablar algo muy serio– la primera palabra que salió de la boca de la mujer era escalofriantemente amable, cosa que alerto a jin.

– debe ser muy importante para que vegas a mi oficina...antes que yo– musito lo ultimo recibiendo un asentimiento de la contraria que comenzaba a levantarse de la silla del rubio.

– escucha cariño, yo se cuánto duele anhelar cosas que no puedes tener, cosas...imposibles– comenzó dando pasos lentos y alargados por la oficina comenzando a recorrerla, jin hizo el ademan de responder pero la pelinegra lo callo.

– pero hay cosas que son simplemente tontas por las cuales luchar y aveces, egoístas– siguió llegando casi a un metro de cercanía mientras arreglaba el dobladillo de su falda.

–no estoy entendiendo.

–Seokjin, quiero que dejes a mi esposo tranquilo – solo de golpe la mujer observando la cara total de sorpresa que a jin se le formo en el rostro en donde solo pudo pensar, mierda

– Krystal, debes aceptar que namjoon no quiere estar contigo– Jin no se iba a quedar con las palabras en la boca, ya no era un niño al que se podía pasar por encima.

–¿y con quién va a estar? ¿contigo? Ja!... no me hagas reír jin– la burlona sonrisa de krystal estaba pasmada en sus labios dejando levemente confundido al rubio.

– ¿qué piensas que diría su madre si su hijo esta saliendo con un hombre? ¿que van a pensar los inversionistas? ¿que dira toda la prensa del Ceo de la creciente compañía?...namjoon no necesita amor, necesita alguien que lo guíe al éxito–

–¿crees que eso lo aras tu?– Jin sabia que probablemente era cierto lo que la pelinegra decía y le estaba rompiendo por dentro pero no se dejaría aplastar tan fácilmente.

–Mira Jin, soy una mujer inteligente  y vengo a negociar  contigo...– la sonrisa "amable" que le estaba dando la mujer le estaba dando mas miedo que confianza pero aun así se quedo callado para escuchar.

Amantes / Namjin. FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora